Hacienda también inclina la balanza
Montoro prescinde de la metodología pactada en 2006 para los saldos fiscales El Gobierno descarta el flujo monetario

Tras aplazar la presentación de las balanzas fiscales, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunciaba hace 10 días un cambio en la metodología que dejaba atrás el concepto “para hablar de cuentas públicas regionalizadas”. El nuevo sistema se pondría de largo en Girona, en el XXI Encuentro de Economía Pública. El anuncio dejó atónitos a la Generalitat, la comunidad académica y las patronales catalanas. Dieron por hecha la supresión de las balanzas fiscales, máxime cuando el mismo Montoro unos días después justificaba los cambios en el “uso indebido” por parte de los sectores independentistas. Los autores del nuevo sistema defienden que sí serán unas balanzas, descompuestas en 350 indicadores, aunque lo harán solo con el método carga-beneficio, obviando el de flujo monetario. Los académicos consultados discrepan si serán unas balanzas fiscales, pero coinciden en que carecen del consenso científico de las publicadas por el ministro Pedro Solbes en 2008.
Los expertos de las balanzas de 2008 consensuaron usar dos métodos
Las balanzas fiscales de 2008, que calculaban los saldos de 2005, se elaboraron en el Instituto de Estudios Fiscales (IEF) a partir de una metodología acordada por 19 expertos en 2006. Decidieron utilizar dos métodos: el de carga-beneficio y el de flujo monetario. El primero, que en 2008 arrojaba un déficit para Cataluña del 6,5% del PIB, mide el bienestar de los ciudadanos y para el cálculo imputaría, por ejemplo, el gasto en un cuartel de Melilla en todo el Estado, al considerar que su actividad beneficia a todo el territorio. El segundo, que daba un déficit del 8,7%, imputa los gastos del Estado solo donde se realizan: los del cuartel de Melilla, allí. Javier Loscos, profesor de la Universidad Complutense, formaba parte de la comisión: “Las balanzas van a ser elaboradas por gente muy competente. Pero la última vez la metodología salió de una comisión con personas más partidarias de un método y otras más proclives al otro. Y firmaron que se publicaran ambas en aras del consenso científico: ambos aportaban información relevante”.
La metodología presentada en Girona ha sido elaborada por el investigador del CSIC Ángel de la Fuente, el catedrático de la Universidad de Zaragoza Ramón Barberán y el de la Universidad de Valencia Ezequiel Uriel. Los dos últimos formaron parte de la comisión de 2006. De la Fuente fue el encargado de presentar el sistema de cuentas públicas regionalizadas (SCPT) en Girona. El investigador defendió el método carga-beneficio porque el otro, dijo, “en la práctica significa que los servicios que vuelven en especie, como las embajadas, no cuentan”. “No es razonable, hay que repartirlos entre todos”, defendió De la Fuente y destacó que ahora pondrá sobre la mesa más datos para ver posibles deficiencias en la financiación de las comunidades.
De la Fuente defiende que el nuevo sistema utiliza más datos
La presentación de la metodología enrareció el ambiente del congreso. Muchos asistentes no entendían que no hubiera sido explicada por el ministro, que trasladó la responsabilidad a sus autores. Además, la comunicación no fue colgada en la red hasta la misma mañana, cuando el resto de trabajos fueron entregados en octubre. El catedrático de la Universidad de Barcelona Germà Bel lamentó que eso impedía poder discutir el método. Santiago Lagos, catedrático de la Universidad de Vigo y el encargado de presentar la comunicación de De la Fuente, explica que el SCPT es un “avance” al aportar “información desagregada que permitirá discutir con más cifras y objetividad”. Pero admite que las formas de Montoro han hecho un “flaco favor” a la “transparencia” y dice que “las cosas se hicieron mejor en 2008”.
También participó en la comisión de 2006 el catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra Guillem López-Casasnovas. “Unas cuentas regionales no son balanzas fiscales”, dice. “La capacidad recaudatoria de una comunidad es el concepto básico en ingresos para las balanzas; es distinto al esfuerzo fiscal personal. Además, el dato primario no es un invento: está en las liquidaciones de la financiación autonómica, facilitadas por el ministerio. En gastos se puede discutir si flujo monetario o carga-beneficio, pero lo propio desde un punto de vista territorial es flujo monetario (impacto sobre la comunidad, efectos de arrastre macro...). El criterio de carga-beneficio no necesita el título octavo de la Constitución y no es territorial. Y la neutralización no es una alternativa. ¡No neutralizar por déficit es un despropósito!”, agrega. “El tema cansa. La información debiera estar en la web y cabría exigir un mínimo de rigor contra tanto posicionamiento político casi friki”.
Germà Bel sostiene que el SCPT “técnicamente está muerto”; si quiere medir “el impacto de los servicios sobre el bienestar de los ciudadanos debería tener en cuenta el nivel de precios por territorios”, donde “las diferencias llegan a ser del 30%” entre Barcelona y Badajoz. Bel dice que las balanzas se calculan con una metodología estándar a nivel internacional y considera que los autores del informe “han tuneado” el método de carga-beneficio.
López-Casasnovas exige “rigor contra tanta postura política casi ‘friki”
Santiago Lagos opina que a partir de ahora se podrá observar la composición de los saldos fiscales y coincide con el consejero Andreu Mas-Colell en que cada método responde a una pregunta. El SCPT permitirá ver si hay “agravios comparativos” entre comunidades, mientras que el flujo monetario —en el que hace énfasis la Generalitat— señala qué ocurriría si se levantara una frontera fiscal en Cataluña.
Mas-Colell estudia los datos de 2011
El consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, que considera que el trabajo de los economistas designados por el ministro Montoro sí desembocará en unas balanzas fiscales, sigue reclamando los datos para hacer sus cálculos. Una comisión de expertos dirigida por la directora general de Juegos y Tributs, Elsa Artadi, ha elaborado la metodología con la que calculará las balanzas de 2011. En la comisión están Guillem López-Casasnovas, Núria Bosch (UB), Marta Espasa (UB), Esther Martínez (UdG) y Joan Rosselló (Universidad de las Illes Balears). Al profesor de Vigo Santiago Lagos le parece “bien” y un ejercicio de transparencia que Cataluña haga sus cálculos: “Convivirán las dos balanzas”. Javier Loscos, de la Complutense, también coincide en augurar que cada uno esgrimirá y hará énfasis en el resultado que más le convenga.
Antes de que se presenten los resultados en marzo, la metodología será sometida a escrutinio en el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), en Madrid. Allí se debía presentar un número de la revista Hacienda Pública Española dedicado a las balanzas fiscales, con artículos de Bel, Bosch o López-Casasnovas, además del que explicará el nuevo sistema. Pero en la cita finalmente se debatirá el nuevo sistema. Y varios especialistas explicaron que estudian no acudir ante el temor de que el Ministerio pueda usar su presencia como aval a la metodología.
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