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El otro Banco Expropiado, una oficina de las juventudes de la CUP

Una antigua sucursal de Bankia en Barcelona permanece okupada desde hace dos años

Alfonso L. Congostrina
Fachada de El Rec Ateneu Popular de Fort Pienc.
Fachada de El Rec Ateneu Popular de Fort Pienc. RUTH DE LA ROSA

La plaza de Fort Pienc en el distrito barcelonés del Eixample celebra mañana, sábado, el segundo año de la okupación de El Rec Ateneu Popular de Fort Pienc, una antigua oficina bancaria de Bankia situada en el número 72 de la calle Ausiàs March. Un centro okupado con una actividad muy similar a la que desarrollaba el Banco Expropiado de Gràcia, pero a la vez con grandes diferencias. Una de las principales es que, mientras en Gràcia los activistas tienen un carácter más cercano a movimientos de carácter anarquista, en Fort Pienc abandera la situación el colectivo Arran, o lo que es lo mismo, parte de las juventudes de la CUP.

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Durante el día la antigua oficina bancaria permanece cerrada. La fachada es un mosaico reivindicativo de todo aquello contra lo que batalla el colectivo: anticapitalismo, antirracismo, antifascismo…, pero también de lo que apoya: democracia directa, feminismo, autodeterminación de los pueblos y cultura popular catalana. En el interior del local, una especie de bar con sillones, una biblioteca y todo aquello que se pueda reciclar del contenedor de la esquina.

“Estos son muy políticos”, asegura el portero de una finca cercana. “Hace pocos días vino una operaria del Ayuntamiento, de esas que van arrancando papeles de las fachadas y farolas. Le dije que por qué no arrancaba los papeles de aquellos, me dijo que con ellos no podía uno meterse”, sentencia con una sonrisa desde la garita de su trabajo.

“Durante el día no suelen estar y muchas noches tampoco, pero son buena gente y hacen cosas por el barrio”, afirma un vecino. EL PAÍS ha ido en varias ocasiones a esta sucursal bancaria okupada y jamás ha encontrado a nadie en el interior. Aún así, hay signos de su actividad. “No es un centro okupa de esos donde la gente vive y duerme es un casal social”, sentencia el vecino.

En un comunicado, los okupas afirman que dentro de este banco conviven diversos colectivos como Casal de Joves Xiroc, Arran Fort Pienc, Hemisferia.cat y Fúria Feminista del Fort Pienc, entre otros. Como los okupas del Banco Expropiado de Gràcia, los activistas de Fort Pienc conviven con el eterno miedo al desalojo: “Parece que no gusta que los vecinos nos organicemos, que creemos red, que cuestionemos el modelo de ciudad escaparate y el sistema capitalista y patriarcal, y que demos respuesta a la falta de espacios para las vecinas y entidades del barrio”, sentencian en el mismo documento.

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Ambos grupos de okupas coinciden en muchos aspectos, pero mantienen diferencias internas propias de los que se mueven a un lado u otro de la delgada línea que divide los colectivos  antisistema que okupan inmuebles. A pesar de todo, se apoyan.

Todos los grupos que conviven en El Rec han participado en las acciones de protesta por el desalojo del Banco Expropiado de Gràcia. Incluso han llegado a realizar columnas de personas para subir juntos, desafiantes, hasta las protestas de Gràcia.

“Los de los Transformadores eran diferentes a estos de la CUP”, recuerda otro portero. A menos de cien metros del Rec se encontraba el centro los Transformadors. El edificio municipal fue okupado en julio del pasado año y desalojado a principios de abril. Hubo varias protestas muy minoritarias, pero ningún altercado. Aún así, estos okupas causaban molestias en el vecindario con “música, fiestas… daba mucho miedo”, afirma. Los jóvenes de Arran, al contrario, parece no molestar a los vecinos.

Es tal, la red tejida entre los colectivos okupas que esta noche una de las casas okupadas desde hace más tiempo, la Kasa de la Muntanya, celebra una cena de hermandad con los activistas del Banco Expropiado. Mañana comienza el segundo fin de semana con el Banco Expropiado desalojado. Los okupas ya han localizado edificios que se pueden convertir en la próxima sede de la entidad okupa. En Sants hay una docena de entidades que, tras la crisis, han cerrado las puertas y permanecen desocupadas. Los activistas ya han diseñado un mapa situándolas en su punto de mira.

Los propietarios de locales en Gràcia saben que son uno de los objetivos. El pasado martes unos operarios tapiaban una antigua sucursal en la plaza del Nord. Algunas entidades bancarias, sabedoras de que los disturbios no han terminado, se blindan por la noche colocando tablones en sus cristales e intentando pasar inadvertidas cuando las marchas okupas arrasan las calles de Gràcia.

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