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ENTREVISTA | Vicenç Martínez Ibáñez

“El problema de las urgencias se soluciona con obras, no con profesionales”

El gerente de Vall d'Hebron asegura que "entre un 30% y un 40% de los pacientes del urgencias se podrían tratar fuera del hospital"

Jessica Mouzo
El gerente de Vall d'Hebron, Vicenç Martínez Ibáñez, en su despacho del hospital
El gerente de Vall d'Hebron, Vicenç Martínez Ibáñez, en su despacho del hospitalMassimiliano Minocri

En lo alto de Barcelona, a los pies de Collserola y con la vista puesta en la ciudad, se levanta la inmensa urbe sanitaria que asiste y vigila, desde las alturas, la salud de Barcelona y su gente. Esparcidos colina arriba, una suerte de edificios se encaraman a la montaña y, en un trapecio irregular, acotan las murallas del Campus Vall d’Hebron, el complejo sanitario más grande de Cataluña, líder estatal en investigación biomédica y ensayos clínicos y punta de lanza de la medicina más innovadora en Europa.

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A los mandos del buque insignia de la sanidad catalana está Vicenç Martínez Ibáñez, cirujano de la casa y autor del primer trasplante hepático pediátrico en España (1987). En 2015 asumió la gerencia del centro y, en plenos recortes sanitarios y sin un euro disponible para grandes inversiones, se puso al frente de la gran transformación de un hospital de excelencia profesional pero obsoleto en infraestructuras. En estos años, las tornas han cambiado y Martínez Ibáñez reivindica el momento de Vall d’Hebron. “Hoy en día tenemos una historia de ser muy austeros: muy dedicados a tener talento y equipamientos, pero muy poco dedicados a tener una estructura excelente. Y esto ya no puede ser así”, reclama.

El campus se encuentra inmerso en una reestructuración de 122 millones de euros para reformar salas de hospitalización de los años 60 o urgencias donde no puede entrar una ambulancia. “No nos importaba tener las mesas viejas si nos encontrábamos con fuerza y equipos suficientes para atender a nuestros pacientes. Pero ya hemos estado demasiado tiempo sin inversión”, zanja el gerente. A las obras se suma en cambio en la organización interna, que funciona por procesos y centrada en el paciente. Los cambios han comenzado a mejorar la productividad y los circuitos, asegura Martínez Ibáñez. “En oftalmología tenemos un 22% más de productividad”, apunta.

El cirujano asegura que el hospital y sus profesionales gozan de buena salud, aunque admite problemas. Como la saturación de sus urgencias, que regalan cada tanto imágenes de pacientes en los pasillos, demoras en la puerta de entrada y quejas de las entidades vecinales por las aglomeraciones del servicio. “A que tengamos mucho trabajo 30 días al año, yo me puedo adaptar. Pero a que tengamos a gente hacinada o que no esté cuidada su intimidad, no me puedo adaptar”, admite. Pero el médico acusa la saturación a la falta de espacio. “Hemos valorado que una entrada de urgencias digna en el área de medicina general está en unos 270 pacientes. Pero nos vienen 380 y 400. Esto solo se soluciona con obras, no es un tema de profesionales. No es un tema de gestión. Es demasiado”, asume.

La solución final, asegura, pasará por la reforma de las urgencias del área de traumatología, que se conectarán con las de medicina general. Y augura que “en dos o tres años, cuando las obras estén terminadas”, la saturación estará solucionada. “Los profesionales lo tienen claro, están trabajando ahora en estas condiciones de estructura precaria, pero es que no tenemos otra salida”, admite.

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Con todo, señala, también falta educación ciudadana. “Entre un 30% y un 40% de los pacientes de urgencias se podrían tratar fuera del hospital. Hemos de hacer un dispositivo del hospital pero fuera del hospital”, propone.

El Campus, en cifras

Cuatro instituciones. El Campus Vall d'Hebron está formado por el hospital universitario Vall d'Hebron, el Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR), el Vall d'Hebron Institut d'Oncologia (VHIO) y el Centre d'Esclerosi Múltiple de Catalunya (CEMCAT).

9.000 profesionales. Entre sanitarios y personal administrativo y de otros servicios, unas 9.000 personas trabajan dentro del campus.

900 ensayos clínicos. En conjunto, los grupos científicos del hospital y de los centros de investigación adjuntos tienen unos 900 ensayos clínicos en marcha a los que incorporan pacientes del hospital.

1,2 millones de pacientes. Cada año, Vall d'Hebron atiende a 1,2 millones de personas. El hospital es centro de referencia para 12 de los 14 barrios más pobres de Barcelona.

Martínez Ibáñez también rechaza que falten camas de hospitalización, una demanda histórica de las entidades sociales, que denunciaron el cierre estructural de camas durante los recortes. “Tenemos que cambiar el chip. El hospital no es el sitio ideal para estar. Hay que venir aquí con una cosa aguda importante y salir cuanto antes. Hemos de ambulatorizar muchísimo. Hay patologías y especialidades, como medicina interna u oncología, que tienen que ir cada día más a hospitales de día, no a camas. La cama tiene que ser para algo agudo complejo”, sostiene.

El gerente asegura que escucha las demandas sociales y se reúne al menos cuatro veces al año con las entidades vecinales. Plataformas como el SAP Muntanya o la Marea Blanca, siguen reuniéndose a las puertas del hospital cada miércoles para recoger firmas contra que el teléfono de citas médicas sea de pago (902), las listas de espera o que los pacientes estén más de 24 horas ingresados en urgencias. “Lo del 902 se solucionará antes de Semana Santa”, apunta. De lo demás, conviene: “Esto es un sistema universal y gratuito. Por tanto, colas por concepto. En Estados Unidos, pagas, y no hay cola. Estamos en otro sistema y lo que no podemos pretender es tener todo de todos los sistemas porque es imposible”.

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Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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