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El PDeCAT aguarda al movimiento que Puigdemont quiere fundar en otoño

La ejecutiva del partido neoconvergente designa este lunes a su nuevo portavoz y se inclina por ratificar a Campuzano

Camilo S. Baquero
JOHN THYS (AFP)

El PDeCAT celebrará hoy su primera ejecutiva tras la asamblea en la que Carles Puigdemont y su entorno se impusieron a la vía más posibilista que defendía la ya excoordinadora de la formación Marta Pascal. Será una reunión en la que se esbozará el futuro de este partido históricamente hegemónico en Cataluña, muy condicionado por el desenlace del movimiento panindependentista que quiere fundar el expresident, la Crida Nacional, que verá la luz este otoño.

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“Recoser”, “curar”, “tender puentes”, son algunas de las expresiones más repetidas cuando se pregunta a algunos de los cuadros del partido sobre los deberes de la nueva ejecutiva. Nadie duda del liderazgo de Puigdemont, —ahora en Waterloo (Bélgica)— pero la manera en que se impuso su tesis de alinear el PDeCAT y la Crida ha dejado una herida de complicado tratamiento. Y mucho más, a menos de un año para las elecciones municipales, en las que la formación heredera de Convergència quiere revalidar sus 440 alcaldías.

“Pascal ha preferido retirarse antes que partir el partido, dice un alto cargo. La excoordinadora, tan independentista como Puigdemont, no veía claro que el partido terminara diluyéndose completamente en la Crida, como defienden los fieles al expresident. Muchos sectores críticos con Pascal ven con malos ojos que el PDeCAT quede reducido a un NIF que le permita al entorno de Puigdemont gozar de los derechos electorales que ostenta. El nuevo presidente, David Bonvehí, un hombre que conoce a las bases, es de este parecer. La vicepresidenta, Míriam Nogueras, comparte el punto de vista de Puigdemont.

“Puigdemont tiene el poder, pero nadie ha ganado”, tercia otro miembro de la ejecutiva. El expresident tiene ascendencia sobre Bonvehí pero la militancia se unió para impedir que pesos pesados como los consejeros Damià Calvet y Miquel Buch, las manos ejecutoras de la línea que desde la cárcel tracen Josep Rull y Jordi Turull, respectivamente, estuvieran en la dirección. “Se han cargado el centroderecha de Cataluña”, añade otra persona cercana a la cúpula. En la Crida está todo por construir y su único contenido programático, por ahora, es alcanzar la república catalana. La preocupación es qué pasará con el corpus ideológico convergente.

Ese tercio de personas que se opuso a la lista de consenso diseñada por Bonvehí para intentar que el partido no se partiera, rechaza, por un lado, las formas de la asamblea y que todo se cerrara con un pacto de despacho en lugar de democracia interna. Y, por otro, expresan su miedo a qué pasará de cara a las municipales. “Muchos candidatos ya designados por el PDeCAT no saben si empezar a hacer campaña o qué esperar de la Crida. También temen que haya primarias en sus municipios y se impongan otras personas”, explica un alcalde neoconvergente.

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El orgullo de partido es uno de los temas que el puigdemontismo tendrá que gestionar. Bonvehí insiste en que la propuesta programática del PDeCAT no se perderá aunque colabore con la Crida, donde las adhesiones son personales. La experiencia de Junts per Catalunya, la lista hecha a medida de Puigdemont para el 21-D con los recursos del PDeCAT, no ha sido muy satisfactoria. La formación heredera de Convèrgencia se sintió ninguneada.

En la ejecutiva se aprobará si hay un nuevo portavoz del partido y el del subgrupo en el Congreso. Si no hay cambios, continuará el veterano Carles Campuzano si bien Nogueras o Lourdes Ciuró se encargarían de coordinar la actividad parlamentaria. Con todo, las miradas están puestas en el otoño, cuando se funde la Crida y se fije qué tipo de instrumento político será. Esa será la hora de la verdad del PDeCAT y de quienes defienden sus siglas. Antes de marcharse, Pascal dejó algo bien atado: la última palabra sobre cómo debe ser el apoyo al movimiento debe votarlo la militancia. Sólo el 15% de los 14.000 asociados del partido participó en la votación que llevó a Bonvehí y su lista a la cúpula de la formación.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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