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La plaza Elíptica es el agujero negro de la contaminación de la capital

El 5 de febrero se superó el valor límite horario de dióxido de nitrógeno (NO2) en las estaciones de medición para todo 2019

Gloria Rodríguez-Pina
Vías de acceso a Madrid en la plaza Fernández Ladreda, donde ya se ha superado el valor límite horario de polución para 2019.
Vías de acceso a Madrid en la plaza Fernández Ladreda, donde ya se ha superado el valor límite horario de polución para 2019.KIKE PARA

Han bastado 36 días para que Madrid incumpla los límites de contaminación para todo 2019. La Unión Europea prohíbe que se superen más de 18 veces el valor límite horario de dióxido de nitrógeno (NO2) en las estaciones de medición. La que está colocada en la plaza Fernández Ladreda, más conocida como plaza Elíptica, se había salido 19 veces de los parámetros permitidos el 5 de febrero, y ha seguido marcando valores prohibidos desde entonces, según Ecologistas en Acción. La capital ha puesto en marcha medidas para disminuir la polución, pero no llegará a tiempo para cumplir con el objetivo europeo de 2020.

A poco más de 4 kilómetros de la Puerta del Sol, donde el aire se ha vuelto más limpio desde la entrada en vigor de Madrid Central en noviembre de 2018, se encuentra el punto negro de las estaciones de medición de contaminación de la ciudad. En plaza Elíptica se juntan varios problemas que contribuyen a que se supere el límite legal de 200 microgramos por metro cúbico del Valor Límite Horario (VLH), como señala Juan Bárcena, de la asociación ecologista. El principal es el tráfico de la autovía de Toledo, la A-42, pero también el ir y venir de coches asociado a un colegio de la zona —cuyos alumnos “están expuestos a niveles de contaminación no recomendables”— y a paradas informales de autobuses de empresas.

El caso de superaciones horarias es “muy escandaloso”, según Bárcena, pero además, la estación de Fernández Ladreda, junto con la de Escuelas Aguirre, registra sistemáticamente niveles más altos del valor medio anual permitido de NO2, de 40 mg/m³. Ecologistas en Acción advierte que si no se ponen en marcha medidas específicas en esa zona, no se cumplirán los objetivos europeos.

La corporación local señala que el inicio del año ha sido de mucha estabilidad atmosférica y que la zona tiene mala ventilación, factores que contribuyen a la polución. Recuerda además que ha habido años en los que ha habido estaciones que han superado el nivel de contaminación de todo el año en solo siete días (2015) y en 10 (2012). “Este año se ha aguantado más, pero sin duda hay que seguir trabajando para reducir la contaminación”, señalan fuentes del Área de Medio Ambiente. Están analizando la situación, aseguran, pero “son necesarias medidas de mejora del transporte público que dependen de otras administraciones”.

“No hay que hacer algo específico en esa zona”, rechaza Xavier Querol, investigador del CSIC experto en contaminación, que aboga por una “aproximación holística” en toda la ciudad. Si se actúa solo para reducir el tráfico en un punto, explica, se desplaza el problema al barrio de al lado. Querol señala además que las superaciones sistemáticas en plaza Elíptica no quieren decir que sea el sitio con más polución de todo Madrid. “Si una estación incumple, toda la ciudad incumple, porque seguro que hay sitios menos contaminados, pero también más contaminados”, dice, y señala a la M-30, la M-40 y el paseo de la Castellana, o zonas con menos tráfico pero peor ventilación.

2020, límite europeo

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Tanto Querol como Bárcena ven improbable que Madrid cumpla con los objetivos europeos el año que viene. “Siempre dije que no llegará a 2020, no porque lo esté haciendo mal el Ayuntamiento, sino porque vamos con retraso”, afirma Querol. En las 50 ciudades más importantes de Alemania, explica, pusieron en marcha restricciones a los vehículos más contaminantes en enero de 2010. En España, donde “la gran asignatura pendiente es el tráfico privado en las ciudades”, la primera medida que les ha puesto freno ha sido Madrid Central.

En 2018 el aire de la ciudad mejoró notablemente. Los datos de las estaciones municipales registraron 102 picos de dióxido de nitrógeno, concentrados en 30 días. Son las cifras más bajas desde 2010, pero la ciudad suma nueve años de incumplimientos. “El actual equipo de gobierno asumió la contaminación como uno de los principales problemas de la ciudad desde su llegada y el trabajo ha sido continuo” para mejorar los datos y cumplir con la legislación europea, señalan fuentes municipales. Los expertos aplauden los esfuerzos del gobierno de Manuela Carmena con Madrid Central y el Plan A de calidad del aire, pero piden más acciones.

Fuentes de la Comisión Europea reconocen que las emisiones de varios contaminantes atmosféricos se han reducido significativamente en España, pero señalan que la calidad del aire sigue causando “serias preocupaciones” en algunas de las siete zonas señaladas por la Comisión, entre las que se incluye Madrid. La Agencia Europea del Medio Ambiente señaló en 2015 que se puede atribuir a distintos elementos contaminantes unas 38.600 muertes prematuras en el país.

Bruselas ha dado más margen a España antes de llevarla ante la justicia y exigir sanciones al considerar que “las medidas que se están implementando o planificando (...) parecen poder abordar adecuadamente las brechas identificadas”, según el portavoz de Medio Ambiente, Enrico Brivio. La Comisión “sigue supervisando de cerca la aplicación de estas medidas, así como su eficacia para corregir la situación lo antes posible”. Por muy pronto que se consiga, los expertos ven improbable llegar a tiempo para 2020.

Más restricciones al coche

Fernando Martín Llorente, jefe de la división de contaminación de Ciemat, considera que hay que profundizar en “todo lo que sea reducir el uso del vehículo privado y los más contaminantes”, y potenciar el transporte público.

Ecologistas en Acción apuesta por quitar espacio al coche en todos los grandes ejes, como se ha hecho ya en Gran Vía. La redefinición de estos ejes de circulación es una de las medidas contempladas por el Ayuntamiento, pero como señala Bárcena, no tienen un calendario, no son acciones que se pongan en marcha de un día a otro ni son populares, y las elecciones están ahí mismo.

Otro aspecto que considera crucial es “reducir el tráfico de coches que vienen de la corona metropolitana a la ciudad”. Un estudio sobre el parque circulante de 2017 señalaba que el 40% de los coches que circulaban por Madrid pertenecían a personas censadas fuera de la ciudad, recuerda. “Hay que atacar ese tráfico y para eso hay que facilitar que la gente pueda acceder en transporte público, con Cercanías y autobuses interurbanos, y carriles bus-VAO en las vías de acceso”. Ambas medidas no dependen del Ayuntamiento, sino de una acción coordinada con el Gobierno central y el autonómico.

La “estrategia estructural” para toda la ciudad por la que apuesta Querol pasa por ampliar las restricciones de Madrid Central al resto del municipio, construir aparcamientos disuasorios y mejorar el transporte público, especialmente el metropolitano. El investigador defiende también poner en marcha un sistema de distribución urbana de mercancías más eficaz, con furgonetas más limpias y que se muevan menos por la ciudad. Finalmente, sería necesario desde su punto de vista un rediseño urbano: “Cuando tengamos menos coches y sean más limpios, hay que peatonalizar mucho más y construir más zonas verdes”, añade.

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