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El ‘made in Spain’ digital que triunfa

Inversores y grandes compañías han puesto el ojo (y el dinero) en un racimo de jóvenes 'startups' españolas muy talentosas. Algunas ya son hasta ricas y la mayoría, al menos, famosas.

La revolución de las 'startup' ya no tienen como única referencia el valle californiano. Ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia son polos tecnológicos del máximo nivel.
La revolución de las 'startup' ya no tienen como única referencia el valle californiano. Ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia son polos tecnológicos del máximo nivel.

¿Qué caracteriza a estas empresas? “Es difícil generalizar”, señala Carmen Bermejo, cofundadora y vicepresidenta de la Asociación Española de Startups. “En los últimos años, era bastante común el copia y pega pero ahora se ven más startups innovadoras que intentan competir a nivel global desde minuto cero”, apunta. “También hay otras cuyo modelo no es nuevo pero que han logrado posicionarse entre las más potentes del mundo en su sector. Por ejemplo Cabify, que le hace la competencia a Uber”, añade.

¿Y cuándo una startup deja de ser una startup? Bermejo explica que estas pasan por dos fases: una inicial (fase semilla), donde se construye el producto y se valida el modelo de negocio, y otra posterior, de crecimiento. “Aunque son etapas muy diferenciadas, normalmente, a ambas se las considera startups”, señala. Y las que llegan a la segunda fase son solo unas pocas.

Las ‘startups’ españolas de éxito se mueven en un mercado global y optan a rondas de inversiones por valor de millones de euros

Para Bermejo, el éxito depende en gran parte de la madurez del ecosistema y de los contactos, que “son fundamentales para conseguir clientes, financiación, talento, mentores...”. “También hay que saber centrarse en lo importante”, explica.

A pesar de la dificultad, no faltan startups tecnológicas españolas en la cima, o a punto de caramelo. Un caso reciente es el de Hawkers, una tienda online de gafas de sol que en octubre cerró una ronda de financiación de 50 millones de euros. Y sin buscarlo. Es lo que pasa cuando en tres años pasas de la nada a facturar 70 millones de euros. Otro ejemplo es Typeform, una herramienta web para crear originales formularios. La española ha doblado plantilla cada año desde 2013 y ya ha triplicado facturación. Así que no es raro que varios inversores le hayan confiado en total 15 millones de euros.

Junto a estas encontramos Jobandtalent, CARTO, Wallapop, Glovo o Future Lighthouse. Estos son sus méritos:

CARTO / 2012

Sergio Álvarez Leiva y Javier de la Torre crearon un blog para compartir su proyecto de análisis del impacto de las áreas protegidas para especies en peligro de extinción. La ONU se interesó por él y de ahí nació Vizzuality, una consultora basada en la visualización y el análisis de big data. Después convirtieron su tecnología en lo que hoy es Carto. La aplicación ayuda tomar decisiones a partir del análisis geoespacial de datos, ya que descubre y predice las conclusiones clave que esconden. Tienen clientes en 65 países (sobre todo en EE UU, Alemania, Francia, Australia y España), han publicado más de 950.000 mapas y acumulan una inversión de 39 millones de euros.

Vídeo promocional de Carto.

Wallapop / 2013

Como dice Agustín Gómez, esta app nació con la misión de “hacer barrio”. “Busca facilitar un consumo mucho más humano, que rompa la rueda capitalista de comprar-tirar-comprar y permita democratizar el acceso a bienes a precios asequibles”, señala el cofundador de Wallapop. Lo que se llama economía colaborativa.

Ni ellos esperaban tener tanto éxito: Top 10 en las principales app stores desde primer día, más de 20 millones de descargas, 10 millones de usuarios activos al mes… Ah, y han pasado de 4 a 102 empleados en tres años para tener presencia en cuatro países (España, EE UU, Francia y Reino Unido).

¿Su secreto? Geolocalización, inmediatez y un marketing gamberro que le ha dado un aire fresco a la segunda mano.

Anuncio de Wallapop.

Future Lighthouse / 2015

“Crear el mejor estudio de realidad virtual, que rompa las reglas de lo establecido en cine, animación o videojuegos, primando la visión creativa”. Es lo que se propusieron Roberto Romero y Nicolás Alcalá hace poco más de un año.

El primero, autodidacta virtuoso de la animación y el mundo 3D; el segundo, cineasta conocido por El cosmonauta, una película financiado por crowdfunding que demostró que se podían cambiar las reglas “en una industria muy añeja”.

Ambos han hecho historia con el primer episodio de una serie de televisión en realidad virtual: El ministerio del tiempo. Es uno de tantos proyectos, a caballo entre sus sedes en Madrid y Los Ángeles, con un equipo de 30 artistas e ingenieros, y apoyados en una facturación de más de un millón de euros hasta la fecha.

Escena de 'El Ministerio del Tiempo' antes y después de aplicar el sistema de realidad virtual de Future Lightouse.
Jobandtalent / 2009

Felipe Navío y Juan Urdiales sufrieron en sus propias carnes la dificultad de encontrar trabajo al salir de la Universidad. Una ardua tarea para los candidatos y para las empresas que buscan talento. Así que crearon una plataforma y una app móvil para hacerlo más fácil.

“No solo ponemos en contacto a empresas y candidatos; también nos aseguramos de que se cumplen todos los trámites burocráticos y legales, y se ofrecen condiciones justas y dignas para los trabajadores”, señala Navío.

Hoy son más de 300 empleados en cuatro países (España, Reino Unido, México y Colombia) y llevan más de 84 millones de euros acumulados en varias rondas de financiación. Ya son 10 millones de candidatos y 150.000 empresas los que se valen de Jobandtalent.

Vídeo promocional de Jobandtalent.
Glovo / 2015

¿Necesitas que te hagan un recado? Esta aplicación colaborativa conecta a personas de una misma ciudad que precisen enviar o recibir cualquier producto con quienes puedan realizar la tarea en menos de 60 minutos.

La idea surgió cuando Oscar Pierre estudiaba ingeniería aeroespacial en EE UU, donde la economía colaborativa y las apps estaban en plena expansión. “Pensé en trasladar el sistema a España. Allí conocí a mi socio, Sacha Michaud, que pensaba crear un proyecto parecido y decidió sumarse”, cuenta Pierre.

Ahora ya no son solo dos, sino 60 empleados, más de 200.000 usuarios y 500 socios en las ocho ciudades de tres países (España, Italia y Francia) donde operan. Varios inversores han apostado más de cinco millones de euros en esta joven empresa.

Anuncio de Glovo.

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