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De camarero en Holanda a tener una pyme en Altea con 20 empleados

Es la historia del fundador de Rafasshop, una pyme con sede en Altea basada en la distribución e imprimación de camisetas personalizadas.

Cuando Rafael se vio obligado a abandonar la escuela, con sólo 14 años, para ponerse a trabajar y ayudar a su familia , parecía difícil imaginar que acabaría creando y liderando una pyme. Esos fueron los inicios de una historia que, a día de hoy, se cuenta con veinte empleados a su cargo y con varios pasos empresariales clave a sus espaldas.

Los siguientes cuatro años, hasta que cumplió los 18, Rafael trabajó en una cerrajería y en un almacén de zapatos. Una vez cumplida la mayoría de edad se dio cuenta de que su futuro estaba lejos de su Sevilla natal, por lo que decidió emigrar a Países Bajos, donde vivía su padre, y probar suerte

A pesar de desconocer el idioma, consiguió trabajo en una fábrica de astilleros, en la que permaneció durante cinco años, hasta que la empresa decidió despedir a miles de trabajadores, incluido él. Luego, Rafael probó suerte con estudios oficiales y con un trabajo de camarero a la par que se formaba en idiomas.

De vuelta a España

Al cabo del tiempo decidió regresar a España y alejarse de los días grises, por lo que buscó y encontró un trabajo en una empresa de transportes con sede en Altea (Alicante). Allí se instaló y conoció a un empresario neerlandés que se dedicaba a importar camisetas. Éste le ofreció un empleo a Rafael, y de ahí surgió la idea de rafasshop

Su trabajo le permitió conocer a gente como Fernando Rubio, fundador de Roly, de quien aprendió bastante. Cuando la empresa de camisetas holandesas cierra Rafa se queda sin trabajo y con un bebé en camino. Entonces, Fernando decidió apostar por él e invertir sus ahorros en constituir Rafasshop, una empresa que se funda como distribuidor oficial de camisetas de varias marcas que componen la actual Roly, además de ofrecer la posibilidad de estampar estas camisetas.

Para poder desarrollar su trabajo alquiló un local en Altea con 200 metros cuadrados de almacén y 15 metros cuadrados de oficina. Contrató a una empleada en prácticas, que hoy por hoy sigue en la empresa, y comenzó su andadura.

A base de mucho esfuerzo y sacrificio logró superar las trabas de la financiación y el crédito, y llegó a conseguir un préstamo bancario de 60.000 euros sin ningún tipo de interés y sin avales. El banco confió en la manera de trabajar de Rafasshop.

Gracias a eso, consiguió expandirse, aventurarse en el e-commerce y ampliar tanto sus instalaciones, las cuales actualmente dispone en propiedad, como su facturación, hasta tal punto de ser una empresa muy consolidada con 22 trabajadores y multitud de colaboradores a su cargo.

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