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Arantza Tapia: “El Gobierno estudia la posible entrada en media docena de empresas”

El Ejecutivo de Vitoria aportará otros 70 millones a su fondo Socade si decide la compra de acciones de compañías vascas El plan incluye la captación como inversores de grupos familiares con recursos financieros y arraigo en Euskadi

Arantza Tapia, consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco.
Arantza Tapia, consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco.Asier Camacho

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco, Arantza Tapia (Astigarraga, Gipuzkoa, 1963), analiza la coyuntura de los sectores clave para la economía de Euskadi y las nuevas actividades que impulsan desde el Ejecutivo vasco para que las empresas no pierdan el tren de la digitalización y todas puedan engancharse al mismo ritmo, tanto las corporaciones como las pymes.

R. ¿Cómo marcha la constitución del fondo de inversión de 250 millones para entrar en el capital de grupos que son estratégicos para Euskadi?
R. Tenemos en estudio media docena de opciones para la toma de participaciones en empresas de diversos sectores. No puedo adelantar operaciones. Ojalá que sean muchas porque haya muchos proyectos que sirvan para impulsar la economía de Euskadi. La inversión a largo plazo, con el Gobierno vasco como accionista, se realizará a través de Socade [sociedad pública de capital riesgo]. En los proyectos de permanencia a corto y medio plazo podrán entrar los inversores privados. Estas operaciones siempre han estado abiertas a los bancos locales y a las EPSV [entidades de previsión social vascas]. Ahora buscamos un nuevo perfil de inversor, las empresas familiares ligadas al País Vasco con recursos financieros que puedan destinar a las iniciativas de otros.
R. El Gobierno vasco ha abierto las aportaciones al fondo con 30 millones.
R. El departamento de Hacienda valorará el ritmo de las nuevas inyecciones de capital, siempre por medio de Socade. Si hace falta podemos aportar hasta 100 millones. Se buscará la fórmula de financiación en función de las necesidades de inversión.
El crecimiento económico se ralentizará durante el próximo ejercicio, pero estará por encima del 2%
R. El objetivo de que el 25% del PIB vasco sea industrial está más cerca (ahora es el 24,2%).
R. Muy cerca, pero ese 0,8% es mucho. La carga de trabajo y de pedidos de la industria sigue a buen ritmo, así que vamos en la buena dirección, aunque nuestro referente es la zona fabril de Baviera, donde ese índice ronda el 33%. Vamos a ver si consolidamos el 25% en 2020. Ahora, con los servicios anexos al sector, como diseño, ingeniería o software, sí superamos ese porcentaje, aunque Eustat [Instituto Vasco de Estadística] no los consolida porque se basa en los criterios de Eurostat.
R. ¿Continuará esta evolución en 2019 a pesar de las incertidumbres políticas?
R. No tengo una bola de cristal, pero los indicadores macroeconómicos siguen acumulando trimestres con crecimientos consecutivos. Lo más probable es que el ritmo se ralentice, de subidas de más del 3% hasta ahora a otras por encima del 2% en 2019. Pero siguen siendo incrementos y en absoluto se puede hablar de que viene un nuevo ciclo de crisis. Sobre Trump y el brexit habrá que estar atentos a la evolución de los acontecimientos. También hay incertidumbres en relación con China, Corea del Norte y Rusia. La política internacional sigue muy inestable y otros factores juegan, asimismo, a la contra, como las críticas al uso del diésel, que han generado preocupación en la industria automovilística. La industria sigue creciendo, según los últimos datos de este verano, pero tiene que estar atenta y con capacidad de adaptación a esos problemas y a una posible subida de los tipos de interés que puede poner a prueba los niveles de apalancamiento de las empresas, que durante la crisis pasada ya han aprendido a reaccionar.
R. ¿Cómo puede el sector de alimentación aportar al PIB más del actual 10,6%?
R. Consolidando una cadena completa de valor que evite que áreas como la gastronomía y la distribución vayan cada una por su lado. Y con una actuación conjunta que integre a los emprendedores y nuevas empresas del sector. Además, Euskadi participa en un hub europeo del sector que le da acceso a los avances de otros países y la próxima convocatoria de Bind 4.0 [iniciativa en la que grupos tractores del País Vasco arropan a los emprendedores] incluirá proyectos de alimentación. Es un área relacionada con la salud, la energía y los procesos productivos, con aportaciones en sostenibilidad.
R. Trabaja por la denominación de Rioja Alavesa, que no gusta a los gestores de la Denominación de Origen Rioja (DOR).
R. Las bodegas vascas llevan tiempo priorizando la calidad sobre la cantidad. Sus suelos son diferentes y con una calidad de los caldos mayor que merece una categoría prémium, una diferenciación como la que se aplica entre los châteaux de la zona de Burdeos. Hay que aprovechar la fortaleza de los vinos de Rioja Alavesa y quizás el DOR se ha quedado anticuado en este asunto.
R. El sector de automoción sigue siendo clave en Euskadi.
R. Está muy internacionalizado, gracias a grupos como CIE, Gestamp y Mercedes-Benz y al clúster Acicae. Es una industria de referencia. La marca BMW dedica un día en exclusiva a sus proveedores vascos. Y las empresas se han adelantado a las nuevas tendencias en automoción (vehículo eléctrico, autónomo, con mayor conectividad a bordo). Están preparadas para dar el salto cuando su uso sea masivo.
Necesitamos más capacidad eólica y solar para alcanzar la meta renovable del 21% en 2030
R. En energía, el Gobierno vasco tiene proyectos con Iberdrola y Siemens Gamesa.
R. Con la eléctrica, el programa Bidelek de digitalización de las redes eléctricas. Iberdrola lo plantea como un reto tecnológico a sus suministradores vascos, que han ganado protagonismo, como Ormazabal, ZIV, Arteche e Ingeteam. Con el grupo eólico colaboramos en un plan que eleva el nivel de exigencia a sus proveedores para mejorar el producto y no competir solo por precio.
R. Euskadi busca un 21% de generación renovable en 2030, cuando ahora es solo del 7%.
R. Para lograrlo no bastan pequeñas actuaciones. Necesitamos más capacidad eólica y solar. Hay un proyecto para un complejo solar de 24 MW en el polígono de Arasur (Rivabellosa, Álava). Será el más grande de Euskadi. La Ley de Sostenibilidad Energética, en fase parlamentaria, identificará aquellas zonas del territorio en las que puedan instalarse nuevos parques eólicos y solares. Hay poco suelo disponible y hay que definir este mapa.

Sector por sector

Energía. Sobre el reciente recorte en la factura eléctrica por la eliminación del impuesto de generación, Tapia considera que este ajuste “no es suficiente. A los sucesivos Gobiernos de Madrid les hemos planteado alternativas para reducir hasta un 50% la tarifa y con éxito cero. Hay muchos impuestos, como la insularidad y el desmantelamiento nuclear, que hay que sacar fuera de la factura”.

Nuevas fábricas. La inauguración este verano en Euskadi de fábricas de biosanidad (Viralgen e Histocell) y de aeronáutica (ITP Aero) “son fruto de la inversión de muchos años en la consolidación de un ecosistema de formación y producción”. En su opinión, “ahora hay que trabajar en superar el déficit de nuevos perfiles profesionales. Con una formación adaptada a las nuevas tecnologías y con ofertas laborales que puedan atraer y retener talento”. Y evitar, además, “la canibalización de trabajadores entre las propias empresas”.

Logística. Este verano se ha puesto en marcha en Euskadi una nueva federación que integra a todos los agentes del sector logístico, que representa a 340 empresas con 183.000 trabajadores. Tapia valora positivamente la iniciativa, que cuenta con el apoyo del Ejecutivo vasco, porque “hay mucha oferta en servicios, pero la ventaja competitiva es la modalidad puerta a puerta”, con cualquier cliente y en cualquier parte del mundo. Euskadi espera que el tren de alta velocidad llegue en 2023. “Quedan cinco años, pero no es mucho tiempo, por el esfuerzo que requieren las infraestructuras ferroviarias”.Tapia critica que cada Gobierno de la UE ha priorizado las conexiones que le han interesado en cada momento, descuidando las rutas transfronterizas que vertebran Europa.

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