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Siete horas de tensión en la Casa de Correos

El nombramiento de los consejeros del PP provocó una tarde llena de idas y venidas en la sede gubernamental

Consejeros del primer Gobierno de coalición del PP y Ciudadanos en la región, presidido por Isabel Díaz Ayuso, este martes en la Real Casa de Correos.Foto: atlas | Vídeo: Kike Para/Chema Moya
Juan José Mateo

Cuando se apagan los flashes, empiezan los problemas. El lunes, Isabel Díaz Ayuso cierra la ceremonia de su toma de posesión como presidenta de la Comunidad sin haber terminado de anunciar el nombre de sus consejeros. Son las 14.00. Mientras la mayoría de los políticos madrileños comen canapés, el reducido grupo de aspirantes empieza a vivir lo que serán siete horas de gran tensión. Díaz Ayuso tiene claro quiénes ocuparán las carteras de Presidencia, Justicia, Educación y Hacienda. Le quedan por asignar las de Medio Ambiente, Sanidad y Vivienda. Está previsto que lo anuncie alrededor de las 16.00. No lo hace hasta las 21.00. En medio, nombramientos que se deciden y que se posponen.

Pedro Rollán se queda sin cartera

Durante más de 100 días, Pedro Rollán tuvo que gobernar Madrid en funciones. La inclusión de Ángel Garrido en las listas europeas del PP —que luego abandonó para fichar por Cs— y los más de dos meses que tardó Isabel Díaz Ayuso en cerrar un pacto para su investidura con Cs y Vox hicieron que su mandato se prolongara más de lo esperado. Durante ese tiempo, la candidata alabó su labor una y otra vez. Pero al final se quedó fuera del nuevo Ejecutivo.

"Cada vez que un nuevo líder es elegido, y le corresponde conformar su equipo, está absolutamente liberado para rodearse de las personas que considere oportuno para conformar su equipo", explicó ayer, tras ver cómo Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad, era el único integrante del antiguo gobierno que repetía en el nuevo. "En mí no cabe el rencor porque no hay ninguna razón para ello", añadió.

Rollán seguirá como diputado en la Asamblea, donde aún queda por ver si el PP premia su lealtad con la presidencia de alguna comisión. Lo mismo ocurrirá con Jaime de los Santos, exconsejero de Cultura; Yolanda Ibarrola, que fue titular de Justicia; o Carlos Izquierdo, que estuvo al frente de Medio Ambiente. Pese a abandonar el Ejecutivo, los cuatro tienen asegurado su futuro gracias a que fueron incluidos en las listas electorales, igual que Engracia Hidalgo, exconsejera de Hacienda y ahora concejal del Ayuntamiento de Madrid.

No es ese el caso de Rosalía Gonzalo, Lola Moreno y Rafael Van Grieken. Los exconsejeros de Transportes, Políticas Sociales y Educación no seguirán en el Ejecutivo ni fueron elegidos para optar a ser diputados o concejales.

"Resulta de justicia reconocer hoy la magnífica labor desarrollada por el anterior presidente en funciones y por todo el consejo de gobierno", dijo ayer la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid. "Muchísimas gracias por vuestro trabajo y especialmente durante este tiempo de interinidad en el que habéis continuado desempeñando vuestras funciones con absoluta lealtad a los intereses de los madrileños".

Así, Díaz Ayuso, la política con más poder ejecutivo en el nuevo PP, volvió a señalar a Rollán. Y eso no es cualquier cosa.

El exalcalde de Torrejón de Ardoz ha ganado posiciones en la descabezada organización madrileña. Tras la dimisión de Cristina Cifuentes, Mariano Rajoy decidió colocar a Pío García Escudero como presidente interino del PP de Madrid, la organización más poderosa del partido. Lo previsible es que la formación conservadora convoque un congreso en otoño para decidir quién la dirige. Entonces se desvelará la incógnita de si Díaz Ayuso quiere optar al puesto, lo que ha negado su equipo siempre que se le ha preguntado. Y se disputará una batalla interna en la que Rollán, como Antonio González Terol, exalcalde de Boadilla, tendrán mucho que decir por acción u omisión.

"En la composición del nuevo ejecutivo regional no hubo ningún tipo de conflicto", asegura un portavoz gubernamental.  

"No fue un proceso sencillo", discrepa una fuente conocedora de las negociaciones de última hora. "Había millones de ajustes que hacer. Lo normal en estos casos", describe. "Había mucho movimiento. Por la tarde estaba todo por decidir".

David Pérez, que acaba ocupando la consejería de Vivienda, y Enrique Ruiz-Escudero, que finalmente continúa en la de Sanidad, son dos de los nombres que protagonizan esas horas para corazones fuertes. El primero, número dos de la lista electoral de Díaz Ayuso, se va de la recepción "con muy mala cara", según quienes le observan en su salida. Por la tarde vuelve a la sede del ejecutivo. Se está decidiendo su futuro, que parece tan dentro como fuera del Ejecutivo. Y la tensión se masca en el aire.

"Pero desde el principio, todo el mundo coincidió en que él estaría en el gobierno, y al final ha estado", matiza un interlocutor del PP.

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"Que quisiera otra consejería distinta a la de Vivienda ya es otra cosa", abunda otra fuente popular, aludiendo a que el exalcalde de Alcorcón no vio reflejado en la estructura gubernamental el peso que le corresponde al número dos de la lista electoral.

"Pero yo estoy muy contento con la responsabilidad de trabajar en algo en lo que llevo toda mi vida trabajando, que es el mundo local, del que he estado enamorado", aseguró ayer el propio Pérez.

La dura tarde que vivió el PP no fue conocida por sus contrapartes de Cs hasta que se oficializó la composición del primer gobierno de coalición de la historia de la región. Según fuentes de la formación de Ignacio Aguado, no hubo comunicación previa de quiénes serían los siete consejeros populares, como tampoco la hubo de quiénes serían los seis de Cs —para un total de trece—. Por si acaso, el gobierno echó a andar ayer escuchando un alegato de su presidenta en favor de la unidad de acción.

"Comenzamos hoy una nueva manera de gobernar la Comunidad de Madrid", dijo Díaz Ayuso tras la toma de posesión de los consejeros. "Somos dos partidos coaligados que vamos a dedicar nuestros mejores esfuerzos y los de nuestros equipos a los retos que el futuro nos ponga por delante", siguió. "A partir de este momento, ya hemos formado un equipo. Un único equipo".

"Este será el gobierno de todos los madrileños y no de un partido o de otro", coincidió Aguado, de Cs.

Andalucía es el ejemplo a seguir para Madrid. Allí gobiernan el PP y Cs desde enero, con el apoyo externo de Vox. Es la misma situación que en Madrid. Para que el trabajo del Gobierno fluya sin distorsiones achacables a las diferencias ideológicas y estratégicas, Juan Manuel Moreno Bonilla, el presidente andaluz, eligió a Elías Bendodo como coordinador in péctore. Ese será el papel que asuma en Madrid María Eugenia de Carballedo, nueva consejera de Presidencia. Una persona de la máxima confianza de Díaz Ayuso.

PP y Cs, dos fuerzas que luchan por seducir al mismo electorado, llegaron a un acuerdo de gobierno para frenar la llegada al poder de la izquierda, que ganó las elecciones autonómicas a través del PSOE. Superado ese incentivo, los representantes de las dos formaciones se medirán ahora a la tentación de protagonizar la obra del nuevo Ejecutivo. Díaz Ayuso, como presidenta, tendrá todos los focos. Ignacio Aguado, como vicerpresidente y portavoz, luchará por tener su cuota. El avance de la legislatura medirá la solidez de una unión a la que hará sufrir inevitablemente el paso del calendario: según se acerquen las próximas elecciones, más difícil será mantener la unidad para dos partidos llamados a enfrentarse en las urnas.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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