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el ecuador de la legislatura

El BEC y la Supersur lastran Bizkaia

El peso de la deuda y la caída de la recaudación ahogan la gestión económica de la Diputación El equipo de Bilbao confía mejorar con las reformas fiscales

El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, antes de presentar las medidas contra el fraude fiscal en diciembre de 2012.
El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, antes de presentar las medidas contra el fraude fiscal en diciembre de 2012.alfredo aldai (EFE)

La crisis ha estallado más tarde en Bizkaia, pero con la misma dureza que en el resto de Euskadi. El territorio vizcaíno, con su poderosa industria, no se ha librado de la delicada situación económica, que ha visto en los últimos dos años cómo ha subido el paro hasta las 98.082 personas, casi el 19% de la población. Estos datos se acercan peligrosamente a las históricas cifras de los años ochenta, cuando la crisis industrial azotó con especial fuerza el territorio al superar el 20% en la tasa de paro.

Aunque las cifras de junio pasado arrojan algo de luz, con 2.106 desempleados menos, Bizkaia sigue siendo la provincia que acusa el menor descenso en la tasa de paro y si esto fuera poco, cuatro comarcas vizcaínas copan el ranking con mayor número de desempleados en Euskadi: Margen Izquierda, Encartaciones, Bilbao e Ibaizabal. Sin olvidar los expedientes de regulación que asolan las empresas del territorio y que han afectado a más de 7.000 personas en lo que va de año, según los datos del Departamento de Asuntos Sociales del Gobierno.

Ante esta situación, es innegable que la coyuntura actual ha sido uno de los problemas a los que ha tenido que hacer frente el diputado general, José Luis Bilbao, y todo su equipo. Así lo constata la portavoz del PNV en las Juntas Generales, Lorea Bilbao, quien asegura que han sido 24 meses “muy complicados con una recesión que no para, con una caída del PIB acentuada y con problemas para financiar los presupuestos”. Ya lo advirtió el máximo responsable foral: en 2013 se tocaría fondo, aunque ya desde el inicio de la legislatura se delimitó una línea que afirmaría que la crisis había “llegado a Bizkaia para quedarse”: se suprimieron dos departamentos de los 10 de la anterior legislatura.

Y los presupuestos, en minoría pero salvados por la abstención del PP tras un pacto que se ha repetido dos años consecutivos, también reflejan cómo se ha tenido que apretar el cinturón ante un panorama tan desfavorable en lo económico, sobre todo por la deuda que arrastra el ente foral. Según la oposición, la deuda lega a los 2.200 millones, si bien desde el Gobierno foral insisten en que esa cifra es errónea y que el endeudamiento es de 1.200 millones, ya que el resto se lo atribuyen a empresas forales mercantiles. Según la última auditoría del Tribunal Vasco de Cuentas sobre la Cuenta General de Bizkaia, el endeudamiento presupuestario de la Diputación ha crecido un 33%, mientras que el de las sociedades públicas lo había hecho hasta en un 250%.

La situación es complicada, si bien dentro de toda esta deuda de la Diputación, hay tres aspectos que han contribuido a poner sombras a la gestión económica del equipo de José Luis Bilbao: la Variante Sur Metropolitana —más conocida como Supersur, con una inversión de 900 millones y que no ha generado más que seis en su primer año cuando se esperaban 25 millones—, la gestión del BEC —que desde la oposición tachan de “nefasta” a pesar del plan de choque que ha supuesto el ahorro de 1,7 millones de euros— y Bilbao Ría 2000, que supondrá a las arcas de la diputación el 15% de una deuda que asciende hasta los 203 millones de euros.

La oposición denuncia que la deuda real asciende a 2.200 millones
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Una situación compleja, que el entramado foral deberá de hacer frente en los próximos dos años en minoría a pesar de contar con la simpatía del PP. Existe sintonía entre ambos a raíz de los presupuestos —aprobados por un pacto entre populares y nacionalistas—, aunque la portavoz popular en la Juntas Generales asegura que más que un apoyo ha sido “un ejercicio de responsabilidad por y para Bizkaia”.

Además, acusa el desgaste de la política frentista llevada a cabo por el diputado general contra el gobierno del exlehendakari Patxi López en temas como la fiscalidad, aunque ahora parece el Ejecutivo de Urkullu quiere llevar adelante tras negárselo durante tantos meses a los socialistas. Con la constante caída de la recaudación, que según confirma el portavoz foral, Unai Rementeria, del PNV, se sitúa en las cifras de 2007, el entramado foral confía en poder llevar a cabo una reforma en la que están “trabajando intensamente y con buena sintonía con el resto de partidos”, aunque desde los partidos de la oposición se exigen más pasos para ello.

En contra de lo que ha venido denunciando el PSE —“la Diputación ha dejado los intereses de la ciudadanía porque estaba preocupado en ser la oposición política del gobierno de Patxi López”, han censurado los socialistas—, Rementeria recuerda que “no se puede hablar de retrasar la reforma fiscal porque se han ido haciendo cambios” en esta materia durante los 24 últimos meses.

Se trabaja en una reforma fiscal ante la baja recaudación, en niveles de 2007

En este sentido, la Diputación se jacta de haber propiciado cambios fiscales en el IVA, en el IBI, en la actualización de balances o en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, a lo que habría que sumar dos normas forales “de gran calado”: el paquete de medidas para intensificar la lucha contra el fraude fiscal y el nuevo Impuesto de Patrimonio. Con esta última, se estima que se puedan recaudar 75 millones de euros, 20 más que en 2011.

A pesar de los esfuerzos realizados para escapar de la recesión económica, la oposición se muestra muy crítica con la política desarrollada por la Diputación. Tanto Bildu, como PSE y PP suspenden la gestión de José Luis Bilbao, que es aprobada únicamente por los miembros de su partido, la portavoz juntera Lorea Bilbao, y el portavoz foral Unai Rementeria.

La palabra “inacción” sale de boca de los tres partidos de la oposición. Aunque la portavoz de Bildu, Irune Soto, asegura que “a pesar de no poder vender la fórmula mágica de gestionar una crisis desde el gobierno, no es tan difícil hacer más” de lo que ha hecho el PNV en estos dos últimos años.

No son mucho más optimistas en el PSE y van más allá al asegurar, en palabras del portavoz Iñaki Egaña, que “la Diputación está agotada y sin ideas para tomar decisiones cuando las cosas van mal”. De hecho, asegura que la situación se ha podido sostener hasta la fecha porque “cuando había dinero, se solucionaban los problemas poniendo más dinero”, y que es ahora cuando se evidencia que no se han sabido gestionar bien los recursos económicos.

La portavoz del PP, Esther Martínez, tampoco escapa de esta percepción, aunque fuese su partido el que ayudara al PNV a aprobar los presupuestos. “Estos dos años han sido dos años sin serlo, y cuando sucede esto, significa que estamos perdiendo oportunidades. A José Luis Bilbao lo único que le ha preocupado en este tiempo son las elecciones”, sentencia.

El cambio de portavoz

La llegada del PNV al Gobierno vasco ha supuesto un movimiento de fichas dentro del propio partido y también ha tenido repercusión en la Diputación y en las Juntas Generales de Bizkaia. La más significativa ha sido la salida de Juan María Aburto, mano derecha del diputado general José Luis Bilbao desde 2003.

En la portavocía foral antes de marchar al ejecutivo del lehendakari, Iñigo Urkullu, Aburto también había ejercido de diputado de Acción Social durante dos legislaturas.

Su marcha al Departamento de Empleo y Políticas Sociales supuso la llegada de Unai Rementería como nuevo portavoz de la institución foral. Rementería, ya con experiencia en el cargo tras ejercer de portavoz del grupo juntero del PNV, ha dejado el testigo a la burukide Lorea Bilbao, que hasta entonces había sido la suplente.

En la oposición también ha habido cambios significativos, sobre todo en el bando de Bildu. La actual portavoz, Irune Soto, lleva en el cargo desde el pasado mes de septiembre, tras sustituir en el cargo a Zuriñe Gaintza, que dejó el puesto por "motivos personales". Junto a ella, también dijo adiós a su cargo Idoye Errazti, que fue sustituida en el grupo abertzale por Aitor Torre.

Los socialistas también han visto perder a una de sus máximas figuras: el exalcalde de Barakaldo, Tontxu Rodríguez, tras ser elegido como senador por designación autonómica. Su cargo lo ocupa en la actualidad Isaac Fernández, quien ya fue juntero vizcaíno en la anterior legislatura.

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