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Los españoles aprenden a invertir

Las gestoras independientes arañan cuota en fondos a los grandes bancos

En 1978, el patrimonio de los fondos de inversión era de tan solo 104 millones de euros, con 140.396 partícipes y apenas 25 fondos. Las 483 sociedades de inversión existentes acumulaban entonces 1.443 millones de euros.

“En aquel entonces, ante la práctica ausencia de deuda pública y el escaso desarrollo de deuda privada, el patrimonio se concentraba en acciones”, recuerda Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco. "Fue en los años ochenta y noventa, con las subidas de tipos y la fuerte emisión de deuda pública, cuando las carteras de los fondos de inversión llegaron a tener un fuerte componente de renta fija, desarrollándose los Superfondos, los Fondtesoros y los fondos garantizados”, añade.

Con la convergencia a la zona euro, a mediados de los noventa, fue cuando la deuda perdió algo de protagonismo en favor de los fondos mixtos.

Pero si el ahorrador de finales de los setenta tenía una fuerte tendencia a invertir en Bolsa, y básicamente de forma directa, ya que las instituciones de inversión colectiva (ICC) estaban muy poco desarrolladas, hoy día, casi 4 de cada 10 euros de los activos de los fondos tienen exposición a la renta variable. Por su parte, los fondos de pensiones están invirtiendo más del 33% de su patrimonio en Bolsa.

Otra gran transformación vivida por el sector ha sido la llegada, a partir de la década de los ochenta, y despegue, en los últimos años, de fondos extranjeros, que hoy día acumulan 168.000 millones y que han permitido diversificar la oferta para los ahorradores españoles.

En cualquier caso, si algo ha caracterizado los últimos años de este negocio es la aparición de las gestoras independientes españolas. En una actividad controlada por los grandes bancos, que ofrecen sus propios productos, entidades como Bestinver –vinculada a Acciona– o Mutuactivos–de Mutua Madrileña– y, más recientemente, Cobas (liderada por Francisco García Paramés), azValor (gestores antes en Bestinver) o Magallanes (de Iván Martín), todas ellas aplicando la filosofía de inversión valor, han contribuido de manera clara a dar a conocer los fondos de inversión entre el pequeño inversor.

Así, se ha evolucionado hasta que en 2017 el volumen de activos de las ICC en España se situó en casi 464.000 millones de euros, con los fondos de inversión gestionando un patrimonio récord superior a los 262.000 millones.

Vuelta a la renta variable

El sector trata hoy de adaptarse a Mifid 2, pero en estas décadas ha crecido al calor de distintos y cambiantes marcos regulatorios. En 1984, por ejemplo, coincidiendo con la incorporación de España a la entonces Comunidad Económica Europea, hubo que adaptar la legislación de IIC a la futura Directiva comunitaria de Ucits.

Poco después, en 1987, se aprobó la ley de planes y fondos de pensiones, “que reguló por vez primera este instrumento de ahorro a largo plazo para la jubilación, y que ha permitido una canalización, treinta años después, de más de 111.000 millones de euros”, destaca Ángel Martínez Aldama, actual presidente de Inverco. La modificación de la ley de IRPF y del impuesto sobre sociedades en 1991 establecieron para el partícipe los denominados coeficientes de abatimiento, que "dieron un impulso definitivo a los fondos", concluye.

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