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César Sánchez, el accidental presidente provincial de Alicante

El PP conserva la Diputación con el voto de Ciudadanos y tras renunciar su candidato oficial hace seis días

César Sánchez, alcalde de Calpe, con el bastón de mando de la Diputación de Alicante
César Sánchez, alcalde de Calpe, con el bastón de mando de la Diputación de AlicanteEFE

No hubo sorpresa en la elección del nuevo presidente provincial de Alicante. El alcalde de Calpe (22.400 habitantes), el popular César Sánchez, es desde este viernes el nuevo presidente de la Diputación alicantina y gestor de una de las pocas administraciones de gran presupuesto que conserva el PP en la Comunidad Valenciana. El voto del diputado de Ciudadanos, Fernando Sepulcre, otorgó la mayoría necesaria para su investidura. A punto de cumplir los 39 años, Sánchez se ha convertido en presidente, casi por accidente, después de que el líder del PP alicantino y exvicepresidente del Consell, Pepe Ciscar, decidiera renunciar a ser el candidato de su partido a las siete de la tarde del pasado domingo.

Un voto de Ciudadanos y los 15 del PP sirvieron para encumbrar al primer edil calpino en el Palacio Provincial de Alicante. Frente a esta mayoría quedaron los 11 votos del PSPV-PSOE a favor del alcalde de Xàbia, José Chulvi, y las tres abstenciones de Compromís (2) y Guanyar. La Diputación, con un presupuesto que ronda los 200 millones de euros, se la queda un PP que espera que Ciudadanos entré en el gobierno provincial apuntalandolo definitivamente tras las elecciones generales del próximo noviembre.

Es tal la premura con que le ha sobrevenido a Sánchez su nombramiento que, una semana después de la elección de diputados, todavía no tiene claro quién asumirá las distintas competencias de gobierno. A este licenciado en Sociología, cuyo debut laboral fue de telefonista en el consistorio que hoy rige, se le notaron los nervios mientras repasaba el que probablemente haya sido su discurso más importante hasta ahora. Algún asistente incluso bromeó con que aún no se le había quitado el susto: moderado y con un punto vergonzoso en su voz, no se le confirmó que sería el presidenciable hasta hace seis días. La importancia que tuvieron Madrid y Barcelona, sedes respectivas del PP y Ciudadanos, pesaron en las negociaciones de Alicante, donde la relación entre Ciscar y los dirigentes de Ciudadanos nunca fueron fluidas

Ante el propio Ciscar y los máximos líderes del PPCV, Isabel Bonig y Alberto Fabra, Sánchez desgranó en su discurso los pilares de su gobierno, que pasan por “la transparencia”, “la reivindicación de infraestructuras sin enfrentamiento” y el apoyo a los municipios, especialmente a los más pequeños, en una provincia que es la quinta más poblada de España y en aportar al PIB nacional. Entre sus compañeros de partido, calaron bien sus palabras.

Los discursos del representante de Ciudadanos, Fernando Sepulcre, y el socialista José Chulvi sirvieron para anunciar una voluntad de entendimiento entre los distintos partidos en la institución, si bien ambos señalaron que estarían vigilantes en una administración manchada también por los escándalos de corrupción que han asolado parte de la Comunidad Valenciana. Gerard Fullana, de Compromís, también hizo un llamamiento a la política constructiva y acusó a Sepulcre de resucitar “a políticos que han sido protagonistas de un caos brutal económico, social y ético”.

Sin paridad en la bancada del PP

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La fotografía más chocante sin duda del hemiciclo es la de la bancada popular, en la que la única mujer de entre los 15 diputados del PP es la exalcadesa de Elche, Mercedes Alonso. Este hecho fue criticado por la diputada de Guanyar, la edil de El Campello, Raquel Pérez. Solo hay seis mujeres en un hemiciclo de 31 diputados, siendo los socialistas los que más cuentan entre sus filas (4).

Pérez también protagonizó la anécdota de la jornada. La diputada no juró lealtad ni al Rey ni a la Constitución, sino que lo ha hecho "delante del pueblo luchar por los trabajadores y por acabar por un régimen injusto y por la llegada de la República". Esto le valió abucheos de parte de la Cámara y, finalmente, tras ser llamada al orden por la Secretaria del pleno, juró la Constitución.

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