_
_
_
_
_

Serenos contrastes

El Trío Schubert abre el año en el ciclo de conciertos benéficos de la Real Academia Galega de Belas Artes

Trío Schubert.
Trío Schubert.

La Real Academia Galega de Belas Artes ha celebrado el miércoles 16 el primer concierto de 2019 dentro del ciclo a beneficio de entidades benéficas que organiza conjuntamente con Orphelion Ensemble. Este primer concierto del año ha sido protagonizado por el Trío Schubert, formado por Fumika Yamamura, violín, Gabriel Bussi, viola, y Anne Yumino Weber, violonchelo. En programa, obras de Franz Schubert, (1797 - 1828), Paul Hindemith (1895 - 1963) y Ludwig van Beethoven (1770 – 1827).

La denominación Trío Schubert es toda una declaración de sus intenciones como conjunto de cámara y el Movimiento para trío de cuerdas es, en este sentido, una introducción más que adecuada para un programa como el propuesto. Los miembros del trío ofrecieron una lectura llena de delicadeza, buena precisión rítmica y los contrastes dinámicos propios de su estilo.

El inicio del Trío para cuerdas, op. 34 de Hindemith marcó un gran contraste con la obra anterior y fue una muestra de la ductilidad delgrupo. La gran fuerza teatral del unísono inicial de su primer movimiento, Toccata, se multiplicó en los ecos y diálogos entre sus tres voces. La extrema sutileza que imprimieron al Langsam un mit grosse Ruhe creó un precioso ambiente sonoro en el que lució de forma muy hermosa la delicadeza de las melodías y la armonía con las que Hindemith escribió este movimiento.

Los ritmos y dinámicas del tercer movimiento, Mässig schnelle Viertel, tuvieron todo su carácter juguetón en manos del Trío Schubert, con unos pizziccati llenos de pícara gracia y en el movimiento final destacaron el ensamblaje de sus temas fugados, el contraste de estos con la tranquilidad de su segunda sección, Sehr ruhige Achtel, y de esta con la ironía del Sehr lebhaft y la vivacidad del Prestissimo final.

La segunda parte del concierto tuvo como protagonista a Beethoven. Los diálogos de la introducción de su Trío para cuerdas en sol mayor, op. 9 número 1 fueron expresados con serenidad y una sensación de trascendencia en la que no faltaron las características oleadas de fuerza beethovenianas. Estas fueron administradas con bastante mesura a lo largo de toda la interpretación del trío y fue de destacar el bello canto de Yamamura en el Adagio y el apoyo como un eco de la viola de Bussi. En el Scherzo fue notable la gracia inicial del conjunto y la fuerza contenida del chelo de Weber, extendida y multiplicada en sus Tríos. Esta misma fuerza elegantemente contenida caracterizó el Presto final.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_