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Más de 23.500 ancianos están en lista de espera para una residencia

Casi la mitad de las personas mayores que aguardan una plaza están ingresados en un geriátrico privado subvencionado, en parte, por la Generalitat

Jessica Mouzo
Imagen de archivo de una anciana y una cuidadora en una residencia
Imagen de archivo de una anciana y una cuidadora en una residenciaUly Martín

La lista de espera para acceder a una plaza en una residencia pública en Cataluña asciende a 23.757 ancianos, se trata de un 2,6% menos que el año pasado. En 2011, cuando se iniciaron los recortes, eran 17.000 las personas mayores que aguardaban una plaza. En los últimos años, el presupuesto de las residencias se redujo en 43 millones en dos años (entre 2011 y 2013) y aunque la partida a este sector se ha incrementado (en 2017 se han destinado 629,9 millones) todavía no alcanza las cifras de antes de la crisis. Los trabajadores avisan de que la mayoría de los ancianos que llegan a los geriátricos ya son altos dependientes con una salud muy debilitada.

De hecho, la lista de espera para acceder a una plaza de residencia se conforma de dependientes de grado II y III, los más altos. Estos ancianos ya han sido valorados por los servicios sanitarios y sociales y tienen aprobado el Programa Individual de Atención (PIA), donde se recoge la prestación adecuada a su estado de salud y grado de pendencia (en este caso, la residencia). Según los últimos datos de Asuntos Sociales, unos 27.000 ancianos tienen aprobada la prestación de una plaza en una residencia pública.

El Departamento puntualiza que no todas las personas en lista de espera están aguardando en su casa. Casi la mitad de ellos (10.051) están ingresados ya en un geriátrico privado cuya plaza paga, en parte, la Generalitat, a través de la llamada Prestación económica vinculada (PEV): por un anciano valorado con el grado II de dependencia, Asuntos Sociales aporta 426 euros para ayudar a la familia a pagar una plaza privada mientras espera por su lugar en una residencia pública. Si el anciano tiene un grado III de dependencia, la cuantía que subvenciona la Generalitat sube a 715 euros.

Con todo, el Departamento señala además que se producen muchas renuncias cuando se les ofrece una plaza. En 2016 hubo 9.790 y entre enero y junio de 2017, otras 5.457. “Pueden apuntarse por previsión y cuando se lo van a dar, pues dicen que todavía no. O también puede ser que, como pueden elegir tres opciones, les llamen de la segunda o la tercera, y prefieran esperar y seguir en la lista”, apunta una portavoz del Departamento.

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Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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