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En colaboración conLa Ley
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Aumentan los casos en los que Google Maps gana pleitos

Los jueces admiten como prueba la aplicación, sobre todo en litigios laborales por movilidad geográfica

Getty Images

"Google Maps me ayudó a ganar un juicio". Así de rotundo es el testimonio de un abogado que consiguió probar con la aplicación que su defendido tenía derecho a comisión de servicios por conciliación. Había que demostrar que la distancia de centro a centro era de 60 km Según la Administración eran 59; con la ruta de puerta a puerta de Google Maps marcaba 60 km y 100 metros.

El uso de las aplicaciones de Google como elemento probatorio para demostrar la distancia de un punto a otro, o, incluso el estado de una señal de tráfico, edificio, etc., es cada vez mayor en los juzgados. A pesar de que se trata de documentos privados no oficiales, los jueces son cada vez más proclives a confiar en la fiabilidad de los datos aportados por la aplicación.

En los litigios laborales, Google Maps se emplea para sobre todo en litigios sobre movilidad geográfica e, incluso, para contradecir al mismísimo GPS en procesos por despido. En 2015, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Valencia (en una resolución cuyo texto puede consultar aquí) confirmó la improcedencia del despido de un comercial al que echaron por no cumplir con todas las visitas programadas. El trabajador pudo demostrar que realizó los encargos porque contaba con el albarán firmado por los clientes. Pero, además, demostró que la herramienta que usaba la empresa para programar las visitas era defectuosa, no coincidía con el itinerario realmente realizado por el trabajador. Por lo que, dice el juez, "cabe deducir" que, la aplicación tenía errores "en la recepción del justificante y de la propia posición del promotor detectada a través del GPS".

Los casos en los que se utiliza Google Maps para demostrar una concreta distancia en procesos por movilidad geográfica son cada vez más recurrentes. Un ejemplo son los casos en los que los trabajadores deben ser compensados por el incremento de distancia desde sus domicilios al ser trasladados de un centro de trabajo a otro. Las resoluciones de los tribunales se basan en la medición efectuada a través de la aplicación del Google, que, además de la distancia, señalan el tiempo que se tarda en recorrerla ya sea en transporte público o privado. Así, por ejemplo, el TSJ del País Vasco admitió en una sentencia de mayo de 2018, desestima el recurso de un conocido grupo de infraestructura y servicios públicos por los gastos de desplazamiento unos trabajadores despedidos por ERE. En el relato de los hechos probados, la resolución recoge la distancia entre el domicilio de los empleados y la obra en la que trabajaban en los siguientes términos: "son 118 Km, y el tiempo en recorrerlos por la AP-8 es de 1 hora 24 minutos, y por carretas sin peajes, 2 horas 4 minutos y 145 Km Si este recorrido lo hace en transporte público, tarda entre 2 horas 50 minutos y 3 horas 7 minutos, incluyendo una caminata de más de 30 minutos (Google Maps)".

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Los mapas de Google le sirvieron a una trabajadora con reducción de jornada a la que cambiaron de centro de trabajo para conseguir que la devolvieran a su anterior oficina. Efectivamente, el Juzgado de lo Social n°. 33 de Madrid, en una sentencia de 2013 (disponible aquí) tuvo en cuenta que la empleada tardaba en llegar a su lugar anterior de trabajo 10 minutos en Metro, pero tras el cambio y en el mismo medio de transporte necesita más de una hora, lo que incidía negativamente en su derecho a conciliar su vida familiar.

Fiable, objetivo y razonable

Por otro lado, los convenios también usan la aplicación como medida objetiva para el pago de dietas de desplazamiento, o retribuir servicios. Un reciente fallo del TSJ de Navarra (cuyo texto puede consultar aquí), considera que Google Maps es más certero que el tacógrafo para probar el kilometraje de los camioneros a la hora de facturar los servicios. A diferencia del cuentakilómetros, señalan los magistrados, la aplicación es un "elemento de prueba objetivo y razonable" de los kilómetros realizados por ruta, en tanto que el transportista ha podido desviarse del trayecto por otras cuestiones.

Sin embargo, hay tribunales que han rechazado la prueba del Google Maps. Así, por ejemplo, una resolución del TSJ de Madrid (cuyo texto puede consultar aquí) que dio la razón a unos empleados de Radio Televisión Española en un conflicto a cuenta del pago de una comisión de servicios. El desplazamiento desde el centro de trabajo de Prado del Rey al lugar donde se rodaba el programa 'Master Chef Junior', en Fuente del Saz del Jarama, como quedó demostrado, debía computarse como a efectos de dietas por desplazamiento y derecho a comida o cena. Según la Inspección de Trabajo, la distancia más corta entre las dos localizaciones era de 48 kilómetros. Pesé a que Radio Televisión Española aportó como prueba, que, según Google Maps, la distancia más corta entre ambos centros de trabajo era de 43,3 km (49 minutos), los magistrados rechazan el documento porque "son impresiones de unas páginas de internet que carecen de fehaciencia". Por tanto, continúan, "se trata de elementos no dotados de virtualidad u operatividad suficientes, dado su carácter privado y falto de oficialidad, siendo inhábiles por tanto para desvirtuar la conclusión probatoria alcanzada por el órgano judicial de instancia".

Otras jurisdicciones

El uso de Google Maps no se restringe a los procesos laborales, también se aportan estas pruebas documentales en la jurisdicción contenciosa, civil o, incluso, penal. En 2015, la Audiencia Provincial de Bilbao admitió el recurso de un condenado con orden de alejamiento, demostrando con un pantallazo de Google Maps que no había incumplido la sanción.

Algunos litigios contra la Administración también se apoyan en la prueba del mapa de Google. Así, por ejemplo, un juzgado de Barcelona, en 2017, denegó una reclamación por daños y humedades en una vivienda según unas fotografías extraídas de la aplicación. El juez consideró que las humedades existían antes de que se realizaran las obras de la acera y que no había existido ninguna incidencia remarcable durante la ejecución de las obras.

También hay quien ha intentado librarse de una multa acudiendo a Google Maps. En un caso resuelto por un juzgado de Bilbao en 2012, el conductor alegó que el punto kilométrico en el que fue sancionado por exceso de velocidad (140 euros), no tenía naturaleza urbana ni de travesía (según impresiones de la aplicación), por lo que la velocidad límite era de 90 km/h y, por tanto, la multa era improcedente. El abogado del Estado se opuso por "la deficiente calidad de los mapas y la prevalencia, salvo prueba en contrario, de lo reflejado por el agente en su denuncia". Finalmente, el juez concluye que las impresiones aportadas por el recurrente no son suficientes para desvirtuar la denuncia del agente. En su argumentación, el juez afirma que podría haber adjuntado "otras formas de prueba más eficaces", como, ejemplifica, "mapas de mayor calidad, como los del Instituto Geográfico Nacional el Servicio Cartográfico del Ejército; o incluso imágenes del propio servicio de Google que mostraran de manera inequívoca el carácter de la vía que aduce el recurrente". A falta de ellas, afirma, ha de estarse a lo que dice el agente denunciante, que goza de la presunción de veracidad justificada.

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