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Cifuentes, a la espera del 20-D

La presidenta regional se sirve del Gobierno autonómico como trampolín para convertirse en referencia nacional del PP

F. Javier Barroso
Cristina Cifuentes, ayer durante un acto de campaña en Ávila.
Cristina Cifuentes, ayer durante un acto de campaña en Ávila.raúl sanchidrián (efe)

Cristina Cifuentes ha tardado cuatro años en forjarse un perfil de persona cercana y preocupada por los problemas de las personas. En ese periodo ha pasado de ser una casi desconocida vicepresidenta primera de la Asamblea de Madrid a convertirse en un referente dentro del partido, en el que algunos la ven como sustituta incluso de altos cargos. Desde que llegó a la Delegación del Gobierno en Madrid en enero de 2012, se ha dedicado a abordar problemas que afectaban al PP a nivel nacional, a veces con declaraciones que no cuadraban con la línea argumental que mantenía su partido.

La presidenta regional se pasó el pasado viernes toda la jornada de campaña electoral por Galicia, junto a su compañero de partido Alberto Núñez Feijóo. Visitó A Coruña, Santiago de Compostela, Vigo y Pontevedra. Ayer estuvo en Ávila, Segovia y Humanes. Es solo el ejemplo de cómo Cifuentes (Madrid, 1964) ha utilizado sus incursiones en la política nacional para eliminar a sus rivales políticos, del peso de Esperanza Aguirre e Ignacio González, para lograr un nombre en las primeras filas del PP.

Un accidente que cambió su trayectoria

Cristina Cifuentes sufrió el 20 de agosto de 2013 un accidente de tráfico que estuvo a punto de costarle la vida. Circulaba por el carril bus del paseo de la Castellana cuando un turismo no la cedió el paso y la arrolló. Entre otras lesiones, se fracturó cinco costillas. Recibió el alta el 23 de septiembre.

Ese accidente marcó “un antes y un después”, según reconoce Cifuentes. “Me abrió a ver la vida con mayor tranquilidad, más perspectiva y más claridad”, afirma. Su vuelta a la palestra política fue el 5 de diciembre de 2013, durante el acto de aniversario de la Constitución. Todos los focos estaban puestos en ella. Atacó de nuevo y con fuerza al independentismo catalán: “Es un atentado directo a la convivencia”.

Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense, su perfil en el partido había sido muy local hasta su designación como delegada del Gobierno en Madrid. A partir de ahí, pasó a ganar mayor presencia en televisiones y radios. De hecho, algunos hechos como la presencia del 15-M en la Puerta del Sol y sus declaraciones de que ella los habría desalojado desde el primer momento mostraron su talante. A eso se unieron varias manifestaciones por la capital especialmente violentas en las que tuvo que salir para defender las actuaciones de la policía.

Sin embargo, lo que le ha dado mayor repercusión han sido sus continuas declaraciones sobre temas que excedían sus competencias en la Delegación del Gobierno. Especial énfasis puso en el caso Bárcenas, para el que pidió desde el primer momento que se le aplicara todo el peso de la ley para evitar este tipo de situaciones en su partido. “Jamás he recibido ni he visto que se dieran sobres en la sede del PP en la calle de Génova. Si hubiera tenido noticia, lo habría denunciado”, dijo mientras otros responsables de su partido defendían a los supuestos corruptos.

A favor de su perfil de integración, siempre le ha favorecido no estar adscrita a ninguna de las familias del PP. No ha sido ni aguirrista ni gallardonista. De hecho, fue diputada con los dos. Igual le ha pasado con su principal rival, Ignacio González, y el anterior portavoz regional, Salvador Victoria. Ambos le acusaron hace meses de permitir, desde su cargo de delegada del Gobierno, las manifestaciones en la Puerta del Sol, con el consiguiente desgaste para el Ejecutivo regional. Ella se mantuvo al margen. Su equipo tan solo pasó los datos que desmontaban esa tesis. Habían bajado el número de concentraciones en los meses precedentes y la mitad de ellas no superaba los 200 asistentes. “Lo que siempre he hecho es no entrar en polémicas estériles que no conducen a ningún sitio, porque tirarnos los trastos entre nosotros no conduce a nada. Yo estoy ahora en Sol y sigo defendiendo el derecho de la gente a manifestarse”, explica Cifuentes por teléfono desde Pontevedra.

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Lo que más proyección le ha dado ha sido su ataque al independentismo de Cataluña y las ideas soberanistas de Artur Mas. De hecho, fue la idea principal que presidió su discurso por el 37º aniversario de la Constitución en un acto celebrado en la sede del Gobierno regional el pasado viernes 4 de diciembre: “Hoy hay una parte consustancial a España, patria común e indivisible de todos los españoles, que está siendo sometida a una intolerable presión para quebrar la legalidad y ser arrancada de nuestro país”.

La presidenta afirma que su éxito a nivel nacional se ha debido a que es una persona “muy centrada en el trabajo” y que ha sabido gestionar “en momentos muy delicados” problemas de gran calado como el orden público y la seguridad ciudadana en Madrid. Lo que tampoco obvia es que ha contado con un equipo de colaboradores muy conocedores de los tiempos y de cómo jugar en primera división para forjar ese perfil. “Ha habido también mucha exposición en los medios de comunicación y hemos ido a televisones y tertulias que desde el partido estaban mal vistas. Me he sometido a todo tipo de preguntas y entrevistas, aunque no fueran fáciles”, reconoce. Algunas ruedas de prensa han durado hasta una hora y media, para desesperación de los propios periodistas.

Sus ideales también le han llevado a enfrentarse a los mandos del PP, como cuando pidió que se suavizara la ley del aborto redactara por el entonces ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón o que hubiera pequeñas modificaciones en la antigua ley de plazos. En otra ocasión, acusó a su partido de comunicar mal a la ciudadanía “los logros que habían permitido la salida de la crisis”.

Frases directas y sin dobles sentidos

“No voy a dar nombres, pero hay determinadas personas de mi partido que quizás no deberían ocupar determinados cargos”. 11 de junio de 2013.

Sobre el ‘caso Rato’: “Evidentemente este tipo de cosas favorecer no favorecen. Es lógico que los ciudadanos estén hartos de este tipo de comportamientos, como me ocurre a mí misma, y más dentro del PP. Si me molestan cuando ocurren en otros partidos, mucho más me molestan en el PP”. 18 de abril de 2015.

Sobre la corrupción: “Desgraciadamente nosotros no hemos tenido manzanas podridas. Es que hemos tenido melones podridos. Hemos tenido un secretario general del partido durmiendo en Estremera [Francisco Granados]”. 4 de mayo de 2015.

“No he retado a Rajoy, pero si no estoy de acuerdo voy a ser reivindicativa”, tras adelantarse al Gobierno central en la prestación de la sanidad a los sin papeles. 6 de septiembre de 2015

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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