Siete años por violar a una chica a la salida de una discoteca

La joven retuvo al violador en el bar hasta que llegó la policía

Agencias
Barcelona -

La Audiencia de Lleida ha condenado a siete años de cárcel a un hombre que violó a una chica que salía de una discoteca de la calle Prat de la Riba de la capital de la provincia el 1 de septiembre de 2009, y al que ésta retuvo en un bar hasta llegar la policía.

Según la sentencia, la madrugada del 1 de septiembre, Kenneth Braulio B. la agarró "fuertemente" a las puertas de la discoteca y la obligó a acompañarlo hasta su domicilio, donde la golpeó con fuerza en diversas partes del cuerpo, le mordió un brazo y la violó. "Ante el temor de continuar siendo agredida", la víctima cogió un cuc...

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La Audiencia de Lleida ha condenado a siete años de cárcel a un hombre que violó a una chica que salía de una discoteca de la calle Prat de la Riba de la capital de la provincia el 1 de septiembre de 2009, y al que ésta retuvo en un bar hasta llegar la policía.

Según la sentencia, la madrugada del 1 de septiembre, Kenneth Braulio B. la agarró "fuertemente" a las puertas de la discoteca y la obligó a acompañarlo hasta su domicilio, donde la golpeó con fuerza en diversas partes del cuerpo, le mordió un brazo y la violó. "Ante el temor de continuar siendo agredida", la víctima cogió un cuchillo que el acusado le había enseñado para amenazarla y se lo escondió en la espalda; y cuando bajaron a un bar para comer algo, ella pidió en voz muy baja al camarero que llamara a la policía y sacó el cuchillo que tenía escondido con el que se defendió hasta que llegó la policía.

Para la Audiencia, la declaración de la víctima es suficiente para demostrar la autoría del delito, ya que ofreció en el juicio un relato "totalmente coherente y convincente", que también coincidió con sus anteriores declaraciones en Instrucción, y que fue corroborado por el médico forense, que certificó que las lesiones que denunciaba eran totalmente compatibles con las que tenía.

Su relato también coincidió con el de un testigo que estaba en el bar y que declaró en el juicio, mientras que las declaraciones del condenado fueron contradictorias, sin considerar probado que estuviera bajo los efectos de las drogas, como solicitó su defensa.

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