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‘Land art’ para la sociedad de la información

Una instalación en SonarPlanta visualiza los movimientos geológicos

Imagen dela instalación Earthworks, en SonarPlanta, en el festival Sónar.
Imagen dela instalación Earthworks, en SonarPlanta, en el festival Sónar.

Una pantalla en zigzag de casi 30 metros de largo con hipnóticas proyecciones que materializan un paisaje gráfico, formado por estratos que se mueven creando ondas de formas variables e insólitos colores, acoge el visitante de SonarPlanta, el espacio donde se expone el resultado de la colaboración entre el festival, que se inaugura hoy y la Fundación Sorigué de Lleida. Gracias a esta alianza es el tercer año que Sónar se abre con el estreno de una obra monumental de new media art, pero la de este año es sin duda la más impactante y también más importante desde el punto de vista conceptual. Earthworks de los británicos Ruth Jarman y Joe Gerhardt, más conocidos como Semiconductor, es un ejemplo de cómo ha evolucionado el land art en la sociedad de la información. “Se trata de una macroscópica visualización de los fenómenos que contribuyen a la formación del paisaje, realizadas a partir de datos científicos reales”, explican. Los dos llevan casi 20 años investigando y plasmando en animaciones digitales los movimientos de volcanes, glaciares y placas tectónicas, los normales y los que causan terremotos y otros estragos. En colaboración con los grandes centros de investigación del mundo, como el Smithsonian, la Nasa o el Cern, han procesado montañas de datos para que el público pudiera visualizarlos de una forma tangible y plástica. Sin embargo, esta es la primera vez que introducen también datos derivados de la actividad humana. “Fue inevitable tras visitar a la cantera de Sorigué en las afueras de Lleida”, aseguran los artistas, que con la ayuda de expertos en geotecnología de la Universidad de Barcelona exploraron diversas frecuencias para atrapar el sonido de la tierra en movimiento.

Esta actividad se plasma en una animación inspirada en las técnicas y los colores empleados por los científicos del departamento de modelado analógico de la UB, que representan la evolución geológica a través de un sistema de capas de arena comprimidas, que en la proyección se tocan, entremezclan y separan en un movimiento constante. Acompañan este hipnótico baile los sonidos de los propios registros sismográficos que Semiconductor hace audibles para el oído humano.

Curiosamente algunas visualizaciones de Semiconductor recuerdan mucho el diseño veteado del mármol de la Fundación Mies van der Rohe, que participa en Sónar con Microtonal Wall, una instalación del artista de Nueva York, Tristan Perich, formada por 1.500 altavoces incrustados en un panel de aluminio de 7,5 metros. Cada altavoz emite un único sonido, de forma continua, sin pausas ni fluctuaciones, de modo que para experimentarlos en su conjunto el visitante debe desplazarse a lo largo del panel. Ambas obras se pueden ver sólo hasta el sábado, día de clausura del festival.

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