_
_
_
_
_

El ‘Tiranosaurio rex’ caminaba a una velocidad de 4,6 kilómetros por hora, como los humanos

Una investigación analiza la cadencia de paseo del depredador prehistórico más conocido a partir del balanceo de la cola

Reconstrucción del 'Tiranosaurio rex' y de su paso. Vídeo: Rick Stikkelorum, Arthur Ulmann y Pasha van Biljert
Isabel Ferrer

De unos 12 metros de longitud, cuatro metros de altura hasta la cadera y un peso de entre seis y nueve toneladas, el Tyrannosaurus rex es el depredador prehistórico más conocido de la Tierra. Carnívoro, temible y magnífico, caminaba sin embargo a una velocidad de unos 4,6 kilómetros por hora: parecida a la de los humanos. A esta conclusión ha llegado un equipo científico de Países Bajos que no se ha fijado en las patas o caderas de este dinosaurio terópodo tiranosáurido, de finales del periodo Cretácico, sino en el balanceo de su cola. Aunque otros estudios ya habían analizado la locomoción del Tyrannosaurus rex cuando no cazaba o corría, el papel de la cola no destacaba en los cálculos finales. A pesar de que suponía más de la mitad de su longitud y podía pesar 1.000 kilos. El nuevo trabajo ha sido publicado en la revista Royal Society Open Science.

Más información
El tiranosaurio ahorraba energía mientras cazaba

Los animales y las personas ahorran energía al andar a base de desplazarse con una cadencia regular. Los humanos alcanzamos el paso adecuado para nuestro cuerpo con las piernas y un cierto acompañamiento rítmico de los brazos. El Tyrannosaurus rex tenía unas patas delanteras muy cortas, las traseras muy altas y una cola imponente con vértebras y ligamentos, que le permitía almacenar y liberar energía al oscilar. “Cuando el compás de la cola alcanza la resonancia, es decir, obtiene el mayor movimiento con el menor esfuerzo, podemos hablar de una frecuencia natural: en este caso, sería la del animal cuando camina sin prisas”, dice Pasha van Bijlert, de 27 años, autor principal del trabajo, que estudia un Máster en Ciencias del Movimiento en la Universidad Libre de Ámsterdam (Vrije Universiteit) y analiza la locomoción de los dinosaurios.

Para la investigación, se creó un modelo tridimensional digital del esqueleto de Trix, una hembra adulta de la especie. De unos 66 millones de años y cerca de 12 metros, sus restos casi completos fueron excavados en 2013 en Estados Unidos. A esta representación añadieron luego los músculos y ligamentos de las vértebras de la cola, flexibles y resistentes a la tracción y la compresión. Para poder observar el efecto en la locomoción, sometieron esta copia digital del sistema óseo y muscular a una serie de análisis biomecánicos. “El balanceo de la cola gracias a los ligamentos servía de contrapeso. Es comparable a la suspensión de un puente, y producía parte de la fuerza necesaria para empujar de forma rítmica el cuerpo hacia delante a dos patas. La velocidad de la pisada tenía que corresponder a la frecuencia natural con que sube y baja la cola, y nosotros indicamos que el paso del Tyrannosaurus rex era de 1,28 metros por segundo”, explica Van Bijlert.

Nos hemos ayudado para averiguar la zancada de huellas fósiles, que escalamos digitalmente para concluir que era de 1,94 metros

Había que saber también la zancada, es decir, la distancia recorrida con cada uno de los pasos que daba. “Nos hemos ayudado para ello de huellas fósiles, que escalamos digitalmente hasta el tamaño de Tyrannosaurus rex, para concluir que era de 1,94 metros. Combinando ambas cifras en el conjunto de nuestros cálculos, estimamos que caminaba a 4,6 kilómetros por hora: más o menos como las personas”, explica Van Bijlert. En la misma conversación, subraya que los cálculos de otros expertos basados en la altura de la cadera o el largo de las piernas son cruciales para saber cómo andaba. “Según nuestra interpretación, fijarse también en la cola puede ayudar en los resultados”. El ritmo de caminata tranquila ahora propuesto es relativamente lento, “aunque similar al de otros animales vivos, de dos y cuatro patas, como elefantes o avestruces”.

Trix está expuesta en el Centro de Biodiversidad Naturalis de la ciudad holandesa de Leiden, que ha participado en el trabajo, junto con las universidades de Utrecht y la propia Universidad Libre de Ámsterdam. El eco de la publicación ha sido inmediato y uno de los comentarios le ha hecho especial ilusión al investigador. Lo firma John Hutchinson, profesor de Biomecánica Evolutiva en el Royal Veterinary College, de Londres, y ha dicho que el papel de la cola se había descuidado en análisis de este tipo. Unas palabras “muy alentadoras” para Van Bijlert, que dejó los estudios de Medicina al darse cuenta de que lo que le interesaba eran los dinosaurios. Como en Leiden no hay carrera de Paleontología, los estudia a través de las Ciencias del Movimiento. De todos modos, reconoce que su pasión viene de lejos y ha visto “decenas de veces” la película Parque Jurásico (1993) del director estadounidense, Steven Spielgerg.

Una vez medido el paso de su animal favorito, ¿sabe a qué velocidad corrían? Calcula que a unos 30 kilómetros por hora, aunque dice que hay estudios que hablan de entre 20 y 30 kilómetros. “Hay quien apunta incluso mayor velocidad, pero así podrían haberse roto las patas. Aunque esto espero estudiarlo en el futuro”. Formidables y pavorosos, pero parece que menos rápidos que el tiranosaurio de Spielberg persiguiendo a los humanos que escapan de su dentellada en el filme. Como dice este joven investigador: “Exageran con la celeridad de su Tyrannosaurus rex, pero es una recreación gozosa”.

Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_