Estas mesas están abiertas por vacaciones
Muchos restaurantes y centros gastronómicos entonan, a finales de junio a bombo y platillo, “abierto por vacaciones”


Muchos restaurantes y centros gastronómicos entonan, a finales de junio a bombo y platillo, “abierto por vacaciones”. Una respuesta al tradicional cartel que se colgaba en comercios y locales y con la que pretende atraer a sus mesas a aquellos que se quedan disfrutando de la ciudad estos meses.
El reconocido AtaClub (Calle de Velázquez, 150; en torno a 35 euros) es uno de ellos (cierra parte de agosto). En sus mesas, las cuidadas propuestas del cocinero César Rodríguez —atención al aperitivo de anguila ahumada sobre pan de centeno y miel que sirve— son amenizadas por jam sessions musicales las noches de los jueves, viernes y sábados. Algo parecido a lo que hace Murillo Café (Calle de Ruiz de Alarcón 27; desde 25 euros) y su denominado “agosto cultural”. Sin abandonar las inquietudes culturales, merece la pena realizar una visita al Thyssen (Paseo del Prado, 8) para picar algo en su Terraza (25 euros) o cenar unos carabineros con aceite de erizos en el Mirador (55 euros).
Los apasionados por el sabor italiano, y los hornos de leña de toda la vida, pueden quedarse tranquilos: Ôven Mozzarella Bar (Gran Vía, 6; 30 euros) no cierras. Aunque tienen varios locales, el ubicado en la avenida madrileña es perfecto para disfrutar de las recetas del chef Fabio Morsini, asesor de la carta. Para seguir viajando sin salir de la capital, merece la pena una visita a Atlantik Corner (calle de Ventura de la Vega, 11; unos 35 euros), donde dominan los platos portugueses y gallegos con guiños a recetas marroquíes, mexicanas, brasileñas o indias. Su inspirador, Nuno de Noronha, se ha propuesto, a base de buena comida, acercar la gastronomía de Portugal y España así como sus vinos.
Entre las mesas disponibles incluso en ferragosto, también están las de El Perro y la Galleta (Claudio Coello, 1; 30 euros), local “dog-friendly”, donde se puede cenar con mascota canina, en pleno barrio de Salamanca. Sin dejar la solera, Tatel (Paseo del Prado,8; 45 euros), una revisita a la cocina tradicional en un ambiente muy moderno. Y para acabar, detox en Tekoe (Calle Huertas, 22), un salón de té donde hidratarse y disfrutar de decenas de variedades de la segunda bebida más consumida del mundo. La primera es el agua.
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