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La rocambolesca huida de un (presunto) traficante de ‘maría’

Se escondió tras un muro en Astigarraga después de tres accidentes, quemar su coche y ocultar 4,2 kilos de marihuana

Pedro Gorospe
Agentes de la Ertzaintza, en Vitoria (País Vasco) el año pasado.
Agentes de la Ertzaintza, en Vitoria (País Vasco) el año pasado. L. RICO

Ha sucedido en la tierra de las manzanas, pero el suceso no tiene nada que ver con la sidra. La nota oficial explica que un hombre de 32 años ha sido detenido por la Ertzaintza en posesión de 4,2 kilos de marihuana después de que sufriera un accidente de circulación. Hasta ahí podría haber sucedido en cualquier sitio y sin demasiado interés. La historia, sin embargo, gana mucho, cuando se baja al detalle.

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La cadena de despropósitos sucedió el jueves por la tarde, en torno a las 17.00 horas. Dos turismos colisionaron en la AP-8 a su paso por la localidad guipuzcoana de Zarautz y uno de ellos, un Volkswagen Golf, se dio a la fuga. Posiblemente su conductor entró en pánico y empezó a diseñar respuestas y acciones imposibles para convertir en inocuo lo que llevaba en el maletero, cuatro kilos de marihuana.

La huida responde a ese patrón. Precipitación, poca "profesionalidad" y chapuzas varias, una detrás de otra. Tras el accidente de Zarautz, el presunto traficante tuvo todavía tiempo de colisionar contra otro vehículo y contra una patrulla policial, ha precisado el departamento vasco de Seguridad, antes de que los agentes le perdieran temporalmente de vista.

En torno a 45 minutos después, y fruto de una batida que poco a poco iba en aumento, la Ertzaintza localizó el Volkswagen Golf en el camino Larraburu de Astigarraga. La señal de alerta fue la columna de humo que se veía desde varios kilómetros de distancia. El detenido había decidido acabar con las pruebas que le incriminaban y le prendió fuego al coche. Los bomberos tuvieron que apagarlo mientras otros agentes buscaban al conductor. El plan del delincuente era bueno. "Quemo el coche, me escondo y cuando los polis se marchan, vuelvo andando"... No le funcionó.

La Ertzaintza le encontró sobre las 19.00 horas oculto y camuflado tras el muro de una edificación abandonada en el municipio de Astigarraga, uno de los lugares con mayor número de sidrerías por metro cuadrado de todo Gipuzkoa.

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Pese a que tuvo una larga hora entre el momento en que prendió fuego al coche y le localizó la policía vasca, la versión que ofreció no tenía ni pies ni cabeza. El sospechoso explicó a los agentes que había huido del accidente y había prendido fuego al coche porque no tenía seguro y le quedaban pocos puntos del carné de conducir, al tiempo que aseguró que el vehículo era de un allegado suyo y que había tirado las llaves cerca de donde lo había abandonado.

Todos, los agentes y el detenido se acercaron al lugar donde el coche ya solo humeaba y comenzaron a buscar las llaves. Lógicamente el detenido orientaba a los agentes en una dirección. El instinto policial les decía que tenían que buscar en dirección contraria. Poco después un ertzaina encontró entre los matorrales una caja con bolsas de marihuana que sumaban un peso de 4,2 kilos. La patrulla le detuvo por tráfico de drogas. Tenía 855 euros en su poder. Ni siquiera intentó aquello de que era para consumo propio. El arrestado cuenta con tres detenciones anteriores relacionadas con el tráfico de drogas.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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