La Xunta pagó un barco al jefe de Vendex con subvenciones a la investigación
La embarcación costó 25.000 euros y la empresa falsficó facturas para poder cobrar 40.000
Entre presunto soborno y soborno, los directivos del Grupo Vendex tuvieron tiempo para surcar los mares gracias a fondos públicos. Según informes de Vigilancia Aduanera incluidos en el sumario de la Operación Pokémon, José María Tutor, jefe regional de la empresa, urdió un plan a fin de lograr una subvención de la Xunta para un barco. Y tuvo éxito. El Gobierno gallego le pagó 40.000 euros a través de la Dirección Xeral de I+D+i de la Consellería de Industria como ayudas al “fomento de la investigación y la innovación empresarial”.
La dirección encabezada por Ricardo Capilla envió un correo electrónico el 5 de diciembre de 2011 a Sintrasa, una de las empresas de la maraña de Vendex, informando de la concesión de 40.000 euros. A partir de ese momento, Tutor se enfrascó en una espiral de llamadas telefónicas para conseguir facturas falsas que respaldasen la subvención. Entre motor y casco, inicialmente solo conseguía justificar 25.000 euros. Para falsear facturas contactó con Guillermo F., El buceador, que gestionaba Nauga, un negocio de buceo de A Coruña también de Vendex. Tras varias llamadas, acordaron hacer un “ida y vuelta”, consistente en emitir la factura, pagarla y devolver el dinero excedente. Tres semanas después del correo de la Xunta confirmando la subvención, la empresa presentó los documentos, entre ellos las facturas ficticias. Entre el 27 y el 30 de diciembre la actividad telefónica de Tutor y El buceador echaba humo. El jefe de Vendex ordenó que pidiese la factura al astillero por medio de un intermediario: “Para no liarla y que no me toquen los cojones con el tema”.
La víspera del día de Reyes de 2012, con la subvención tramitada satisfactoriamente, Tutor telefoneó a su empresa para preguntar si Astec, el astillero que, según Aduanas, colaboró en el fraude con un presupuesto ficticio, había devuelto los 15.000 euros sobrantes. “La compra fue cojonuda”, aseguró el jefe. “Con 25.000 euros adquirieron un barco y dos lanchas sin motor”, concretan los investigadores.
Aunque no todo salió bien. A finales de marzo de 2012, cuando tocaba cuadrar las cuentas del primer trimestre, una de las empleadas de la sede central de Vendex discutió con Tutor. “Para estos chanchullos podías haber llamado antes para hacerlo de otro modo”, le espetó. “Las cosas no están bien hechas y esto es una merienda de negros porque pagamos una factura por un barco que no está inventariado y nos van a venir encima”. Justo antes de cerrar la operación supuestamente fraudulenta, Tutor dijo El buceador: “Hay que hacerlo bien que [la empleada] es muy estrecha y va a poner problemas”. Vendex poseía una cuenta bancaria con fondos exclusivos para barcos.
La Agencia Tributaria les atribuye delitos de falsedad documental y fraude en subvención, acusaciones ratificadas por la juez en un auto. Sintrasa, la empresa de Vendex que se benefició de la subvención, ejerce como concesionaria del Ayuntamiento de A Coruña.
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