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Los consejeros de ERC se aseguran el control del 77% de los presupuestos catalanes

El Govern apuesta por una mejora de las partidas sociales para superar los recortes de la crisis que benefician a la gestión de los republicanos

Dani Cordero
El vicepresidente del Govern y consejero de Economía y Hacienda, Pere Aragonès, este miércoles en la Generalitat.
El vicepresidente del Govern y consejero de Economía y Hacienda, Pere Aragonès, este miércoles en la Generalitat.Albert Garcia

El Gobierno de Quim Torra ha enviado este miércoles por la tarde al Parlament los presupuestos de la Generalitat para este año, cuya aprobación definitiva, prevista para dentro de unos tres meses, marcará los últimos pasos de la legislatura catalana. Con unos departamentos exhaustos financieramente tras tres prórrogas presupuestarias consecutivas, el Ejecutivo de Torra apenas podrá disfrutar de la tranquilidad de sacarlos adelante al haber anunciado este miércoles que convocará elecciones tras su convalidación. Además, ni siquiera está asegurada su aprobación a causa de la posible inhabilitación definitiva del president por parte del Tribunal Supremo, lo que podría derivar en unas elecciones antes de la votación final de las cuentas. Son unos presupuestos que permiten superar el recorte de gasto social iniciado por el Gobierno de Artur Mas. También son una muestra del control de la caja, que está en manos de los republicanos: gestionarán tres de cada cuatro euros de la Generalitat.

Ese control de las cuentas está muy por encima del reparto de poder que permitió la coalición de gobierno entre ambas formaciones, en las que se repartían el Ejecutivo a partes iguales y Junts per Catalunya se aseguraba la presidencia tras rebasar en votos y diputados en las elecciones a ERC. El 77% de la mejora del gasto por departamentos se destinará a partidas sociales: sanidad, educación y asuntos sociales, departamentos que están bajo control republicano. Esas tres áreas acumulan 18.726 millones, una cifra un 1,7% superior a la de 2010 y un 13,5% respecto a 2017, último ejercicio con presupuestos aprobados

La incógnita es si el anteproyecto que ha pasado este miércoles por el Consell Executiu dará réditos electorales al vicepresidente y previsible candidato de ERC, Pere Aragonès, quien los ha negociado con Catalunya en Comú Podem, en la próxima contienda electoral. La consejera de empresa, Àngels Chacón (PDeCAT), se ha quejado tímidamente en algunas ocasiones sobre la apuesta que los últimos presupuestos hacían únicamente en ámbitos más sociales. "Alguien no se acaba de creer que esta consejería también es social", se quejó el pasado viernes en un acto en Sabadell, asegurando que le habría gustado tener otro presupuesto que el finalmente acordado.

Aragonès ha defendido en la Comisión de Economía del Parlament, donde los ha presentado directamente sin la rueda de prensa anterior que es habitual cuando el Govern aprueba el borrador de Presupuestos, que las cuentas no son de un Govern o de un partido, sino "de país" y ha señalado que sería una "irresponsabilidad" no aprobarlos, por los problemas que conllevaría volver a gestionar la Generalitat con unos Presupuestos prorrogados, sin aprovechar la actualización de los ingresos que ha conllevado la mejora de la economía de los últimos tres años. El Departamento de Vicepresidencia y Economía defiende que los presupuestos de 2020 permiten revertir los recortes que la Administración autonómica, entonces en manos de Convergència, realizó durante la crisis.

El gasto corriente alcanzará los 25.113 millones de euros (un 14% más respecto a 2017) y las inversiones los 2.003 millones, un 27% más. En su elaboración ha pesado la influencia de Catalunya en Comú, que garantizará los votos necesarios en la Cámara tras haber forzado determinadas partidas de gastos y, sobre todo, de ingresos: a la ley presupuestaria le acompaña una de medidas fiscales que supone elevar ocho nuevos impuestos (IRPF y Sucesiones, entre otros) y crear uno nuevo que afectará a compañías eléctricas y de telecomunicaciones. La idea básica: elevar la presión fiscal a rentas altas y empresas y recaudar este año 172,6 millones de euros. La consecuencia: si el Gobierno independentista aprobó las cuentas de 2017 con la CUP, esta vez su muleta parlamentaria serán los comunes.

El borrador aprobado este miércoles se elabora teniendo en cuenta el objetivo de déficit cero que tienen que cubrir este año las comunidades autónomas. Los ingresos del nuevo marco fiscal aprobado permitirán enjugar el grueso de ese desfase entre ingresos y gastos. Pero la mayor parte de la mejora por parte del gasto será posible gracias a una mejora del 20% de los anticipos a cuenta de sistema de financiación autonómica, ligado a la mejora de la economía, que aportará 3.936 millones más (hasta 21.910 millones). La deuda crecerá seis décimas porcentuales y alcanzará un 31,4% del PIB. En intereses se pagarán 880 millones de euros, la mayor parte al Estado, su principal prestamista. La Generalitat prevé pedir este año al Fondo de Facilidad Financiera un total de 10.257 millones de euros.

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Sanidad. Es la partida más importante del presupuesto, al absorber el 27% de los recursos: 9.739 millones de euros (un 10% más), incluidos incluyendo el Instituto Catalán de la Salud y el CatSalut. Si no se incluyen las inversiones que se realizaron en 2017, el gasto sanitario supera por primera vez al de 2010. Aunque lo cierto es que los compromisos de pago que la Generalitat prevé para este año (el denominado gasto devengado) se aproximarán a los 11.000 millones de euros, 1.500 millones más que hace diez años. Se prevén 1.400 médicos más para la asistencia primaria.

Educación. El 18,6% del presupuesto, con 6.696 millones de euros (un 17,8% más) que deberían permitir aumentar el número de docentes en 5.395 (respecto a 2017). También es la primera vez que se superan los recursos disponibles por la consejería desde 2010, que volverá a financiar guarderías e impulsará inversiones para mejorar centros educativos, sobre todo los actuales que prestan servicio en módulos prefabricados.

Trabajo y Asuntos Sociales y Familia. Dispondrá de 3.411 millones de euros, 529 millones más. La renta garantizada de ciudadanía contará con 125 millones de euros más (hasta 388 millones, con 125.000 beneficiarios), mientras que las ayudas a la dependencia ganarán 92 millones de euros (1.566 millones).

Actividad económica. Pese a la actual situación de desaceleración económica y el repunte de crisis industriales, la Generalitat solo destinará el 1% de sus recursos a ese capítulo (354 millones de euros).

Plantilla. La partida que más ingresos absorbe es la de personal. Su presupuesto aumenta un 17,5% respecto a las cuentas de 2017. Son 6.569 millones de euros que incluyen la ampliación de plantillas previstas (19.541 efectivos más en el último trienio), los incrementos salariales en la Generalitat en los últimos años y el pago pendiente de las pagas extra aplazadas en 2013.

Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals. La sociedad que se encarga de la explotación de TV3 y Catalunya Ràdio contará con 282 millones de euros, una cifra similar a la aprobada hace tres años.

Inversiones. Aunque mejoran y se sitúan en los 2.000 millones de euros, continúan muy lejos de las cifras de 2010, cuando se presupuestaron 5.128 millones de inversión directa.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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