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El cine fantástico y de terror también tiene una cita en Sants

Después del festival de Sitges, esta edición se puede ver en el Centro Cívico Cotxeres-Casinet hasta el 16 de noviembre

El bar del centro cívico durante un descanso de la proyección.
El bar del centro cívico durante un descanso de la proyección.

No hay descanso para el miedo. Después del Festival de Sitges y Halloween, el barrio barcelonés de Sants muestra su lado más sangriento durante la Maratón de Cine Fantástico y de Terror que se puede ver —y ya son 25 ediciones— en el Centro Cívico Cotxeres-Casinet hasta el 16 de noviembre.

La programación gravita alrededor del concurso de cortometrajes establecido desde hace 15 años. Durante los cinco días del campeonato se estrenarán unos 115 vídeos —de los 310 que se han recibido—, la mayoría de escuelas de cine y de profesionales que “a veces siguen un circuito, participando también en otros festivales como el de Bilbao”, señala José Antonio Castillo, del comité organizador. Incluso algunos de los cortos que se han visto en Sants consiguen premios: la producción El vendedor de humo, de Jaime Maestro, ha conquistado este año el premio Goya al Mejor Cortometraje de Animación Español.

“En pocas ediciones los participantes se han triplicado”, explica Castillo, que señala que “es la primera vez que llegan tantos cortos desde el extranjero, de países como Filipinas, Estados Unidos o Canadá”. Hasta desde Estonia, con Rubik Cube Terror, de Sander Maran, corto que compite en la categoría Chicha Cutre, reservada a vídeos amateurs y donde predomina el splatter: “La sangre es visiblemente tomate”, se ríe el organizador.

Bromas e insultos

Una media de 350 amantes del género por día —la mayoría entre los 18 y 45 años, muchos disfrazados para la ocasión— calentarán los asientos en espera del plato fuerte: La noche más larga del sábado (día 16 hasta las 6 de la madrugada) en el que se proyectarán 12 películas de terror y fantasía, la mayoría clásicas. “El público es tan animado que hasta una película pesada se vuelve en chiste”, asegura Castillo. Frente al terror o al fantástico, en Sants se reacciona con bromas, insultos, gritos y risas. Es tal el jaleo en la sala que la página web del festival recomienda “para ver las películas tranquilos alquilarlas en el videoclub”.

La competición se reparte en cuatro categorías más, que eligen al mejor cortometraje en general, en catalán, de animación y el corto “más corto” —todos galardonados la noche del viernes con 666 euros (el número del diablo)—, otorgado por el centro cívico. “Con las entradas a tres euros, este evento es deficitario; pero no todo se hace para ganar dinero”, enfatiza Castillo.

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