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Miserachs, más allá de Barcelona

La galería Ana Mas Projects de L'Hospitalet expone más de 80 imágenes del fotógrafo, un 40% de ellas, inéditas

José Ángel Montañés
La fotografía de una cabaretera del Molino se exhibe en la exposición.
La fotografía de una cabaretera del Molino se exhibe en la exposición.XAVIER MISERACHS

A finales de marzo el Macba clausuraba las dos exposiciones que el museo ha dedicado al fotógrafo Xavier Miserachs (1937-1998); la primera centrada en su obra más conocida, el fotolibro Barcelona en blanc y negre de 1964, en la que se exponía su trabajo de forma escenográfica, a partir de imágenes ampliadas y recortadas; una iniciativa que se ganó las críticas de la mayoría del sector, además de la familia del artista: “A mi hermano no le hubiera gustado", afirmó Toni Miserachs tras recorrerla por primera vez, pensando que la muestra sería más la retrospectiva prometida cuando se cedieron los fondos al Macba en 2011. La segunda mostraba, a partir de los contactos y negativos, cómo trabajaba Miserachs y cuál era su proceso desde que disparaba su cámara hasta que positivaba sus instantáneas este grande de la fotografía catalana de la segunda mitad del siglo pasado y representante de la vanguardia de los sesenta.

Ahora es posible ver otra versión de Miserachs más allá de Barcelona. Es la que ofrece la galería Ana Mas Project de L'Hospitalet de Llobregat que expone (y vende entre 1.300 y 4.400 euros) 84 fotografías en blanco y negro realizadas entre los años cincuenta y sesenta, que lejos de centrarse en un solo tema, recorre la mayoría de asuntos que preocuparon y motivaron al fotógrafo; desde su primera fotografía realizada cuando tenía solo 15 años tomada con una cámara de su madre; una imagen conceptual, como otras de piedras, ovillos de lana o miles de fichas, inéditas, que el joven aspirante a médico realizó cuando todavía no se había decantado por la fotografía como medio de vida. Posteriores, pero también poco conocidas, son la mayoría de fotos de una serie de 14, donde dominan las tipografías y los carteles en playas y pueblos de la Costa Brava o calles de Barcelona. En otra de las blancas paredes de esta galería de aspecto industrial (Isaac Peral, 7) puede verse media docena de imágenes de sensuales cabareteras del Molino, también muy poco vistas; mientras que en la pared siguiente el tema son las playas de la Costa Brava, casi desiertas, lejos del bullicio del turismo que comenzaba ya a conquistarlas. “Todas son copias vintages o de autor creadas por el propio fotógrafo en poder de las hijas”, explica la galerista Ana Mas que asegura que “ésta exposición, en la que el 30 y el 40% de las fotos no se han expuesto nunca, era necesaria”.

“La idea de hacer esta exposición es anterior a la del Macba. Es un proyecto no tan ambicioso, comercial y no museístico. Son cosas distintas. Hace un par de años, vimos que había mercado cuando Ana Mas vendió algunas de las fotografías en Paris Photo y que su trabajo debería estar posicionado como tal”, remarca Arena, una de las hijas del fotógrafo que se ha implicado de forma directa en el montaje de la muestra.

Manel Armengol, en preparación

A comienzos de año el fotógrafo Manel Armengol saltó a los medios por su grave situación económica que le obligaba a abandonar la vivienda y dejar en depósito en el Arxiu Nacional su archivo hasta que pudiera venderlo. El pasado miércoles Armengol visitó la galería de Ana Mas con la intención de preparar una exposición con fotografías suyas. "Nos conocemos desde los años noventa. Ella fue una de las primeras que me compró fotografías", explica el fotógrafo junto a la galerista. "Tiene series de China y Estados Unidos muy interesantes de los setenta y ochenta que estarían en universidades americanas si Armengol fuera de ese país. Su archivo es espectacular. Estamos preparando algo", reconoció Mas, sin querer profundizar más. "Con la primavera las cosas se ven diferente. Han pasado tres o cuatro meses y estoy recobrando el ritmo", explica Armengol con una amplia sonrisa.

“La segunda exposición del Macba no fue un parche para apaciguar el impacto de la primera, aunque tenían que haberse inaugurado las dos a la vez”, defiende, mientras reclama la prometida retrospectiva. “Está pendiente. Estamos hablando con el director Ferran Barenblit para resolverlo a medio plazo, aunque no hay un calendario previsto”, asegura Arena.

“Miserachs seleccionaba las fotografías que publicaba en sus fotolibros y series más conocidas como Barcelona o Costa Brava Show, pero no pudo publicarlo todo. Aunque no disparaba mucho. El material fotográfico era caro y se optimizaba al máximo”, prosigue. Entre las favoritas de Arena, la cabaretera del Molino, con aspecto de Marilyn, al que alguien le entrega una cartulina, o las que su padre realizó en 1960 durante el servicio militar en Tarifa, entre ellas un autorretrato reflejado en un pequeño espejo. A la espera de que se lleve a cabo la esperada retrospectiva, la muestra de L'Hospitalet, abierta hasta mediados de junio, es un buen aperitivo.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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