La quinta torre empieza a cerrar el gran agujero de la Castellana
Arranca la fase de construcción del proyecto, que incluye un campus de 180 metros de altura para la IE University, un espacio comercial y un centro de medicina deportiva
Iba a ser un gran Centro Internacional de Convenciones para Madrid. Un icónico rascacielos circular de 120 metros de altura proyectado en 2007, en tiempos de Alberto Ruiz Gallardón en la Alcaldía de la capital, que pondría el broche de oro al parque empresarial de las Cuatro Torres al final del paseo de la Castellana. Pero se acabó convirtiendo durante más de un lustro en un enorme agujero, un gigantesco símbolo de lo que la crisis había hecho con los sueños —para algunos, megalómanos— de lo que debía ser Madrid en el siglo XXI. Un agujero en sentido literal —en medio de la parcela de 66.972 metros cuadrados detrás de las cuatro torres— y en sentido figurado, pues cuando se abandonó el proyecto en 2010, el Consistorio ya había gastado más de 80 millones de euros públicos.
Sin embargo, aunque el centro de convenciones ya nunca será realidad, una quinta torre de la Castellana —que albergará a partir de 2020 el nuevo campus urbano de la IE University— acaba de empezar a emerger sobre aquel agujero. Después de una primera fase de derribo —han abierto los cimientos en mitad de las plantas subterráneas de aparcamiento que ya estaban construidas y que se van a reaprovechar—, hace apenas unas semanas ha comenzado la fase de construcción, explica el arquitecto, Fernando Serrano Suñer, cuyo estudio ha diseñado el proyecto Caleido junto al de Fenwick Iribarren.
En la parte promotora, es la inmobiliaria Espacio, filial del grupo Villar Mir, junto al grupo filipino Megaworld, la que invertirá en torno a 300 millones de euros para sacar adelante la iniciativa. Ese dinero incluye la urbanización de un espacio verde público de 30.000 metros cuadrados, las tasas y un canon de cuatro millones de euros anuales que deberá pagar al Ayuntamiento de Madrid. Porque la empresa no ha comprado los terrenos sobre los que se levantará el edificio, sino que le han sido cedidos a cambio de ese dinero por un periodo 75 años.
La anterior alcaldesa de Madrid, Ana Botella (PP), planteó en 2015 el concurso que acabó ganando el grupo Villar Mir y que establecía que solo podía levantarse en la parcela un equipamiento educativo, cultural, sanitario, social o religioso, aunque podrían dedicarse a usos comerciales hasta un cuarto de los 70.000 metros cuadrados edificables sobre una parcela de 33.000.
De ese modo, la quinta torre, de 180 metros de altura que albergará 35 plantas de usos docentes y administrativos de la IE University, se levantará en el centro de una base de 280 metros de largo y 60 de ancho. En ella, las zonas comunes del campus —polideportivo, piscinas, auditorio, biblioteca y comedores— convivirán con zonas ajardinadas, un área comercial de tiendas y restaurantes y con un centro especializado en medicina deportiva del grupo Quirón. También habrá espacio de aparcamiento.
Esta base, que es la que se acaba de empezar a construir ahora, será visible desde la calle de Monforte de Lemos, pues desde el otro lado, desde Castellana, su techo quedará a la altura de la plaza de las Cuatro Torres. El proyecto, explica Serrano Suñer, incluye la conexión de las dos zonas (la plaza y Monforte de Lemos), a través del nuevo edificio y del futuro gran espacio verde.
Una vez hecha la base, comenzará a levantarse la torre, con una superficie de 1.600 metros cuadrados en cada planta hasta la número 24 y de 1.100 metros cuadrados a partir de ahí. “Nos hemos inspirado en edificios similares que existen en Tokio o en Chicago, pero un campus en altura de estas características es algo bastante único en todo el mundo”, explica el arquitecto. La torre acogerá a los alumnos de algunos de los grados —así se llaman las antiguas licenciaturas y diplomaturas— del IE University, la universidad privada que completa desde hace años la oferta clásica de la escuela de negocios Instituto de Empresa.
La previsión es que la obra esté finalizada y el edificio en uso en 2020.
“Un gran sol artificial que iluminará la ciudad”
La página web municipal anunciaba el Centro Internacional de Convenciones describía el rascacielos circular como “un gran sol artificial”. Y añadía a modo de título para el proyecto: “¡Madrid, donde no se pone el sol!”. El diseño, obra de Emilio Tuñón, Luis Moreno Mansilla y Matilde Peralta del Amo, era el que ganó un concurso internacional de ideas en 2007, e incluía un gran auditorio con capacidad para 4.000 espectadores y otros dos para unos 1.500.
Las obras, que iban a costar 300 millones de euros, empezaron en 2009, pero pararon en 2010. Tras un intento frustrado de poner en valor lo poco que se llegó a construir explotando aparcamientos, un informe municipal acabó admitiendo en 2013 que el coste del proyecto era "inasumible" y "sería imprescindible" cambiar su uso.
Para entonces ya se habían gastado en él 83 millones y la factura podría subir otros 13 millones que reclama la constructora.
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