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La apertura comercial en domingos solo beneficia a las calles turísticas

Los negocios que defienden la liberalización piden más promoción de las fechas

Camilo S. Baquero
El Portal de l'Àngel de Barcelona, en un festivo con tiendas abiertas.
El Portal de l'Àngel de Barcelona, en un festivo con tiendas abiertas. Carles Ribas

El pasado domingo fue el último día festivo de apertura especial para las tiendas de los ejes turísticos de Barcelona. El balance depende de la asociación que lo haga. Desde la agrupación de ejes comerciales Barcelona Comerç ven en la apuesta un fracaso. Del otro lado, el sector más a favor de la liberalización —Barcelona Oberta—, aceptan que los resultados son justos pero apuestan a que con más continuidad podrían ser superiores. El Ayuntamiento guarda silencio a la espera de tener el resultado de informes propios.

El Consistorio, las organizaciones vecinales, los sindicatos y los gremios de comerciantes acordaron en abril pasado la apertura de las tiendas en cinco domingos específicos, tres en el mes de mayo y dos en el de octubre, coincidiendo con el pico del llamado turismo de compras. Tras la suspensión de la ley catalana de comercio, muchas tiendas arguyeron que el Estado les permitía abrir. Barcelona tramitó su definición como municipio turístico para adecuar los horarios comerciales.

“La gran mayoría de comercios ha decidido no abrir, es una simple cuestión de falta de rentabilidad, abrir por abrir no sale a cuenta”, criticó Pròsper Puig, vicepresidente de Barcelona Comerç. La medida afectaba a los distritos de Ciutat Vella, Eixample, Sants, Gràcia y Sant Martí. Desde Barcelona Comerç creen que las aperturas solo benefician a las grandes tiendas asentadas en el centro de la ciudad. “Yo incluso lo limitaría a Portal de l’Angel y de Passeig de Gracia. En varias calles que las cruzan las persianas estaban bajadas”, dijo Puig.

“No se puede consolidar una tendencia de compra con unos festivos tan diseminados en el tiempo”, critica Nuria Paricio, directora de Barcelona Oberta. Adicionalmente, desde la entidad achacan a que los resultados “no sean para tirar cohetes” por una falta de publicidad respecto a las aperturas. “Queremos consolidar y ampliar los domingos con las persianas abiertas”, remachó.

El gran beneficiario de esta medida es el turista. El barcelonés que compra en domingo, dicen los comerciantes, es bastante anecdótico. Paricio calcula que el 70% de los compradores eran extranjeros. “No tenemos la cultura de salir de compras ese día, a excepción de momentos como las rebajas y las compras de Navidad. Además la renta disponible de las familias sigue sin despegar”, sostiene Puig.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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