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Banca

Botín descarta por ahora un acuerdo con Orcel por el frustrado fichaje

Carnegie-Brown defiende el fichaje de Orcel

Andrea Orcel, en una imagen de archivo.
Andrea Orcel, en una imagen de archivo.

En un encuentro con la prensa minutos antes de celebrar la junta de accionista, la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, explicó que el banco no prevé llegar, por ahora, a un acuerdo con Andrea Orcel, banquero italiano que fichó y presentó en septiembre del pasado año como el futuro consejero delegado, pero que meses después canceló su incorporación al grupo . El giro se produjo después de que se hubiese torcido las negociaciones con UBS, la entidad de la que llegaba Orcel. El banco español creía que podía llegar a un acuerdo con el grupo suizo para compartir el coste del bonus de más de 50 millones de euros que le correspondía a Orcel tras su salida de UBS. Pero el grupo suizo se negó a compartir el coste, como ha recordado el banco hoy.

Orcel ha contratado a un bufete de abogados, De Carlos Remón, para intentar reclamar a Santander en los tribunales una indemnización tras frustrarse su fichaje en el banco. Botín, sin embargo, ha comentado hoy a un grupo de periodistas que el banco “no contempla” la posibilidad de un acuerdo con el exbanquero de UBS. “Era inaceptable hacer frente al coste de contratar Orcel”, explicó en la presidente en la junta.

La banquera explicó que el banco no podía hacer frente a ese coste teniendo en cuenta los valores y la responsabilidad hacia los accionistas, “el banco no podía hacer frente al coste que habría supuesto contratar a una persona, aún del nivel del señor Orcel”.

El banco ha admitido ante los accionistas que pensaba que el fichaje del italiano Andrea Orcel como consejero delegado del grupo le saldría más barato, especialmente porque la entidad ha sido durante muchos años un cliente importante de UBS, el banco donde trabajaba. El vicepresidente del banco y responsable de la comisión de nombramientos, Bruce Carnegie-Brown, ha defendido que el proceso de selección fue riguroso, y que el banco entrevistó a candidatos tanto internos como externos antes de anunciar el fichaje.

Tal y como ha explicado Carnegie-Brown, ambas partes pactaron en septiembre el salario de Orcel en línea con el de Álvarez, actual consejero delegado, pero en su momento no fue posible determinar la indemnización por los pagos diferidos de Orcel en UBS. Así, se procedió al nombramiento en base a una estimación razonada del coste, de acuerdo con el asesoramiento que recibió, los precedentes y las expectativas de que podría revisarse a la baja esas retribuciones diferidas, que rondaban los 55 millones de euros.

No obstante, a la postre estos pagos los que frustraron el fichaje. La decisión de UBS de considerar a Santander un competidor privó a Orcel de dicho pago diferido, que el banco español tampoco quiso asumir en su totalidad. Santander esperaba que esa cantidad se redujera teniendo en cuenta muy especialmente que durante muchos años había sido un cliente importante para UBS. De hecho, Orcel asesoró al banco en muchas de las grandes operaciones llevadas a cabo.

El fichaje de Orcel ha motivado que la mayor firma mundial de asesoriamiento en juntas de accionistas, ISS, haya promovido el voto en contra de Carnegie-Brown, en calidad de responsable de nombramientos, por el fiasco de Orcel. Ana Botín, por el contrario, ha afirmado que el fichaje fallido no parece inquietar a los inversores institucionales del grupo, ya que en las dos importantes reuniones que ha mantenido con ellos desde la renuncia a su contratación como consejero delegado no hubo ninguna pregunta por esta cuestión y los inversores "reafirmaron su confianza en el equipo del banco".

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