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OTRES
Columna
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¿Por qué no tomas otro nombre?

Mis padres adoptaron como nombres Néstor y Violeta y yo me quedé a un paso de que me llamasen Miguel

Imagen promocional de 'El viaje de Chihiro'.
Imagen promocional de 'El viaje de Chihiro'.
Chenta Tsai Tseng

Fuera del jardín de los Capuleto donde Julieta manifestó su rabia por el amor imposible debido al apellido de la familia de Romeo, a mí me han llegado a preguntar lo mismo, pero en contextos ajenos a la de una frustración romántica heterosexual: en los aeropuertos, cuando los inspectores chequeaban mi pasaporte, o cuando los puertas de las discotecas apuntaban mi nombre, impreso en mi DNI, entre resoplidos. Siempre acababan preguntándome lo mismo: ¿Por qué no tomas otro nombre? Diciendo que Chenta es demasiado complicado. Acto seguido, proponían una serie de nombres que, según su criterio y con dos tacones, decían que podrían ser más fáciles de pronunciar y de memorizar para ellos, añadiendo, además, que me "pegaba" llamarme así.

Así es como, al final, mis padres adoptaron como nombres Néstor y Violeta. Se los dio una de sus profesoras de filología española en la época en que estaban estudiando en la universidad de Taiwán. Me imagino que así se deben de sentir los directores de las películas cuyos títulos han sido mal traducidos al español. Yo no fui ninguna excepción. Aunque tuve suerte.

A un paso de que me llamasen Miguel, mi nombre original es 蔡承達 y fue escogido teniendo en cuenta el número de trazos necesarios para escribirlo. Según algunas creencias tradicionales chinas, cuando las palabras, en función del número total de trazos y otros parámetros, se combinan de manera armoniosa, el resultado es un nombre auspicioso que traerá buena fortuna al portador.

Los nombres en chino, zhōng gé (忠格), suelen estar compuestos de tres sinogramas: el primero es el apellido del padre, tiān gé (天格), y los otros dos, el nombre dado o dì gé (地格). A diferencia de los nombres occidentales, el apellido va antes del nombre. Según una de mis profesoras del Colegio Chino, aunque no sé si es completamente cierto, es cultural: en China se da más importancia a la unidad superior a la que se pertenece, mientras que los occidentales dan más importancia al individuo. Puede ser una forma simplista y reduccionista de verlo, pero me hace gracia. Lo mismo pasa con las direcciones: primero va el país y, de mayor a menor, el resto de los datos.

Migramos a España cuando yo tenía menos de un año, y mis padres decidieron hacer una transliteración de mi nombre: 承達 pasó a ser Chenta y el apellido, 蔡, Tsai. Chenta Tsai es un nombre que refleja ese sueño europeo de mis padres de buscar un futuro y, a la vez, la frustración del desarraigo familiar y ancestral que podría suponer este sueño. En El viaje de Chihiro, Yu-baaba se adueña del nombre de Chihiro y lo rebautiza Sen, quizás para que se olvide de sus orígenes. Hayao Miyazaki, director de la película, dijo: "El acto de privar [a una persona] de su nombre no solo cambia la forma en que una persona llama a la otra: es una forma de someterla por completo".

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