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Carmena quiere frenar la apertura de grandes tiendas en el centro

Los operadores comerciales consideran que las restricciones asustarían a los inversores

Una tienda en la Gran Vía de Madrid.
Una tienda en la Gran Vía de Madrid. Samuel Sanchez

El Ayuntamiento de Madrid, liderado por Manuela Carmena, estudia medidas para frenar la proliferación de macrotiendas en el centro de la capital. El equipo de Ahora Madrid, que gobierna la ciudad desde 2015, pretende evitar que los grandes edificios vacíos de uso residencial pasen a tener uso terciario y se conviertan en tiendas insignias de las principales marcas internacionales. El sector de la venta al detalle considera que la medida limitaría un negocio muy beneficioso para la ciudad y asustaría a los inversores.

Más que declarar una guerra, lo que busca el Consistorio es "racionalizar" las concesiones a las grandes marcas. Para lograrlo, pretende limitar, hasta donde sea posible y sobre todo en las zonas más saturadas de la ciudad, la proliferación de macrotiendas. A fin de evitar que esos establecimientos crezcan de manera descontrolada, intentará bloquear los cambios de uso urbanístico —de residencial a comercial— en los grandes edificios del centro, según explican fuentes del gobierno de Ahora Madrid a EL PAÍS.

Solo en la zona de la Gran Vía, los inmuebles que se verían afectados son cines en desuso o edificios como el Palacio de la Prensa, en Callao. "En esos sitios, como en otros parecidos que están cerrados desde hace años, si entrara una propuesta como la de Primark, no se aprobaría", explica una fuente del Consistorio.

El gigante irlandés del textil de bajo coste se instaló en octubre de 2015 en un edificio de la Gran Vía. Ese inmueble tiene cinco plantas y 12.400 metros cuadrados. Primark da trabajo en de esa tienda insignia, que es visitada cada día por centenares de clientes a más de 500 personas.

El Consistorio insiste en que su intención no es abordar "una guerra" contra las macrotiendas, pero sí evitar que se instalen en las zonas más saturadas de la ciudad. "Si un edificio de oficinas se convierte en hotel, es una cosa, pero que uno residencial se convierta en terciario, sobre todo donde hay una gran demanda de viviendas, es otra", sostienen las fuentes consultadas.

Zonas caras

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El problema consiste en que el centro de Madrid —como el de todas las grandes ciudades del mundo— es la zona que despierta más el interés de las grandes firmas comerciales: las empresas se dirigen a lugares donde el flujo de personas y turistas es mayor, porque ahí es donde se incrementan los márgenes de facturación. Se trata de vías y plazas donde el precio del metro cuadrado es más elevado, como la calle de Fuencarral y la Puerta del Sol. Según los datos de la patronal de comercio textil, el metro cuadrado para espacios comerciales en ambas zonas alcanza los 1.800 euros. En las calles de Serrano y de Preciados, ese precio puede superar los 3.000 euros.

El gobierno municipal insiste en que el centro es la zona donde la densidad de población es más alta, y donde se aprecian fenómenos como la gentrificación (algo así como aburguesamiento o elitización de barrios populares) y la turistificación. Y opina que uno de los instrumentos para evitar esa saturación es frenar las macrotiendas: "No hay ninguna guerra con el comercio. De lo que se trata es de proteger el tejido cultural", sostiene el Ayuntamiento.

El sector de la venta al detalle advierte, sin embargo, que este tipo de actuaciones asustará a los inversores. Desde hace varias semanas, los operadores están inquietos por los rumores procedentes del Consistorio. Fuentes bien informadas, que prefieren mantener el anonimato, explican que una política municipal restrictiva en cuanto a los cambios de usos urbanísticos "sería una medida que perjudicaría al sector" del textil. El peligro, subrayan, es que Madrid no aproveche un fenómeno global ya en auge en ciudades como Londres, Nueva York o Barcelona, donde se han abierto grandes tiendas de Apple, M&M's o H&M, y donde firmas como Nespresso y Tesla también han anunciado aperturas.

Que ese desarrollo pueda ser frenado preocupa a los principales operadores, porque creen que limita un negocio muy beneficioso para la ciudad, según el sector de la venta minorista. Los operadores, además, niegan que limitar la apertura de grandes tiendas proteja el pequeño comercio. "Las macrotiendas generan un gran flujo de turismo que también favorece a las tiendas más pequeñas", sostienen.

Todas las multinacionales están apostando por crear establecimientos de referencia, agregan expertos consultados. Sergio Fernandes, director del área de Retail de la consultora JLL, recuerda que, con las macrotiendas, las marcas esperan aportar al consumidor algo más que meros centros donde adquirir sus productos. "Esta tendencia es un foco de atracción turística tanto nacional como internacional. Los visitantes encuentran en estas tiendas un punto de gran interés en los principales ejes comerciales de las ciudades", añade.

La quinta ciudad más demandada

El mercado de la venta al detalle, y en concreto el de locales comerciales, es un sector de gran actividad en España. Sergio Fernandes, director del área de Retail de JLL, explica que el volumen de inversión en locales comerciales alcanzó en 2016 en el país 574 millones de euros, y en el primer trimestre de 2017 la inversión ya ascendió a 402 millones.

"La capital es la quinta ciudad de Europa más demandada por los operadores para abrir una gran tienda comercial, lo que hace que sus principales calles sean las más solicitadas", agrega el experto, citando a la encuesta Destination Retail de la consultora internacional JLL. "Estos datos son reflejo del gran interés que despiertan entre los inversores los activos comerciales de España. Son conscientes del atractivo del país a nivel turístico", afirma.

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