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Los vecinos denunciarán a la Sagrada Familia por invadir la calle Mallorca

El patronato se abre ahora a sentarse con el Ayuntamiento y abordar la evolución de las obras y pagar licencias

Una imagen de las columnas de la Sagrada Familia que han invadido la calle de Mallorca.
Una imagen de las columnas de la Sagrada Familia que han invadido la calle de Mallorca.ALBERT GARCIA

La Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia denunciará al Patronato de templo ante el Ayuntamiento de Barcelona por invadir la acera de la calle de Mallorca. Son las columnas de la fachada de la Glòria las que sobrepasan entre 20 y 30 centímetros la alineación del vial, como se conoce técnicamente el punto donde comienzan las fachadas de cualquier calle. La advertencia llega en plena polémica sobre las obras del templo que ideó Gaudí, que no tienen licencia, y sobre las que Ada Colau quiere incrementar el control técnico. Precisamente ayer el Patronato se abrió a sentarse con la alcaldesa después de que el consistorio decidiera formar una Comisión de Calidad de arquitectura específica. El presidente delegado de la Fundación Sagrada Familia, Esteve Camps, aseguró ayer que el templo pagará los impuestos que le corresponda.

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Lo que no aclaró el presidente delegado de la Fundación Sagrada Familia, Esteve Camps, es a qué impuestos se refería: si al pertinente cuando se pide una licencia de obras —que no tiene el templo —o al IBI. Repreguntado por estos extremos, su respuesta fue: “Nos ceñiremos a lo que exija la ley. La Junta Constructora de la Sagrada Familia es una Fundación y como tal está regida por la fiscalidad de este tipo de organizaciones”.

En relación a la denuncia, el presidente de la asociación de vecinos, Joan Itxaso enmarca la invasión de la acera por parte de las columnas de la fachada de la calle de Mallorca —una “anomalía”, dice— dentro de la construcción de un templo “que no tiene ningún tipo de supervisión y lleva años invadiendo el espacio público”. Itxaso alerta de que es justo sobre estas “columnas ilegales” sobre las que en teoría se asentará la fachada de la Glòria. “Construirla sería incrementar la ilegalidad: levantar una ilegalidad sobre otra”, considera.

La comisión de calidad de arquitectura, abierta a los vecinos

B. CIA / C. BLANCHAR

El Ayuntamiento de Barcelona está rediseñando la Comisión de Calidad de Arquitectura. Se trata de un instrumento que se pronuncia sobre la idoneidad o no de un proyecto arquitectónico y también puede introducir modificaciones. Está presidida por el regidor de arquitectura, Daniel Mòdol, e integrada por diferentes técnicos municipales —de urbanismo, de planeamiento urbano—y también por otros ajenos al consistorio. Hasta ahora sus dictámenes no son vinculantes, algo que se quiere modificar en el sentido de que su decisión apruebe o deniegue los permisos de los proyectos.

También se quiere dar más peso a técnicos ajenos a la organización municipal y dar entrada a las asociaciones de vecinos, según apuntan fuentes municipales.

Ese esquema sería el mismo para la Comisión de Calidad específica para la Sagrada Familia que reunirá voces, de técnicos y vecinos, con la idea de que sea más plural. En uno y otro caso, la comisión general de Arquitectura y la del templo, se está trabajando ya y probablemente se lleve a aprobación en el plenario en forma de medida de gobierno. “La idea es que se debata abiertamente sobre proyectos importantes para la ciudad”, apuntan las mismas fuentes.

Las columnas se construyeron entre 1999 y 2001. Durante esos años y bastantes más un gran muro de cerramiento de obra —de los que se suelen poner cuando se trabaja encima de las aceras — impedía visualizar lo que ocurría y por eso esa anomalía se descubrió a posteriori, tal como reconocieron dos ámbitos diferentes del Ayuntamiento de Barcelona —Urbanismo y el distrito del Eixample— en julio de 2007, en plena polémica sobre el túnel del AVE a su paso por la Sagrada Familia. “Ya era demasiado tarde para intervenir”, declararon entonces a este periódico fuentes de Urbanismo (véase EL PAÍS del 1 de julio de 2007). Fue un momento crítico en el que algunos técnicos municipales plantearon, incluso, parar las obras. Entonces el Patronato negó haberse saltado la alineación de la acera. Ayer, preguntado por este punto, portavoces del patronato reiteraron esa postura aunque con un matiz: “lo único que sobresale es el soportal, pero como una marquesina normal de otro edificio”.

Ahora, la asociación de vecinos celebra la iniciativa del Ayuntamiento de supervisar técnicamente las obras del templo cuando afrontan la construcción de grandes torres: cuatro de 135 metros, una de 140 y la más alta, de 170. Una supervisión que ahora es bien aceptada por la junta constructora que ayer quiso subrayar su “voluntad” de reunirse con los técnicos municipales y “establecer un diálogo para poder poner en común la situación actual en cuánto a las licencias y los permisos”. En todo caso, también dejando claro que proseguirán con la obra.

Para los vecinos, la decisión del concejal de Arquitectura Daniel Mòdol de crear una Comisión de Calidad “debería abordar también el entorno del templo”. “La Sagrada Familia ha adquirido una dimensión muy grande y afecta a la presión turística, la seguridad, la movilidad... quizás debería constituirse un consorcio que trascendiera al Patronato, en el que participaran otras administraciones”, considera Joan Itxaso, que lamenta que las reuniones con el patronato siempre son bilaterales. Nunca se sientan vecinos, patronato y administraciones en una mesa, recuerda.

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