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Mas toma el control del congreso de CDC para limitar la refundación

La propuesta de bases fundacionales se define como un partido "soberanista" que apuesta por un Estado propio

Dani Cordero
Artur Mas al Consell  Nacional de CDC, domingo.
Artur Mas al Consell Nacional de CDC, domingo.M. Minocri

Los militantes y simpatizantes de Convergència solo tendrán el próximo viernes unas horas para decidir el nuevo nombre de la formación. Su dirección, presidida por Artur Mas, no desvelará sus sugerencias hasta el inicio del mismo congreso de refundación del partido, que se prolongará durante todo el fin de semana. La cúpula ha diseñado un debate de las dos ponencias fundacionales a través de diversas propuestas cerradas y en las que serán difíciles las transacciones que son habituales en los congresos de partidos políticos. El manifiesto fundacional de la nueva formación marca como objetivo “conseguir convertir Cataluña en un Estado de la Unión Europea y con el propósito de dirigir el futuro Estado con vocación de centralidad política”.

Como era previsible, la nueva Convergència se asimila a Esquerra Republicana en cuanto al objetivo independentista aunque se defina solo como soberanista. Se autodefine como “un partido político demócrata, catalanista, soberanista, europeísta y humanista”, que requiere representar “la centralidad social” y que ansía gobernar Cataluña “desde la centralidad política” y el “espíritu social, liberal y humanista”.

El documento señala que Convergència ha “formado un colectivo que ha sido imprescindible para hacer una Cataluña mejor” en las últimas cuatro décadas y expone una evolución social en la que “el catalanismo político ha pasado del autonomismo al soberanismo de forma mayoritaria”. Así, subraya, su modelo de Cataluña “es una nación catalana con Estado propio. Un Estado independiente, con la misma soberanía que las naciones de la Unión Europea”. No hay referencia alguna a España en las seis páginas del documento revelado ayer.

En el ámbito lingüístico, el nuevo partido aboga por defender y promover el catalán “como lengua propia, útil y atractiva”, pero también defiende los mismo para el castellano “como patrimonio común de buena parte de la población catalana y como patrimonio compartido con el resto de pueblos hispanohablantes”. Respecto a la financiación, uno de los elementos que ha condicionado en los últimos años la evolución de Convergència, por sus supuestos casos de corrupción, el documento señala que provendrá de las aportaciones públicas vinculadas a resultados electorales y las aportaciones de asociados y donaciones de particulares. “Todas ellas han de ser sometidas a la máxima transparencia y control”, dice el texto.

25 euros por participar

La dirección del partido empezó ayer a repartir entre sus consejeros nacionales los dos textos que se trabajarán el próximo fin de semana y que trazarán las grandes líneas de la nueva Convergència. Durante los próximos días seguirá el reparto entre aquellos militantes y simpatizantes que se registren como “asociados” y estén dispuestos a pagar los 25 euros que cuesta participar en el cónclave.

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Se trata de textos poco habituales para actos de este tipo, especialmente la “propuesta de bases organizativas”. Esta última ponencia se presenta como un documento pendiente de editar, ya que es una suerte de encuesta que bebe de las propuestas nacidas del Torn Obert —un proceso de participación que creó CDC para preparar el Congreso— para estructurar la formación. El documento definitivo surgirá de las respuestas que den los encuestados, aunque podrá ser modificado por la nueva dirección, que se elegirá el 23 de julio.

Aunque los asociados también podrán realizar aportaciones durante las reuniones, la posibilidad de que salgan adelante es limitado, ya que se ha eliminado el trámite de las transacciones de enmiendas por escrito. “Será un debate de conceptos, no de enmiendas”, explicó ayer Clara Tarrida, directora del proceso congresual, quien negó que la dirección de la formación dirija las ponencias.

Uno de los ejemplos de la fórmula de encuesta se produce respecto a la limitación de mandatos. Se pregunta si es necesaria y se plantea fijar ese umbral en 8 o en 12 años (por si se vota ) en el caso de los cargos del partido, mientras que en el caso de los institucionales se pregunta si se es partidario que ese límite sea en todas las instituciones o si se abre una excepción en los cargos municipales.

Una de las cuestiones que se someterá a votación es sobre la necesidad de crear una figura dentro del partido encargada de buscar talento entre los asociados y los simpatizantes del partido. Además se propone una estructura de partido basada en cinco niveles: asamblea nacional, consejo nacional, comité nacional,dirección ejecutiva y presidencia. En una de las preguntas se da por hecha la creación de un “think tank”, aunque no hay ninguna referencia a si se trata de Catdem o a alguna otra.

El secretismo con el que la dirección del partido ha redactado y presentado las ponencias —menos de una semana antes del inicio del congreso— contrasta con su llamada, reiterada ayer, a una masiva participación en el congreso.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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