_
_
_
_
_

Lágrimas, fotos y abrazos para despedir la legislatura del cambio

Diputados recién llegados y veteranos que dicen adiós reflexionan en el último pleno sobre cuatro años marcados por la dimisión de Cifuentes y la llegada de Podemos y Ciudadanos a la Asamblea

Juan José Mateo
Los diputados del PP aplauden a Ángel Garrido en su despedida.
Los diputados del PP aplauden a Ángel Garrido en su despedida. Comunidad de Madrid

En una esquina apartada de la Asamblea, Ángel Garrido (PP) se funde en un abrazo con César Zafra (Ciudadanos). Ese momento compartido por dos rivales políticos concentra todas las heridas, éxitos y fracasos de cuatro años de legislatura. La investidura y la dimisión de Cristina Cifuentes. La aprobación de cuatro Presupuestos con un Gobierno en minoría. Y el miedo a lo que viene. Cuando Garrido entona su adiós —no será el candidato del PP en las elecciones de mayo—, ya hay decenas de diputados reflexionando sobre “el vértigo” de dejar el escaño; otros tantos haciendo balance de para qué ha servido la llegada de Ciudadanos y Podemos a la Cámara; y unos cuántos calculando cómo influirá la previsible irrupción de Vox y Más Madrid en la formación del próximo Gobierno.

“Ni en mis sueños más raros hubiera pensado en estar aquí: he aprendido muchas cosas de cómo funciona el mundo, y me gustaría llevar esos conocimientos a las ongs, a la asesoría…”, cuenta José Manuel López, que debutó en política como portavoz de Podemos en la Asamblea, fue destituido y ahora no optará a revalidar su escaño. “A mí no me gustó que me sacasen. No lo entendí bien. Había sido elegido en primarias y en las urnas. Y no había otro proyecto diferente”, añade sobre un grupo parlamentario roto entre pablistas, errejonistas y anticapitalistas. “Cuando estábamos en la campaña de 2015, estiraba la mano para que alguien me pasara una brocha, y con ella pegaba el cartel. Pero cuando llegamos aquí, ya empezamos a mirar quién nos pasaba la brocha”, ejemplifica. “Nos hemos centrado mucho en nuestra dinámica interna, y eso nos ha complicado”, retrata. “Me preocupa”.

Ignacio Aguado y César Zafra.
Ignacio Aguado y César Zafra.

“La mayor cicatriz ha sido Cristina”, valora su debut César Zafra, de Ciudadanos. “El final fue indescriptible”, cuenta sobre Cifuentes, que dimitió hace casi un año por el escándalo del caso máster y la publicación de un antiguo vídeo en el que supuestamente aparecía protagonizando un presunto hurto en un supermercado. “La sensación de quebranto de confianza, de haberte levantado a votar sí a su investidura, de poner tu nombre para votarla, y encontrarte esa situación dantesca, cutre, que no se merece Madrid...”, cuenta sobre su estreno en la política parlamentaria. “Lo que más me ha decepcionado es lo lento que va todo”, añade tras valorar “con orgullo” el trabajo del grupo de Ignacio Aguado, clave para la estabilidad de los gobiernos de Cifuentes y Garrido. Y subraya: “Esta legislatura ha sido una locura: ¡La de gente que empezó aquí que ya no está!”.

Nadie se pone en pie cuando se recitan los nombres de los caídos durante cuatro años de lucha partidista: Cifuentes, Lorena Ruiz-Huerta, Ramón Espinar y hasta 38 diputados que empezaron el curso no están en la Asamblea —por distintas razones— para ver su último día. Y es una jornada cargada de emociones.

Renovación en el PP

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

A las puertas del hemiciclo, una mujer llora sin consuelo. Dentro, los diputados se hacen fotos de grupo para el recuerdo, igual que si fueran unos colegiales de visita. Y contra las paredes resuenan los discursos alabando a los que se marchan para siempre, como el veteranísimo Juan Van-Halen, del PP —“Gracias por amar la cultura”, le dice el consejero Jaime de los Santos, y el aludido se lleva la mano al pecho—.

Los aplausos de despedida se concentran especialmente en la bancada del PP, donde Isabel Díaz Ayuso, la candidata popular para las elecciones, promete “renovación” en las listas. “Voy a hacer las cosas a mi manera”, avisa, gesto serio, verbo duro, tras reunirse con el grupo parlamentario. Y al toque de esa corneta, empiezan a sucederse las despedidas.

“Da mucho vértigo. Mucha incertidumbre. Es salir de la zona de confort, pero tengo espíritu joven para intentar cosas distintas”, dice Bartolomé González, que deja la primera línea de la política tras dejarse tres décadas de su vida entre el Ayuntamiento de Alcalá de Henares y la Cámara regional. “Para los que venimos de la política municipal, llegar a la Asamblea es pasar de la práctica a la teoría”, añade, contraponiendo lo concreto y lo abstracto que es gestionar en esos dos ámbitos.

De izquierda a derecha, cuatro diputados del PP que no optarán a revalidar su escaño: Tomás Serrano, Belén Barbero, Anka Moldovan y Bartolomé González.
De izquierda a derecha, cuatro diputados del PP que no optarán a revalidar su escaño: Tomás Serrano, Belén Barbero, Anka Moldovan y Bartolomé González.

“Lo bonito, lo importante, es tener la oportunidad de conocer los problemas reales de la gente y mejorarlos”, le continúa su compañera Anka Moldovan, que traslada su residencia para dedicarse a la pintura. “La parte desagradable es no llegar a esos consensos, por ejemplo, ahora con Ciudadanos”, sigue. “Me llevo mucho de la política. Ha sido enriquecedor. Puede parecer fría desde fuera, pero desde dentro me ha parecido mucho más humana”.

“Lo que trabajamos aquí no le acaba llegando a la gente”, lamenta Belén Barbero, que ahora intentará revalidar la alcaldía de Colmenar de Arroyo.

“Los ciudadanos ven esta política etérea y la municipal concreta”, remata Tomás Serrano, que tras dejar la Asamblea intentará ganar las elecciones en Paracuellos del Jarama, donde promete no cobrar los 50.000 euros anuales que dice que le corresponden al alcalde. “No me voy del todo. Me quedo en lo que me gusta”.

No es ese el caso de Garrido, que no consiguió ser el candidato del PP a la presidencia de la Comunidad. Sentado en la bancada marrón que distingue al Gobierno, el aún presidente regional escucha el emocionante discurso con el que Ángel Gabilondo hace balance de la legislatura.

“Lo mejor: los acuerdos y los consensos; sobre el Reglamento, la Cañada Real, la Ley de LGTBifobia o la Ley de Muerte Digna. Lo más discutible, lo que se ha hecho sin el acuerdo de los grupos y sin tan siquiera intentarlo”, detalla el líder de los socialistas.

Ángel Gabilondo agradece al grupo socialista su trabajo.
Ángel Gabilondo agradece al grupo socialista su trabajo.

Ovación a Garrido

Entonces, Garrido se levanta para tomar la palabra. “Hay tiempos que no merecen que estemos a su altura”, dice, citando al poeta Karmelo Iribarren. “Últimamente, escuchando algunas propuestas políticas que parecen salir más de las vísceras que de la razón, puede que estos que vivimos sean uno de esos tiempos, de los que no merecen que estemos a su altura, sino a una distinta y superior”, pide, argumentando que “no son momentos para que la ideología se imponga sobre todo lo demás”. Y se despide, mirando a su bancada: “Gracias por haber estado siempre ahí, en los momentos fáciles pero sobre todo en los difíciles, que, créanme, han sido unos cuantos”.

Truena una ovación, y la legislatura del cambio echa el telón. Cuando se levante de nuevo, todo volverá a ser diferente: las encuestas apuntan a que el PP puede perder el poder por primera vez en un cuarto de siglo, avanzan el debut de Vox en la Cámara y reservan un lugar para el Más Madrid de Íñigo Errejón.

El grupo parlamentario de Podemos, en el Hemiciclo.
El grupo parlamentario de Podemos, en el Hemiciclo.

Aprobada la ley de transparencia

EUROPA PRESS

La Asamblea de Madrid ha aprobado este jueves la Ley de Transparencia y Participación de la Comunidad, propuesta por el PSOE, que recoge, entre otras medidas, la creación de un Registro de Transparencia, en el que tendrán que inscribirse aquellos que influyen en la elaboración de normativas o políticas públicas.

Esta ley, que ha salido adelante en el último Pleno de la Cámara regional gracias a los votos de PSOE, Podemos y Ciudadanos, y pese a la oposición del PP, regula, en el ámbito de la Comunidad, la transparencia en su doble vertiente de publicidad activa y de derecho de acceso a la información pública así como la participación y colaboración ciudadana en los asuntos públicos.

Así, la ley se aplica a la Administración regional, la Administración pública de las entidades locales y a las universidades públicas, en todo aquello que no afecte a su autonomía. Además, afecta a los partidos, las organizaciones sindicales y empresariales así como las entidades privadas que reciban subvenciones de más de 60.000 euros del Gobierno regional, que tendrán que hacer público un directorio de la información relativa a la organización, los responsables, las materias y actividades de interés.

Se crea una Oficina de Coordinación de la Transparencia que elaborará y aprobará las directrices aplicables a la publicación de información, gestionará el Portal de Transparencia, controlará la correcta tramitación de las solicitudes de acceso a la información y elaborará un informe anual sobre el cumplimiento de las obligaciones en materia de publicidad y de derecho de acceso.

Asimismo, se pondrá en funcionamiento un Registro de Transparencia que tendrá como finalidad que se inscriban quienes influyen de manera directa o indirecta en la elaboración de normas jurídicas y disposiciones generales así como en la elaboración y aplicación de las políticas públicas de los sujetos. Así, se podrá conocer la trazabilidad de cualquier norma, es decir, todo el proceso legislativo.

En concreto, se recogerán los contactos con cargos, directivos, profesionales, personal estatutario, asesores u otros sujetos de las Administraciones públicas autonómica y local, con la finalidad antes mencionad o la preparación y difusión de comunicados, material informativo o documentos de debate y toma de posición.

También se crea el Consejo de Transparencia y Participación que tendrá que presentar un informe a la Asamblea de Madrid sobre el grado de aplicación y cumplimiento de la transparencia y participación. Éste tendrá capacidad sancionadora.

La ley también incide en que las administraciones deben impulsar y fomentar la participación de la ciudadanía a través de instrumentos o mecanismos adecuados que garanticen la interrelación mutual, ya sea a titulo individual o a través de las entidades ciudadanas en las que se integre la ciudadanía.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_