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Los patinetes eléctricos de alquiler desembarcan en Madrid sin regulación de uso

La nueva ordenanza de movilidad, aún por ratificar en el pleno municipal, plantea una batería de limitaciones para estos vehículos, como la prohibición de circular por las aceras

Varias personas observan los nuevos patinetes eléctricos de la empresa de alquiler Lime, en la plaza de Cibeles.
Varias personas observan los nuevos patinetes eléctricos de la empresa de alquiler Lime, en la plaza de Cibeles.KIKE PARA
Julio Núñez

El concurrido mercado de alquiler de vehículos eléctricos acaba de abrir en Madrid una senda de desarrollo con los patinetes, un medio de transporte que carece de regulación específica en la norma vigente. La nueva ordenanza de movilidad, aún por ratificar en el pleno municipal, plantea una batería de limitaciones, como la prohibición de circular por las aceras. Pese al momentáneo vacío legal, la empresa de alquiler de patinetes eléctricos Lime, con sede en San Francisco (EE UU) y participada por Uber, no ha dudado en lanzarse al mercado español y ayer miércoles anunció la puesta en marcha del servicio en Madrid.

El modelo de negocio de la compañía californiana se basa en dejar estacionados durante el día (desde las 5.00 hasta las 21.00) los patinetes eléctricos por varios puntos de la ciudad para que los usuarios, a través de una aplicación móvil, los localicen y vayan a recogerlos para alquilarlos. Después de realizar el viaje, los conductores aparcan el dispositivo en cualquier acera. Hace una semana, Lime anunció que buscaba trabajadores en la capital (falsos autónomos, al estilo Deliveroo) para que llevasen a cabo el mantenimiento de los patinetes, los recogiesen por la noche, recargasen sus baterías y volviesen a distribuirlos por la ciudad antes del amanecer. La empresa norteamericana está presente en cuatro países EE UU, Francia, Alemania y Suiza.

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Lime reconoce que existe un vacío legal y dice que contactó con el gobierno local antes de comenzar su actividad en la capital —afirmación que el Ayuntamiento desmiente—. La empresa californiana no ha querido revelar “por cuestiones de estrategia” el número de aparatos que ha desplegado por la ciudad. El Gobierno municipal de Los Ángeles (EE UU), donde estas compañías ya han inundado las vías, anunció el mes pasado que está estudiado medidas que obliguen a las empresas de alquiler de patinetes a solicitar permisos que les permitan aparcar sus dispositivos en las aceras.

El Consistorio ha informado de que este tipo de empresas no necesitan un permiso municipal para operar en sus calles, pero ha subrayado que los usuarios deben acatar las normas actuales, y las futuras, de circulación. “Se mueven en la ausencia de regulación”, afirmó ayer miércoles un portavoz del Área de Movilidad del Gobierno municipal. La ley actual, de 2005, precisa que los patinetes solo pueden circular por las aceras a un ritmo similar al de los peatones. La ley no hace distinción entre los dispositivos con motor y los que no los tienen. La proliferación de estos vehículos ha llevado al Consistorio a redactar una ordenanza para regular, entre otras cuestiones, las “nuevas realidades de movilidad personal que han ido surgiendo”.

No obstante, la ordenanza aún está pendiente de ser ratificada en pleno, previsiblemente antes de que acabe 2018. El borrador de la nueva normativa subdivide a los vehículos de movilidad urbana (VMU) en función de la velocidad máxima que pueden alcanzar: de tipo A (patinetes eléctricos, monociclos y hoverboards de 20 kilómetros por hora), B (los tipo scooter y segway de 30 kilómetros por hora), y C (bicicletas eléctricas de 45 kilómetros por hora). Los vehículos de estas empresas —en su mayoría A y B— solo podrán circular por los carriles bici, parques y aceras bici, calles 30 de sentido único y limitadas a esa velocidad, ciclocalles y calles residenciales. Los usuarios tienen prohibido circular por las aceras y por ciclocarriles como los ubicados en la Gran Vía.

Otras empresas, como la valenciana Bbhuo, han aplazado su llegada a Madrid, previsiblemente hasta septiembre, a la espera de que se apruebe finalmente la nueva ordenanza de movilidad. La compañía asegura que la nueva norma “discrimina” a los usuarios de monopatines eléctricos, que ven limitadas sus posibilidades de desplazamiento. “La planificación está lista desde hace tiempo, pero necesitamos saber si nos conviene, de momento, operar en Madrid con esta nueva ordenanza”, comenta Gustavo Santana, uno de los directores de la empresa. A diferencia de Lime, los patinetes de Bbuho se recogen y depositan en espacios pactados con particulares, como bares y tiendas, y no en plena calle.

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Restricciones al aparcamiento en las aceras

El borrador de la nueva ordenanza municipal solo permite estacionar los VMU del tipo C (bicis eléctricas y ciclomotores) en las bandas de estacionamiento de la calzada. Los de tipo A y B (patinetes) pueden hacerlo sobre la acera en “determinadas condiciones” y en reservas de bicis y motos.

La nueva regulación destaca “expresamente” que las empresas de alquiler de este tipo de vehículos deberán disponer de un seguro de accidente del usuario, de otras personas, de daños a bienes y a patrimonio municipal. Los servicios de VMU compartidos sin base fija se gestionarán “mediante concesión municipal” que asegure, además de los puntos anteriores, su cobertura en toda la ciudad.

También destaca que los clientes de las empresas turísticas que utilizan este medio de transporte tendrán que llevar casco mientras lo hacen. En esas rutas turísticas solo podrán circular grupos de ocho personas más el guía, y por “itinerarios predefinidos previa autorización municipal”.

La nueva ordenanza también matiza el uso de monopatines sin motor y de vehículos similares, que podrán circular por las aceras y demás zonas peatonales con una velocidad “adaptada al paso de los peatones”, por carriles bici —en los no protegidos solo mayores de 16 años y menores acompañados—, aceras-bici, sendas ciclables, pistas-bici y ciclocalles.

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