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La fiebre del ‘Big Data’ llega al empleo

Las empresas se lanzan a la caza y formación de expertos en macrodatos e inteligencia artificial para sacar provecho de la ingente información que generamos

Raúl Limón
Alumnos de Informática, la pasada semana en un aula de estudios de la Universidad de Sevilla.
Alumnos de Informática, la pasada semana en un aula de estudios de la Universidad de Sevilla.Paco Puentes

La nueva mina de oro es la información. Cada gesto que hacemos, desde que nos conectamos a través del móvil por la mañana, usamos el transporte público o hacemos la compra entre otras rutinas, deja un reguero de macrodatos (ingente volumen de información variada conocido también como Big Data) que es susceptible de ser analizado y procesado. Pero para sacar provecho de esa veta son necesarios tecnólogos, ingenieros, científicos y matemáticos. La Comisión Europea prevé que este sector creará 112.000 empleos cada año hasta 2020 y calcula que la UE necesita ya 800.000 trabajadores de estos ámbitos, un 10% solo en España. Las compañías se han lanzado a la caza de estos empleados, las empresas de formación crean cursos específicos y algunas grandes corporaciones ofrecen cientos de becas para generar sus propias plantillas.

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Mientras la demanda de trabajadores con competencias en tecnologías de la información crece un 8% cada año, los alumnos matriculados en España en ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) han reducido su número en 65.000 y solo representan una cuarta parte de los universitarios, según un estudio de Randstad Research, una de las mayores empresas de servicios de recursos humanos.

“Hay una enorme cantidad de información que se genera a raíz de patrones que reflejan las cuentas de usuarios, de datos de navegación o el uso de servicios. Ahora somos conscientes del valor que tiene procesarlos”, explica Pedro Martínez Bustos, responsable de Desarrollo de Negocio de Aruba Hewlett Packard Enterprise (HPE). Estos macrodatos se caracterizan por su gran volumen, la alta velocidad a la que son generados y la extraordinaria variedad. Hasta ahora, la tecnología necesaria para analizarlos solo estaba al alcance de grandes tecnológicas, pero todo ha cambiado, empieza a ser accesible y todas las empresas quieren la ventaja competitiva que le ofrece conocer cada paso y tendencia de sus usuarios actuales o potenciales. “Eso está provocando la fiebre del Big Data. Las empresas tienen una mina, pero hacen falta mineros”, comenta Bustos.

Los datos no solo tienen aplicaciones en el ámbito comercial más conocido y del que Amazon ha sacado el máximo provecho. “Con inteligencia artificial y Big Data se pueden automatizar procesos, anticipar tendencias, analizar comportamientos anómalos para prevenir ataques, identificar noticias falsas, anticipar labores de mantenimiento de una máquina o precisar diagnósticos. No hay ninguna industria o actividad que no disponga de datos que puede aprovechar”, resalta el ingeniero de Aruba.

Empleo

Hay trabajo en este campo y en ciberseguridad e inteligencia artificial. Todo sale del mismo sustrato. Si tuviera hijos, les orientaría hacia este sector. Hay futuro”, concluye Bustos. De la misma opinión es Mar Montalvo, directora de Desarrollo de Negocios de la empresa de servicios informáticos Oracle, presente en 175 países: “El mundo digital es una revolución que ha cambiado el ecosistema. Se van a crear nuevos empleos y las sociedad y las universidades tiene que adaptarse, aprender para estar preparados”.

Montalvo destaca como la computación en la nube (con recursos remotos que se usan en función de las necesidades) ha abaratado los costes y multiplicado la capacidad de procesamiento, por lo que cualquier empresa puede adentrarse en el mundo de los macrodatos. Desde 300 euros, una compañía tiene accesible servicios para analizar y procesar información a través de los productos de su empresa. Y, al igual que Bustos, advierte que cualquier entidad puede aplicar estos datos a los procesos de producción, calidad, mantenimiento o comercialización. Los ámbitos de trabajo van desde el derecho a la medicina o desde el urbanismo al medio ambiente o la banca.

Pero en esta cadena de aprovechamiento hacen falta quienes Montalvo llama “nuevos renacentistas” por la multidisciplinaridad de los perfiles necesarios para ser científico de datos. “No basta con que sean matemáticos. Tienen que conocer programación, saber del negocio, ser capaces de dialogar con los ejecutivos y tener carácter visionario y de innovación”, asegura.

Un alumno de Informática, en la Universidad de Sevilla.
Un alumno de Informática, en la Universidad de Sevilla.Paco Puentes

Para conseguir una plantilla así, las empresas han recurrido a distintas estrategias. La multinacional Cisco dispone del programa Cisco Networking Academy (NetAcad) para personas entre 18 y 35 años que quieran formarse gratuitamente en tecnologías digitales. De este plan se han beneficiado 155.000 alumnos en ocho años y este año cuenta con 400 becas para ciberseguridad, programación de redes, trabajo en red, Internet de las Cosas y macrodatos o Big Data.

Otros centros públicos, como las universidades, han incorporado esta formación a sus ofertas académicas y entidades privadas como el ICEMD, el Instituto de la Economía Digital de ESIC, ofrecen másteres específicos. Francisco Javier Lahoz es el director del curso de especialización en Big Data de este centro y coincide con Montalvo en el carácter multidisciplinar del trabajador que buscan las empresas. “Los datos están, pero hay que centralizarlos en una plataforma y prepararlos para cruzarlos y que se puedan usar. Hay productos que ayudan a capturarlos y cargarlos, pero es difícil que una misma herramienta sirva para dos entidades distintas. Vender u obtener datos en bruto no es lo más complejo”, comenta.

La formación en este campo, que puede costar entre 1.000 y 18.000 euros, según la duración y las disciplinas que se quieran abordar, está enfocada a todos los ámbitos de la empresa, desde los técnicos hasta los ejecutivos. “Hay directivos que no tienen conocimientos sobre macrodatos y es necesario que todos hablen el mismo idioma”, advierte.

Brecha salarial y laboral

"Actualmente casi el 50% de las empresas españolas de más de 50 empleados prevé contratar profesionales del entorno TIC [tecnologías de la información]. Los más demandados son los analistas de datos, expertos en sistemas en la nube, hackers éticos [o de sombrero blanco (expertos en seguridad que actúan para detectar brechas de seguridad)] , especialistas en ciberseguridad y expertos en inteligencia artificial", afirma en una nota Agustín Torres, director de eShow, la feria tecnológica del comercio electrónico celebrada recientemente en Madrid.

En Estados Unidos, un experto en inteligencia artificial, según Torres, puede llegar a ganar hasta medio millón de euros al año mientras en España, de acuerdo a los datos del sindicato UGT, la mayoría de empleados que trabajan en entrada de datos o desarrollo de programas no llega a los 1.000 euros al mes.

“Las retribuciones de los empleados españoles de las cinco mayores tecnológicas oscilan entre los 20.000 euros al año que cobra un mozo de almacén de un centro logístico de Amazon y los 187.000 de media que percibe un empleado de Google. El sistema educativo, político y empresarial tiene que reaccionar ante esta realidad para lograr la sostenibilidad del sistema”, concluye Torres.

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Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.

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