Catas arqueológicas para localizar la Vía Augusta en Guardamar
Su trazado constituye hoy en día el principal eje de comunicación con el resto de Europa
La Generalitat realizará catas arqueológicas en la zona norte de Guardamar para localizar el paso de la Vía Augusta, calzada romana de 1.500 kilómetros que atraviesa España desde Cadiz a los Pirineos, en su mayor parte por el litoral mediterráneo. El secretario autonómico de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Victoriano Sánchez-Barcáiztegui, lo ha confirmado durante la apertura de la exposición "La Vía Augusta en el territorio de Guardamar del Segura", en la que se muestra el Plan Director de Recuperación de la Vía Augusta en la Comunidad Valenciana.
Guardamar del Segura tuvo mucha importancia en la época fenicia y, aunque se sabe que la Vía Augusta pasaba por aquí, no está exactamente delimitada, de ahí la necesidad de hacer las catas arqueológicas. Una vez ya localizada, la Generalitat podrá desarrollar el proyecto de recuperación de la vía.
La importancia de esta red viaria es tal que hoy en día constituye el principal eje de comunicación de nuestro país con el resto de Europa. Autopistas, carreteras y ferrocarriles siguen básicamente hoy su trazado, constituyendo un poderoso elemento económico y de cohesión interna.
El secretario autonómico de Infraestructuras ha resaltado que la Generalitat, a través del Plan Director de Recuperación de la Vía Augusta que ahora se expone, "tiene previsto adecuar y revalorizar este camino para uso y disfrute de los ciudadanos" y que lo podrán recorrer a pie, en bicicleta o a caballo.
Para ello, la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente habilitará un recorrido con continuidad en toda la Comunitat, de carácter eco-turístico y cultural, dotándolo de instalaciones complementarias como albergues, centros de información, áreas de descanso, etc. Además, los transeúntes podrán reposar o alojarse en albergues inspirados en las mansiones romanas (edificios de hospedaje para los viajeros romanos), que se emplazarán convenientemente en las áreas previstas.
La Vía Augusta atraviesa las provincias de Castellón y Valencia a lo largo de 280 km, desde el río Sénia (límite con Tarragona) hasta La Font de la Figuera (prolongándose por Albacete). A partir de aquí, se ha identificado un ramal de 170 km en la provincia de Alicante que, descendiendo por el río Vinalopó, alcanza Cartagena pasando por Elda, Aspe y Elche. Este eje vertebrador, que atraviesa la Comunitat de Norte a Sur a lo largo de 450 km, se completa con la Via Dianium, trazado de 180 km que conecta las poblaciones costeras desde Albalat de la Ribera hasta Alacant. En total, la civilización romana dejó su huella a lo largo de 630 km en la Comunidad Valenciana.
El paso de la cultura romana en su recorrido por la Comunitat puede observarse a través de restos de la propia calzada, que en algunos casos mantienen su señalización con los primitivos miliarios, restos de mansiones, puentes, villas, arquitectura, toponimia, etc. Uno de los elementos más importantes de la Vía Augusta a su paso por la Comunidad es el Arc de Cabanes, en Castellón.
La exposición "La Vía Augusta en el territorio de Guardamar del Segura" podrá visitarse hasta el mes de abril en el Museo Arqueológico de Guardamar.
Dos itinerarios
Si se analiza el mapa de distribución del poblamiento romano en Guardamar, se estudian dos itinerarios para el recorrido de la calzada por el tramo final del río Segura: el recorrido costero que busca la gola del río y el que parece coincidir con el registro arqueológico, pasando la desembocadura mediante un puente de barcas.
Son dos los asentamientos que han deparado materiales romanos en el margen derecho del curso fluvial: el Castillo de Guardamar será uno de los principales yacimientos, a pesar de no haberse documentado restos arquitectónicos. Sin embargo, el hallazgo de abundante material cerámico de los siglos II a.C. hasta el IV d. C y la presencia de dos esculturas (un mercurio de bronce y un fragmento de una de mármol) remarcarían su carácter sobresaliente.
El segundo asentamiento, conocido como el Cabezo Pequeño del Estaño, se localiza aguas abajo del curso del río. Las intervenciones arqueológicas realizadas en los años 90 descubrieron un pequeño núcleo rural dedicado a la explotación agropecuaria del entorno, con materiales fechados entre el siglo I a. C. y el siglo II d. C.
La Vía Augusta enlazaría mediante otros ramales o caminos secundarios con la fachada marítima, con el fin de conectar con los fondeaderos o embarcaderos costeros. En el tramo de costa que va desde la desembocadura del Segura hasta el Cabo Cervera, se ha documentado un modelo de poblamiento asociado con los recursos del mar y sus derivados: pesca, sal y quizá industrias de salazón.
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