Plantas raras para inspirar a generaciones
El museo Thyssen acoge una exposición de fotografías de naturaleza de Karl Blossfeldt “Blossfeldt es un clásico extraño, imprevisible, un poco secreto, porque, aunque ha influido a diseñadores, creadores y artistas del siglo XX”, dice Solana


Son plantas, pero así, vistas tan de cerca y en ese espacio blanco indeterminado, flotando en la nada, podrían ser muchas otras cosas: metales forjados, rosetones góticos, ácaros temibles, extremidades alienígenas o arquitecturas modernistas. Es la magia eterna de las imágenes del fotógrafo Karl Blossfeldt (Alemania, 1865-1932) que recogió 120 en el fotolibro Urformen der kunst (Formas originarias del arte), publicado en 1928 y considerado uno de los más importantes de la historia de la fotografía. 40 de ellas se pueden ver hasta el 5 de octubre en el museo Thyssen-Bornemisza.
“Blossfeldt es un clásico extraño, imprevisible, un poco secreto, porque, aunque ha influido a diseñadores, creadores y artistas del siglo XX, no es muy conocido por el gran público”, explica Guillermo Solana, director artístico del museo. Sus estampas, referentes de la Nueva Objetividad, complejas y sencillas al mismo tiempo, tomadas con máquinas fotográficas diseñadas por el propio artista, tienen esa cualidad de lo intemporal que hace que diferentes generaciones hayan vuelto a mirar hacia ellas en busca de modernidad.

“Porque lo moderno no es hacer algo supuestamente moderno”, explica el comisario Juan Naranjo, “sino sacar a la luz eso que siempre ha estado ahí, algo que la gente no sabía ver a pesar de que formaba parte de lo cotidiano”. Blossfeldt, excéntrico y aficionado a la naturaleza, salía al campo a recoger estas cosas orgánicas que estaban ya ahí fuera, al alcance de cualquiera, pero a las que nadie se había aproximado de esta manera.
En la exposición las imágenes se organizan en grupos basados en diferentes temas o en su estructura formal: se agrupan así las más volumétricas, la más aéreas, las más lineales, creando una panorámica que envuelve al visitante. También se expone el fotolibro original, contundente y de tapa dura. “Eran tiempos en los que la fotografía no era expuesta ni en galerías ni en museos”, dice el comisario, “y el fotolibro adquiere gran importancia como espacio discursivo”.

En cualquier caso, la naturaleza que reproduce Blossfeldt no es tal cual la encontramos en la realidad, si es que tal cosa existe. “La fotografía también es capaz de mentir”, apunta Naranjo. En muchos casos, las plantas de Blossfeldt aparecen estilizadas, descontextualizadas, colocadas para resaltar sus formas estructurales y no en la disposición silvestre que mostrarían en su estado natural. Busca la belleza y la emoción. “No solo crea un documento sino, aunque no lo parezca, obras de arte”, explica el comisario. La relación también se establece con el Art Nouveau que, como explica Solana, “buscaba en la naturaleza las fuentes de un nuevo estilo alejado del historicismo anterior”.

La producción del alemán estuvo muy vinculada a la actividad docente y a la ilustración de publicaciones. Esta vocación también didáctica de su obra, como ilustraciones de un tratado de Botánica, también sirvieron de inspiración a los diseñadores y creadores de la escuela de la Bauhaus, cuyo centenario se celebra este año. “De hecho, sobre la Bauhaus trata nuestra próxima exposición”, explica Solana, “en ambos casos se trata de la renovación de las artes, tanto las Bellas Artes como las artes aplicadas, relacionándolas con una nueva forma de enseñanza artística”.
Otro de los que han vuelto a mirar a Blossfeldt más recientemente es el fotógrafo Joan Fontcuberta, también algo excéntrico, que en los años 80 le dio una vuelta de tuerca posmoderna a estas imágenes. Creó su propio herbario (titulado Herbarium) en homenaje a Blossfeldt con una particularidad: las plantas que allí se veían no eran plantas, aunque lo parecieran, sino que eran artefactos construidos con otros materiales como cuernos, huesos, piezas de plástico, detritus industriales, que conseguían engañar al ojo y a la mente. Son otras formas de ver las cosas que ya está ahí.
También ha recuperado al alemán los creativos de la marca Loewe, promotora de esta exposición, con Jonathan Anderson al cabeza, que utilizan sus fotografías para ilustrar los envases de algunos de sus perfumes o los anuncios publicitarios que se pueden ver por las calles.
Karl Blossfeldt, Urformen der kunst. Del 6 de septiembre al 5 de octubre de 2019. Lunes de 12:00 a 16:00. Martes a domingo: de 10:00 a 19:00. Lugar:Balcón planta primera (acceso gratuito)

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