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La Vall d’Aran está dispuesta frenar el ímpetu asesino del oso Goiat

El macho liberado el año pasado ha matado -desde mediados de marzo- a 15 ovejas, un potro, dos yeguas y dos enjambres de abejas

Alfonso L. Congostrina

Goiat fue liberado el 6 de junio de 2016 en el parque natural del Alt Pirineu en Isil (Lleida). El oso bajó del vehículo que le transportaba desde Eslovenia y, temeroso, se perdió rápidamente en el bosque. Cuando descendió de la furgoneta pesaba 205 kilos, tenía nueve años y un único objetivo: aparearse y eliminar el problema de consanguineidad de la población de osos de los Pirineos. Actualmente hay 36 ejemplares de plantígrados en la zona y Pyros (un oso que ahora tiene 28 años y que fue introducido en 1996) es el padre, abuelo y bisabuelo de la mayoría de los animales. Goiat fue liberado con un collar transmisor que permite saber cuál es su localización en cada momento.

Ya lleva un año en el Pirineo y los técnicos saben que básicamente se ha pasado el tiempo durmiendo – del 28 de noviembre de 2016 al 16 de marzo de 2017- y no consta que haya cumplido la función reproductora para la que fue trasladado desde Eslovenia. El problema es que Goiat está mostrando un comportamiento muy agresivo, ha acabado con ovejas y caballos y ha obligado al Síndic del Aran a tomar cartas en el asunto para frenarle. Un oso que, además, los técnicos aseguran que ha buscado cómplices entre la colonia de plantígrados para sus ataques.

A finales del pasado mes de mayo, y después de que Goiat ya acumulara una yegua, un potro y varias ovejas entre sus víctimas mortales, los ganaderos dieron la voz de alarma. El presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) en Lleida, Pere Roqué, advertía de que la población de osos “es cada vez mayor" y pronto serán los agricultores los que estén "en peligro de extinción”.

El Síndic d’Aran, Carlos Barrera, mostró ayer su preocupación por el comportamiento agresivo de Goiat. “Hasta el pasado 13 de junio hemos contabilizado que este oso ha matado a 15 ovejas, un potro, dos yeguas y dos enjambres de abejas. Se mueve mucho por la zona, no se estabiliza en ningún sitio y cuando lo hace es para devorar a los animales que mata. Después de que acabara con la última yegua, se fue a la zona de Francia donde mató ovejas y otra vez ha vuelto”, informaba.

Barrera activó todas las alarmas tras el último ataque producido la noche del 10 al 11 de junio en la zona de Salient. “Mató a una yegua de 700 kilos, es una bestia con una conducta agresiva que nunca habían demostrado los anteriores osos. Por ese motivo, hemos solicitado una reunión con el director general de políticas ambientales y medio rural de la Generalitat para evaluar las decisiones a tomar ante el comportamiento reincidente de Goiat”, resaltó. La reunión se realizará el próximo 20 de junio y se barajaran todas las medidas que se pueden utilizar para cambiar el comportamiento del oso.

Iván Afonso, técnico en Medio Ambiente del Conselh Generau de Val d’Aran, sostiene que los ataques del oso no son excepcionales. “Estamos en el límite de lo preocupante. Este año, si eliminamos los ataques de Goiat, el resto de población casi no ha matado ganado. El problema es que este macho es muy agresivo y tenemos indicios de que el último ataque lo hizo acompañado de otra osa”, remarca. Afonso sostiene que si la agresividad aumenta hay que comenzar a trabajar y conseguir generar un comportamiento temeroso en Goiat. “Podemos esperarle en rebaños o junto a yeguas y cuando se acerque lanzar petardos, hacer ladrar a perros… crearle miedo”, sostiene. El último ataque presume que fue muy espectacular: “Goiat, y quizás la otra osa, persiguieron a la yegua y la mataron. Luego, el oso, fue un par de noches a comérsela y una tercera pero se marchó porque los buitres se habían adelantado”.

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El Síndic de la Vall d’Aran defiende que en 1995 “todos los territorios del Pirineo catalán" manifestaron su rechazo a la manera como se iba a reintroducir el oso. "Hoy tenemos 36 animales censados y muchos de ellos tienen diez años o más, son hembras en edad reproductora. La población va a más y queremos que se empiece a pensar en el número máximo de animales que podemos soportar”, dijo.

El pasado año, 2016, la colonia de osos atacó a rebaños y enjambres en 33 ocasiones. La Generalitat abrió 37 expedientes de indemnización por daños valorados en 9.332 euros.

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