_
_
_
_
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La sociedad civil cabreada

Los empresarios toman la iniciativa ante la impotencia del Consell para lograr un trato justo de Rajoy

Comunidad Valenciana -

La escenificación realizada ayer por los empresarios no debería caer en saco roto. En un territorio donde la individualidad siempre se ha considerado un valor, la defensa de intereses colectivos por encima de los particulares siempre sorprende por su excepcionalidad, pero también por su potencia. Y las organizaciones empresariales valencianas todavía conservan en su ADN la experiencia de la cumbre de Orihuela, celebrada en 1989, en la que descubrieron las dificultades de jugar a Rasputín en la política valenciana, pero de la que aprendieron que es posible marcar la agenda gubernamental y abandonar el ostracismo cuando se organizan y dejan de lado la política de campanario. Poco tienen que ver los dirigentes patronales que han expresado su hartazgo con las políticas del Gobierno de Mariano Rajoy con los de la cumbre de Orihuela,aunque algunos de ellos ya estuvieran allí. Sin embargo, la decisión de exhibir el enfado con un documento sobre infraestructuras no fue casual.

Los empresarios han visto cómo la docilidad, lejos de dar rédito, amenaza con retrasar incluso lo que creían tener resuelto: los plazos de ejecución del tercer carril del corredor mediterráneo y las otras infraestructuras ferroviarias comprometidas. Y si esa posibilidad se consuma y se añade a los agravios en materia de financiación autonómica y política hídrica, entre otras, la Comunidad Valenciana quedará condenada nuevamente al furgón de cola. El cabreo de los empresarios, del que Alberto Fabra estaba previamente advertido, revela el fracaso de la Generalitat para liderar unas reivindicaciones que cuentan con el mayor respaldo social de las últimas décadas. Y pone en evidencia que el acto organizado en diciembre del año pasado por Presidencia para presentar el Acuerdo de la Sociedad Civil por la Comunidad Valenciana no solo fue un acto fallido, sino que sirvió para convencer a los empresarios de la necesidad de “tirar por el camino de enmedio” sin esperar al Gobierno valenciano.

El jefe del Consell, rebasado por los patronos, se limitó ayer a decir que comparte “la necesidad de que haya más inversión y, sobre todo, más compromiso hacia la Comunidad Valenciana por parte del Gobierno de España”. Un compromiso que sería fácil de visualizar con la aprobación de la reforma del Estatut, pendiente de 2011, que está paralizada en el Congreso de los Diputados y que reclama, precisamente, eso, una inversión justa por parte del Estado. El problema es que esta reforma estatutaria, paralizada tres veces en esta legislatura por el PP, revela precisamente la debilidad del presidente valenciano que no debería pasar por alto la segunda advertencia que le lanzaron los empresarios. Justo cuando los populares acaban de arrancar, de manera atronadora, una nueva campaña de anticatalanismo, los patronos les recordaron —en palabras del presidente de Cierval, José Vicente González— que “Cataluña es el primer proveedor y cliente de la Comunidad Valenciana y que cualquier actitud que ponga en peligro eso no es precisamente lo más adecuado”. El Consell haría bien en tomar nota de que las infraestructuras que reclaman los empresarios ya no pasan por Madrid, sino que miran al Norte, no vaya a ser que los acabe acusando de catalanistas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_