Barcelona comienza a desdoblar carriles bici de dos direcciones en una

El Ayuntamiento de Barcelona se ha fijado como objetivo de mandato triplicar la red de carriles bici, de algo más de 100 a 300. En dos años ha construido 36 kilómetros, un crecimiento del 31% que sitúa la red en un total de 152 kilómetros. Y si además de la construcción de nuevos carriles, también ha bajado carriles de las aceras a la calzada (como en paseo de Sant Joan, el paseo de Pujades o Gran Via), la última novedad es que comenzará a desdoblar carriles que eran de doble sentido.

Los primeros ejemplos de desdoblamiento serán en los carriles bici de la calle de Londres y el de Sardenya. El carril de la calle de Londres une los distritos del Eixample y Les Corts y se construyó en 2015, pero se ha quedado pequeño. De ahí la necesidad de convertirlo en unidireccional, en dirección Llobregat, como van los coches; y construir otro, también unidireccional, en la calle paralela, París, en dirección Besòs. De hecho, entidades como el BACC (Bicicleta Club de Catalunya) ya habían criticado que este carril era estrecho para ser de dos direcciones.

Otro caso es el de otras dos calles paralelas: Marina y Sardenya. Ambas tienen carriles bidireccionales (lo que causa cierta confusión) y se convertirán en unidireccionales. En Pare Claret (dirección Llobregat) e Industria (Besòs), también paralelas, se construirán desde cero y unidireccionales.

Respecto a los nuevos, durante este verano y septiembre se trabajará en la construcción de nuevos carriles bici para mejorar la conexión de la red existente. En las calles de Josep Carner , Esteve Terrades o Rio de Janeiro serán será bidireccionales; y en Ganduxer o la avenida de Pau Casals, unidireccionales.

La concejal de Movilidad, Mercedes Vidal, defiende de estas actuaciones que “mejoran los estándares de seguridad y señalización, lo que encarece las obras”, pero lo justifica “porque es una reclamación de los colectivos ciclistas y porque la seguridad debe ser el primer condicionante”. Vidal subraya que los usuarios de la bicicleta han aumentado un 14% en el último año, mucho más que los del transporte público, que también crecen pero menos, un 5%. “Este aumento nos empuja a adaptar la infraestructura de la ciudad y poner énfasis en la seguridad, bajando carriles de aceras a calzadas y haciendo que las bicis ocupen el espacio que les corresponde”, señala sobre un modo de transporte que “no contamina y representa movilidad activa, con los beneficios que tiene para la salud de la ciudadanía”.