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Un octogenario y un niño, entre los primeros resarcidos por las preferentes

Alivio de los beneficiados por los primeros laudos arbitrales “Soy ciego de un ojo y del otro casi no veo”, afirma un afectado, de 82 años

Un afectado se encara con Guerra en el Parlamento en abril.
Un afectado se encara con Guerra en el Parlamento en abril. ANXO IGLESIAS

“Mi mujer y yo tenemos una cierta edad, y nos es imposible leer”, arranca receloso Antonio González, que acaba confesando, la voz cascada al otro extremo del teléfono: “Soy ciego de un ojo, y del otro veo muy poco”. A sus 82 años, el hombre pudo recuperar finalmente el viernes los 30.000 euros que con mucho trabajo, él y su mujer acumularon durante años como clientes de Caixa Galicia, y que durante algún tiempo temió perdidos, tras caer en la trampa de las preferentes.

El caso de Antonio, que tiene reparos en confirmar en qué pueblo de Lugo le hicieron la jugarreta con los cuartos, encaja como un guante en el perfil tipo de cliente engañado por quienes consideraba sus banqueros de toda la vida. “Había una confianza tras muchos años tratándoles, por el roce”, explica. Así que, cuando le pusieron delante aquellos papeles con párrafos borrosos, no pensó que al poner la firma iba a bloquear el acceso a sus ahorros, un mal trago que solo ha logrado dejar atrás la semana pasada, tres años después.

El de Antonio es uno de los 21 casos en los que Novagalicia Banco confirmó ya la devolución de los ahorros de los clientes por un total de 463.358 euros, según la cifra facilitada ayer por la entidad, en el marco del sistema de arbitraje que auspicia la Xunta a través del Instituto Galego de Consumo. Son supuestos en los que los funcionarios encargados de los laudos no tienen demasiadas dificultades en decidir a favor de los perjudicados. Así le sucedió a Beatriz Fernández, de Monforte. Si el viernes la citaron en Santiago para presentar su caso al árbitro, el lunes la llamaron para avisarle de que la resolución era favorable. Antes tuvo que renunciar al goloso porcentaje del 7,5% al que habían cotizado sus ahorros, por lo que para ella siempre había sido un depósito a cinco años. Cuando se enteró de que aquello tenía carácter perpetuo, pidió la documentación al banco, y en el legajo apareció finalmente uno de los test de idoneidad con los que las cajas debían evaluar si el cliente se adaptaba al perfil para un producto financiero complejo. Beatriz no recuerda que en la sucursal le enseñasen nunca aquel papel, que estaba en el expediente, pero sin firma. Con el arbitraje ha recuperado los 8.000 euros invertidos, pero el 7,5% de renta se ha visto reducido al 0,3%.

"Llevaba 50 años con ellos y nunca me habían dado problemas"

El caso de Beatriz tiene el añadido hiriente de que el dinero era un regalo de su padre, zapatero de Monforte de 75 años ya jubilado, para su nieto. “Una buena inversión”, le había asegurado el director de la sucursal, al que la entidad acabó cambiando de provincia. “Lo largaron hace dos años”, recuerda. Además de los ahorros para el nieto, el padre de Beatriz, que pide que no se cite su nombre, tenía 42.000 euros, acumulados tras toda la vida vendiendo calzado.

Su caso recuerda a otros muchos. “Me habían vencido unos bonos y me llamaron para ver si quería renovarlos. Yo dije que sí, pero siempre que fuese seguro”. En la caja le dijeron que no había problema, que el producto estaba garantizado por el Banco de España. “Llevaba trabajando con ellos 50 años y nunca me habían dado un problema”, justifica. Así que firmó. Pero con el tiempo empezaron los rumores. Después la fusión, y el vendaval. “Cuando salió el tema fui a preguntarle al director si estaba afectado. Me dijo que hasta 2014 no tendría problemas”. Pero al siguiente trimestre, los intereses desaparecieron de su extracto. Volvió a la oficina y, esa vez sí, le enseñaron el contrato con la cláusula de perpetuidad y le avisaron de que presentar la hoja de reclamaciones le iba a servir de poco. También a él le ha ayudado el arbitraje, a cambio igualmente de una rebaja en la rentabilidad.

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Los laudos van aflorando a cuentagotas. El conselleiro de Economía, Javier Guerra, elevó la cifra que dio el lunes de 26 laudos favorables a los clientes a 32, y aseguró que en todos ellos el importe se reintegrará íntegro. Resta saber si el arreglo convencerá a los afectados a mantener sus ahorros en Novagalicia Banco, que fía su futuro a su todavía numerosa clientela, heredada de las cajas. Beatriz tiene claro que lo de la fidelidad a la caja de toda la vida ya es parte del pasado.

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