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Junqueras a la andaluza

El presidente de ERC rechaza el diálogo y plantea proclamar la independencia si tiene mayoría en una visita a Andalucía organizada por ‘Salvados’

Junqueras y Évole en el salón de los Parejo en un fotograma de 'Salvados'.
Junqueras y Évole en el salón de los Parejo en un fotograma de 'Salvados'.

En su carrera para ser el presidente de la Generalitat, Oriol Junqueras siempre ha buscado alejarse de la imagen de político clásico. Una estrategia que le ha funcionado para cohesionar Esquerra Republicana y lograr que el partido, hundido en 2010, esté a punto de alcanzar el poder en Cataluña y que ha sacado a relucir en la visita a Andalucía que ‘Salvados’, el programa dirigido por Jordi Évole, ha organizado para iniciar su temporada.

Sin americana, con una mochila en la espalda y mostrando sus conocimientos -"Histórica fue la llegada de Fernando III a Sevilla, pero fue en el siglo XIII", le ha espetado a Évole a la segunda frase- Junqueras ha combinado la pedagogía independentista, frases destinadas a convencer que la secesión no supondría una ruptura traumática, con el argumentario para justificar su opción. Ya en el aeropuerto, ha atendido a los sevillanos que le cuestionaban sobre los efectos sentimentales de la separación entre Cataluña y España: “Queremos seguir siendo vecinos, pero tomar las decisiones en nuestra casa”, le ha respondido a una sevillana. Otra, que ante la falta de inconvenientes que Junqueras ve en la independencia le ha preguntado si en Cataluña no se hace nada mal, se ha encontrado con esta respuesta: “Queremos ser responsables de lo que hacemos bien y lo que hacemos mal”.

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La presencia de Junqueras en el aeropuerto ha sido el preludio de su visita a casa de los Parejo. El republicano ha agradecido la invitación con una botella de vino y alabando el huerto de Eugenia, la matriarca de la familia, que ha correspondido a los agasajos de Junqueras obsequiándole con un libro de Machado: “Lo he citado en el Parlament en alguna ocasión”, ha celebrado Junqueras.

Eugenia es la que ha practicado un discurso más agradecido para Junqueras. La madre de los Parejo ha lamentado el inmovilismo de Mariano Rajoy con Cataluña. El presidente republicano ha recogido el guante: “Si Rajoy, en su día, se hubiera sentado a hablar con Artur Mas, antes de que se plantease el 9-N, habría menos independentistas”

Menos comprensión ha encontrado Junqueras en el resto de la familia Parejo. Antonio, ingeniero agrónomo, le ha reprendido por no ver perjuicios en la independencia: “Cualquier cosa negativa te niegas a aceptarla. ¿Todo lo español es malo y lo catalán es bueno? Será mitad y mitad”. Junqueras, que ve como una “hipótesis implanteable” que la independencia pueda salir mal, ha argumentado que, tomando sus propias decisiones, los catalanes podrán gestionar mejor su dinero. E incluso ha asegurado que la independencia sería buena para España, al concluir que habría una mejora de la actividad económica en Cataluña que repercutiría en beneficios para las empresas españolas. Su argumentario no ha convencido a los Parejo.

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La familia le ha planteado el diálogo como solución al conflicto entre Cataluña y el resto de España, algo que Junqueras rechaza: “La experiencia ha demostrado que no sirve de nada”. El republicano, sin ambages, ha explicado a la familia andaluza que si obtiene la mayoría en las próximas elecciones proclamará la independencia y hará un referéndum para ratificarla. “Me daría una pena muy grande”, le había dicho Eugenia poco antes, a lo que Junqueras ha respondido: “Lo entiendo. A mi me da mucha pena que digan que los ciudadanos de Cataluña no tengan derecho a decidir”.

El día que Junqueras pasó en Andalucía le sirvió para desconectar de la presión con la que estos días se vive la política catalana (el viernes llegó a emocionarse en una entrevista en Catalunya Ràdio) y contrastar los argumentos de esta familia andaluza, cuyas dudas se asemejan a las que en muchas ocasiones cualquier catalán que se precie ha tenido que responder en una conversación sobre el tema. El republicano lo ha hecho sentado en una mesa familiar, tras degustar una pringá -le faltó la siesta, ha reconocido- y con la tranquilidad de quién se sabe el discurso de memoria. Eugenia explicó en una entrevista en el diari ARA que, tras la grabación, sigue hablando con Junqueras, con quién comparte fotografías de sus respectivos huertos. El republicano ha prometido otra visita a Andalucía pero, eso sí, cuando Cataluña sea independiente.

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