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Català aboga por “cambiar pancartas por pactos”

Asegura que mira "hacia adelante, no hacia arriba" y que se encuentra "al lado de Fabra" La consejera se revela admiradora de Cameron y reafirma su política liberal-conservadora

La consejera María José Català y la secretaria de Estado Montserrat Gomendio, en el Hotel Astoria.
La consejera María José Català y la secretaria de Estado Montserrat Gomendio, en el Hotel Astoria. TANIA CASTRO

Muchas de las palabras pronunciadas este lunes en el Fórum Europa no desentonarían en boca de un defensor del republicanismo cívico. Expresiones tales como preocupación por la desafección del ciudadano, la corresponsabilidad ciudadana en la vida pública, su participación activa en la política, o la apelación a “una fuerte e involucrada sociedad civil”, más allá de votar “un día cada cuatro años” encabezaron la conferencia del Hotel Astoria. Lo que más chocaba es que las pronunciara la consejera de Educación, María José Català, al lado de Montserrat Gomendio, consejera de Estado que en su presentación señaló a la Comunidad Valenciana como “proyecto piloto” de lo que el Gobierno quiere con la aplicación de la LOMCE, precisamente una ley en la que desaparece la materia dedicada a la educación para la ciudadanía y pone la ética al nivel de la religión.

La consejera ha cambiado su lenguaje. Acto seguido, dijo que “salir a la calle y manifestarse” no era un “gran esfuerzo”, porque “es muy fácil”. A la entrada del hotel se había topado con pancartas que tachaban de “segregadora” la LOMCE, rechazaban el acuerdo de interinos de 2013 y apoyaban al colegio Ciutat de Cremona ante la supresión de su única unidad de tres años. Lo remachó dos veces: “Debemos cambiar la pancarta por el pacto” y, importante para quien acababa de citar a Adolfo Suárez, “el consenso no tiene que ver con actitudes como la de la entrada”. Su discurso tuvo mayor calado político del esperado, coincidieron en destacar varios de los presentes.

Lo trufó de citas de Tocqueville y Churchill y confesó debilidad por el parlamentarismo británico, como su compañera de Consell Isabel Bonig allí presente, aunque ésta, puntualizó, es “más de Thatcher y yo más de Cameron”. Navegó en la conferencia entre las dos aguas la del conservadurismo y del liberalismo, hasta el punto de afirmar que su gobierno tiene “un plan diseñado para anteponer al individuo frente a una Administración Pública casi imperceptible”. Llegados a este punto, y para evitar más comentarios sobre su perfil como alternativa a Alberto Fabra, aseguró estar “siempre al lado” del presidente de la Generalitat y que como titular de una cartera del Consell no mira “hacia arriba”, sino “hacia adelante”.

200 institutos piden clases de repaso para los alumnos con peores resultados

Con un 33 cumpleaños campeando en su calendario personal, Català mostró una alta autoestima en las tres áreas que gestiona, educación, cultura y deporte, asociándolas en todo momento a la libertad (la palabra más usada de la conferencia) y a la iniciativa privada, que sin duda sonaron bien a oídos de los numerosos empresarios presentes en la sala, encabezados por los presidentes de las organizaciones más representativas: Cierval, AVE y CEV. Autoestima por, según dijo, ser la segunda comunidad que más gasta en educación, por ser la primera en cultura, líder en reducción del abandono escolar temprano y la que tiene uno de los mejores sistemas universitarios de España, aunque no hizo distinción entre público y privado para ser coherente con la idea de Administración “imperceptible”.

Manifestantes ante el Hotel Astoria durante la conferencia de la María José Català.
Manifestantes ante el Hotel Astoria durante la conferencia de la María José Català.
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No hubo asomo de autocrítica para equilibrar y hacer más creíble tanta felicidad, tal vez para no desentonar con la gente agradecida “de regalar sonrisas” a la que aludía la cita de Benedetti con que encabezó la conferencia. Como novedades en materia educativa, informó de que 200 institutos de secundaria se han sumado al plan de clases de repaso gratuitas para los alumnos con peores resultados en la primera evaluación. También confirmó la intención de extender a Valencia capital el próximo curso el distrito único escolar, porque, aseguró, “no ha generado ningún problema”. Obviaba así las críticas recibidas por su impacto negativo en la escuela pública, tras la implantación en la mayoría de la Comunidad Valenciana, con la supresión de numerosas unidades de infantil previstas para el próximo curso.

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