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Urdangarin se juega su futuro en libertad ante el Supremo

Los magistrados revisan la condena de más de seis años al exduque de Palma

Iñaki Urdangarin, a la salida de un juzgado de Palma.
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Cinco magistrados deciden a partir de este miércoles el futuro de Iñaki Urdangarin. El Tribunal Supremo acoge la vista sobre los recursos presentados tras la sentencia del caso Nóos, que condenó al exduque de Palma a seis años y tres meses de cárcel. Urdangarin no acudirá, previsiblemente, a la sesión, que servirá a los jueces como base para decidir si ratifican la pena impuesta al marido de la infanta Cristina, la incrementan —como pide la Fiscalía—, la disminuyen e incluso si le absuelven.

El abogado de Urdangarin, su amigo y compañero de tenis Mario Pascual Vives, no ha pasado esta semana por su despacho de Barcelona. “Está fuera, reunido, preparándolo”, explican en el bufete del paseo de Gràcia. Su clienta permanece en Ginebra con su familia y todas las fuentes consultadas coinciden en que no se moverá de allí porque su presencia no es obligatoria ni necesaria: las partes —defensas, fiscal, abogado del Estado— expondrán sus argumentos técnicos ante la Sala de lo Penal del Supremo. Dado el elevado número de recursos de apelación y de acusados, es posible que la vista se prolongue más de un día, según fuentes judiciales. La complejidad de la causa hace prever que la decisión de los magistrados no se conozca hasta dentro de unas semanas, si no meses, añaden las mismas fuentes.

Hace poco más de un año, la Audiencia de Palma condenó a Iñaki Urdangarin a 6 años y tres meses de cárcel —frente a los 19 que pedía inicialmente el fiscal Pedro Horrach— por fraude fiscal, prevaricación, malversación y tráfico de influencias. A su socio en el instituto Nóos, Diego Torres, le impuso 8 años y medio. Fueron las penas más duras de una sentencia que condenó solo a siete de los 17 procesados, incluido el exministro Jaume Matas (3 años y 8 meses) y cuatro miembros de su Gobierno —éstos, a penas menores— que participaron en los contratos millonarios adjudicados por el Ejecutivo balear a favor del instituto Nóos. Urdangarin se sirvió “de su influencia” y del “privilegiado posicionamiento institucional” para lograr esos contratos, con los que Torres —que había sido su profesor en la elitista escuela de negocios Esade— y él mismo obtuvieron beneficios de más de cinco millones de euros.

En caso de confirmarse las penas que superan ampliamente el umbral de los dos años, Urdangarin, Torres y Matas debería ingresar en prisión. El Supremo es, por tanto, su última baza para evitarlo. O casi: pueden presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y solicitar, al mismo tiempo, que mientras toma la decisión (ésta sí, definitiva) les deje permanecer en libertad. Aun en el caso de que el Supremo mantenga o amplíe la condena, el ingreso en prisión de Urdangarin, por tanto, puede no ser inmediato. Desde que quedó en libertad tras la sentencia, debe comparecer el primer día de cada mes en los juzgados de la localidad suiza.

Pascual Vives intentará convencer a los magistrados de que debe anular la condena porque “nunca se ocupó de temas contables, financieros ni fiscales” en el instituto Nóos. La Fiscalía tratará de hacer lo contrario. El ministerio público también recurrió la sentencia para solicitar un aumento (hasta los 10 años) de pena para el exduque de Palma. La vista de hoy en nada afecta a su mujer, la infanta Cristina, que fue absuelta aunque la Audiencia de Palma le consideró responsable civil, a título lucrativo, por valor de 265.088 euros.

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