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La violencia entre familiares crece

La mayoría de los casos en los equipos de tratamiento son agresiones entre parientes

Raúl Limón

La violencia intrafamiliar, como se conoce a la que se produce entre hermanos, padres, abuelos e hijos, es tan real como la machista, que se suma en muchas ocasiones a estas otras; pero aún se considera algo íntimo y la vergüenza la mantiene oculta, como pasaba con la de género hace unos años.

Las agresiones también son similares, van desde la fuerza física hasta el acoso y desde la humillación y la intimidación psicológica hasta la limitación de bienes imprescindibles para la vida. La última estadística, referida al pasado año, refleja 7.060 víctimas en asuntos de violencia doméstica con orden de protección o medidas cautelares, un 17% menores, en su mayoría de nacionalidad española y mujeres. Andalucía lidera la clasificación de la incidencia por comunidades autónomas con Valencia.

Los números

  • 7.060 víctimas en asuntos de violencia doméstica con orden de protección o medidas cautelares. De estas, el 62,7% fueron mujeres y el 37,3% hombres. Un total de 194 personas figuran como denunciadas y víctimas a la vez.
  • Afecta a todas las edades. La mayor incidencia se da en el grupo de edad de menos de 18 años (17,1% del total). La edad media de las víctimas fue de 43,4 años.
  • Las mayores tasas de víctimas por cada 100.000 habitantes inscritas de violencia doméstica en el caso de los hombres se registraron en Melilla (16,4), Comunitat Valenciana (15,1) y Andalucía (15,1). Esta última comunidad no figura entre las tres primeras en el caso de las mujeres.
  • El 84,9% de las mujeres y el 86,8% de los hombres víctimas son nacidos en España

“La violencia intrafamiliar supone más de la mitad de los casos que atendemos. Se ha elevado de forma exponencial”, afirma el psicólogo e investigador de la Universidad de Sevilla, Miguel Garrido, especialista en terapia familiar.

Las causas que identifica son varias y complementarias: individuales, familiares y sociales. “Ha cambiado el concepto de autoridad y el respeto a los padres”, detalla como ejemplo antes de añadir otros como la abundancia de hijos únicos, con más dificultades para afrontar la frustración, o el desempleo o la permanente violencia que se percibe en la televisión y otros medios de comunicación. “Y el incremento de los niveles de exigencia social”, añade Aurora Ballesteros, coordinadora del Equipo de Tratamiento Familiar de Alcalá de Guadaíra (Sevilla).

“No es solo cosa de pobres”, advierte Garrido, quien detalla que hay que tener en cuenta las transformaciones culturales y sociales, como los cambios en las concepciones familiares, y las carencias afectivas en una comunidad muy preocupada con los bienes y el consumo exagerado.

“Son casos muy dolorosos que se mantienen en secreto. La ocultación se da principalmente en las clases medias”, añade el investigador de la Universidad de Sevilla.

La familia, solución y origen del conflicto

Juan Antonio Marcos es jefe del servicio de Acción Social de Alcalá de Guadaíra. Es el primer nivel de asistencia y acumula la experiencia del día a día. Explica que los casos más numerosos de violencia intrafamiliar implican a menores y la prioridad es evitar los factores de riesgos y “trabajar con la familia”, donde se origina el conflicto y donde hay que encontrar la solución. “La ley marca el camino y hay que buscar siempre el interés del menor”, añade Aurora Ballester, coordinadora de este servicio.

"Los programas más eficaces son con la familia”, afirma Garrido, quien apunta a la Psicoterapia Intergeneracional como principal herramienta, así como al trabajo con la red social.

En este sentido, Marcos destaca que el abordaje de este tipo de violencia no puede ser de un solo ámbito porque tienen que estar implicados desde los vecinos hasta la escuela o los centros de salud. Por esta razón, Garrido anima a los poderes públicos a que “sigan desarrollando recursos intermedios y centrados en la comunidad, para evitar el ingreso en centros tanto de los menores agresores como de los adultos que no controlan sus impulsos o son negligentes”.

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Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.

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