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Barcelona estrena los primeros pisos sociales fabricados con contenedores de barco

Los alojamientos, ubicados en el centro, serán ocupados en enero por personas desahuciadas

Clara Blanchar
Edificio de 12 pisos sociales realizados con contenedores en Barcelona.
Edificio de 12 pisos sociales realizados con contenedores en Barcelona.Albert García

El Ayuntamiento de Barcelona ha terminado, a pocos metros de la Rambla, en la calle Nou de Sant Francesc, las obras del primer edificio de vivienda pública de alquiler de España realizado con contenedores marítimos. Un total de 12 viviendas (de una y dos habitaciones, 30 y 60 metros cuadrados) pensadas para ser usadas de forma temporal por parte de familias que han sido desahuciadas y esperan un piso definitivo, y construidas en suelo de equipamiento.

El gobierno de la alcaldesa Ada Colau los llama alojamientos de proximidad provisionales (APROP) y la idea es que la estancia de sus habitantes sea de entre dos y cinco años, hasta tener un piso definitivo. Las obras comenzaron hace cuatro meses y el edificio recibirá a sus primeros habitantes, tres familias y personas mayores solas del mismo distrito de Ciutat Vella, después de Navidad.

Al contrario que otros proyectos de vivienda fabricadas con contenedores, que se dejan a la vista, en este caso tanto el equipo de arquitectos como el consistorio han optado por dar al proyecto aspecto de edificio convencional y esmerarse en la calidad de los acabados. Se mire por donde se mire, sea en el interior de los pisos o en los espacios comunes, no hay ni rastro de los contenedores, que han sido revestidos en una empresa de La Selva del Camp (Tarragona). Al pisar, por ejemplo, no suena a prefabricado, porque los contenedores tienen aislamiento interior y exterior y las instalaciones de las cocinas y los baños son de obra. Y la fachada, de policarbonato y madera, ha sido recubierta para mejorar su aislamiento térmico. En conjunto, el edificio supera los estándares del máximo nivel de calificación sostenible de los edificios, AA. Su coste ha sido de 940.000 euros.

La alcaldesa defendió este lunes los APROP por su "técnica innovadora, sostenible y eficaz" que permite construir vivienda pública en un plazo de año y medio, "frente a los seis o siete años de la de obra". "Nos permite aprovechar de forma provisional solares vacíos no previstos para vivienda y sin hacer modificaciones urbanísticas", afirmó. Y aunque cuando presentaron esta modalidad de vivienda en 2018 el Consistorio hablaba de construcciones provisionales, ahora no les pone fecha de caducidad. Colau alabó también la alta eficiencia en materia de sostenibilidad de estos alojamientos y aseguró que "en una época en la que la ciudadanía nos pide soluciones y después del fracaso de la cumbre del clima, defendemos un modelo sostenible que ha venido para quedarse".

Las casas-contenedor. En vídeo, así ha sido el proceso de construcción.Foto: atlas | Vídeo: Ayuntamiento de BARCELONA | ATLAS

Los APROP fueron anunciados durante el pasado mandato como parte de la estrategia del equipo de Colau de "luchar contra la emergencia habitacional" y sumar pisos al parque público con todas las fórmulas posibles: construyendo, rehabilitando, con acuerdos con grandes tenedores, comprando vivienda... Pero la licitación y encontrar empresas que pudieran hacer los tres proyectos anunciados no ha sido fácil y retrasó los proyectos. De ahí que los otros dos proyectos vayan con más retraso todavía. El segundo edificio con contenedores, en Sant Martí, se licitará a comienzos del año que viene. Colau señaló que la calidad de esta construcción permite a las familias alojarse mejor y de forma menos precaria que en pensiones o casas de familiares.

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La experta en vivienda y presidenta de la Fundación Habitat-3, Carme Trilla, subrayó las ventajas de los APROP como un método más para obtener vivienda pública en plena ciudad –sin tener que recurrir a la periferia– y celebró, en este caso, el resultado de un proceso industrializado para levantar pisos. "Las políticas de vivienda son muy complejas y sus ritmos exasperantes, esta herramienta es una de las soluciones que mayor celeridad permite ante la emergencia habitacional", dijo, y apoyó incluso que edificios como el de la calle de Nou de Sant Francesc puedan servir para otros usos no provisionales, como vivienda para jóvenes. "Es un modelo perfectamente validable para otras soluciones en Barcelona o Cataluña", zanjó.

Contenedores: "Un material superresistente y barato"

Si alguien duda de la resistencia de los contenedores, que tome nota de este material: Cor-ten. Se trata de una aleación de acero "superresistente, está pensado para aguantar 40 toneladas de peso y soportar condiciones meteorológicas extremas en altamar, además son baratos y al ser reutilizados responden a los requerimientos ecológicos". Habla David Juárez, el arquitecto que ha dirigido la obra del primer edificio de viviendas pública en contenedores. "Esto es una jubilación supertranquila para estos contenedores", ironiza. Juárez, que ha construido otros edificios con contenedores, pertenece al despacho de arquitectos Straddle3, autores del proyecto junto a la arquitecta Yaiza Terré y el estudio Eulia.

En la calle de Nou de Sant Francesc los contenedores forman parte de la estructura del edificio, que se apoya en vigas y pilares metálicos en la planta baja. En otros proyectos similares, los contenedores se dejan vistos, los edificios de vivienda son un agregado de módulos, pero aquí "se ha puesto especial cuidado con los acabados" para mejorar sus prestaciones y para que la exposición de los contenedores no contribuyera a estigmatizar a sus habitantes, explica.

Los contenedores están aislados por dentro, por fuera y entre ellos, lo que ha facilitado una calificación energética AA al conjunto, por su aislamiento térmico, acústico y contra el fuego. Respecto a la piel del edificio, se ha cuidado estéticamente (las planchas de policarbonato reflejan el cielo y las aperturas están enmarcadas con madera) y además evitan la entrada directa del frío y el calor. Sobre la vida útil del edificio, Juárez explica que no caduca, siempre que se haga el mantenimiento que necesita cualquier construcción. En cualquier caso, por lo que menos habrá que velar es por los contenedores, asegura.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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