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Muere Marià Albero, el músico agitador

El cantante valenciano, al que Serrat dedicó 'Per al meu amic', falleció el domingo

El cantante Marià Albero en una imagen cedida por Tradicionarius.
El cantante Marià Albero en una imagen cedida por Tradicionarius.

El pasado domingo dia 12 de mayo fallecía el músico Marià Albero (Valencia, 1949) en la localidad de La Garrotxa, Sales de Llierca, donde había fijado su residencia desde hace años. Marià Albero fue una de las voces que desde Valencia se incorporaron al movimiento de la Nova Cançó siguiendo los pasos pioneros de Raimon, Maria del Carme Girau y Els 4 Z. Graba su primer disco con el sello Edigsa en 1967. En los locales de ensayo de la editora coincide con otro cantautor, Joan Manuel Serrat que prepara las canciones de su nueva grabación, Cançó de matinada y Paraules d’amor. Entre los dos cantantes se inicia una intensa amistad sellada con futuras aventuras editoriales, discográficas y encierros en el monasterio de Montserrat con el soporte anímico, entre otros, de una botella de coñac. Serrat dejará constancia de su amistad con la canción Per al meu amic, canto fraternal que le dedica al amigo y músico valenciano. Las primeras grabaciones de Albero estan marcadas por un fuerte acento crítico con titulos tan contundentes como Napalm, No deixaré de lluitar, Classe mitja o curiosidades como la musicalización de un poema de Francesc Almela i Vives, La finestra. En los años setenta su nombre está detrás, como productor, de algunas de las grabaciones más luminosas que se realizan en el paisaje barcelonés como el primer álbum del dúo Ia & Batiste, Chichonera’s cat , trabajos con espíritu de vanguardia e innovación que se editan en el sello Òliba, una marca de Edigsa promovida artísticamente por Serrat y que conocerá uno de sus mayores éxitos con el disco de evocación camp , Remena nena de Guillermina Motta.

Marià Albero estará también al frente de proyectos, muchos de ellos de vida efímera como Patatas fritas, una colaboración musical que realiza con Manel Joseph, otro de los nombres con el coincidirá en sucesivas aventuras musicales y con el mantendrá una fuerte amistad hasta su muerte. En 1976 publica el álbum Records de València, un proyecto colectivo que aparece bajo el nombre de La Rondalla de la Costa, otra formación de vida efímera, y protagonizado por músicos como Xavier Batllés, Toni Xuclà, Martí Soler y otros elementos pertenecientes a la onda folk-jazzística-layetana que agita las noches barcelonesas. El álbum quedará como una de las muestras más gozosas y vitales de aquel mestizaje mediterráneo y cuina de sabores diversos que señala la década de los setenta y los primeros momentos de la transición democrática. Incansable promotor y activista cultural, Marià Albero trabajará en diferentes frentes del espectáculo, la canción, teatro de calle y la animación a lo largo de su trayectoria profesional. Una actividad artística señalada por el entusiasmo y el trabajo de investigación sobre las llamadas músicas de raíz, siempre al margen de las modas y otras servidumbres del mundo del espectáculo y la música. La figura de un músico comprometido y libre que ha proyectado su pasión y curiosidad en todos los campos que ha transitado y ahora, felizmente continuada por sus hijos y nietos.

 

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