Gente guapa y sonriente
La actriz repite con sorna que entra a las iglesias "a meditar" y se queja del cambio que está afectando a las tascas legendarias, esas que conservan "un olor especial"
1. Hotel Only You. Ir a comer allí en domingo es algo mágico. Tienen un bufé de queso parmesano que es una experiencia tremenda, casi de otra galaxia. Y la gente que atiende es excepcional (calle del Barquillo, 21).
2. Cuesta de la Vega. Es un lugar al que le puedes dedicar los amaneceres, los atardeceres o las noches. Te puedes pasar allí, al lado de la Almudena y el Palacio Real, el día entero. Ir sola o acompañada. Llevarte comida o mirar al frente sin más. Ahora suelo ir más sola, a ver las puestas de sol.
3. El cristo de Medinaceli. Está en la parroquia del mismo nombre, que queda en un sitio fascinante, entre la calle de Lope de Vega y la de Cervantes. Cuando paso por el centro para ver obras de teatro o tomar algo, me quedo alucinada con la de personas que aguardan frente a este lugar de culto al que llaman El Señor de Madrid (plaza de Jesús, 2).
4. Elena Bernardos. Es una maquilladora y estilista con la que merece la pena pasar las tardes. Tiene buen gusto, mucha imaginación y te viste con la mirada. Te sientes muy a gusto con ella. Es alguien que consigue atraer atracción y respeto.
5. Restaurante La Milana Bonita. Es una gente que hace unas comidas riquísimas, casera, rápidas. La pareja que lo regenta es encantadora y me hace mucha ilusión la referencia a Los santos inocentes, obra y película de las que guardo un gran recuerdo. Tienen hasta un bocadillo Azarías, como el personaje que interpretó Paco Rabal (calle del Marqués de Santa Ana, 7).
6. San Miguel Arcángel de Chamartín. No menciono esta parroquia por nada especial, pero es que tengo la sensación de que tienes que salir fuera para darte cuenta de lo que tenemos en Madrid. Esta iglesia relativamente moderna, remodelada hace unas décadas, es del siglo XVI. Está fuera de las rutas turísticas y sigue siendo impresionante (avenida de Burgos, 2).
7. Barrio Echegaray. Es la mejor zona de la ciudad de tascas, de ambiente. Puedes conocer a los camareros. Aunque está cambiando mucho. Está haciéndose como de ricos para los extranjeros. En eso Barcelona ha sabido aprovechar lo propio. Aquí llegan las franquicias de las hamburguesas y te quedas sin boquerones, queso, tapas… lo nuestro, ¡si eso es la vida! Me gusta que esté el señor de toda la vida, el olor especial de los sitios. Ahora entras en un bar y es un cementerio: todo mármol, que te apoyas y está frío. No se agradece ni en verano. Como el neón, que es malísimo.
8. Parroquia de San Jerónimo el Real. Se la conoce comoLos Jerónimos. Es otra de las iglesias donde voy a meditar (risas). Detrás del Museo del Prado, una zona que tanto define la ciudad (calle de Moreto, 4).
9. Iglesia de San José. Era el antiguo convento de San Hermenegildo. Visitar estos sitios es sentirse de repente tranquila, fuera del ritmo de la ciudad. Además, está cerca de alguno de los mejores escenarios (Alcalá, 43).
10. Parque del Retiro. Tiene zonas para perderte y no ir a ningún sitio. Es algo muy típico, pero es que no deja de tener un toque mágico y único. Y de sorprenderte continuamente. Yo vi la fuerza de sus estatuas cuando Alex (de la Iglesia) sacó al ángel caído en El día de la bestia. ¡Y mira que había pasado veces por ahí! (plaza de la Independencia, 7).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.