Los arquitectos alicantinos recuperan viejas labores

La explosión de la burbuja inmobiliaria dejó un mar de cemento y una fila de arquitectos en la cola del paro; hasta el punto que en Alicante el colegio de arquitectos se arruinó. Este viernes los profesionales alicantinoshan aprobado la labor de los últimos tres años realizada por el equipo de Antonio Maciá (1972), arquitecto ilicitano que ha conseguido la estabilidad económica del colectivo, al que ha abierto varias formas de desarrollo profesional que los arquitectos olvidaron.

Cada año salen más de 500 arquitectos de las universidades que se encuentran ante una profesión que ha sufrido uno de los peores batacazos en la crisis. Los arquitectos valencianos rondan un 60% de paro real. "Nuestro cometido estos tres últimos años", ha recordado un feliz Maciá, "fue el de recordar a nuestros colegiados que los arquitectos en la primera mitad del siglo XX hacíamos algo más que construir cosas, nos dedicábamos también al diseño, por ejemplo".

Maciá, que ha ganado a su oponente Javier Martínez por más de 100 votos, dejó entrar en el colegio "a todas las formas de desarrollo profesional", que abarcan desde el diseño de muebles y ropa hasta el registro de patentes de nuevos ingenios arquitectónicos. "Queríamos acercar al arquitecto a la sociedad después de una época muy endogámica", ha apuntado el presidente de los arquitectos alicantinos. "El fin último de la arquitectura es el usuario", ha recordado.

Cuando el equipo de Maciá llegó hace tres años se encontró una institución arruinada. Compartamentizó el colegio y lo reestructuró y alquiló por partes hasta el punto que hoy tiene dentro de sí un restaurante japonés.  "Así se ha conseguido la estabilidad económica", ha considerado Maciá.