El monopatín del futuro

¿Qué es un hoverboard? ¿Cómo funciona? ¿Para qué sirve? Estas son algunas de las preguntas que suscitan estos dispositivos que tan de moda se han puesto en los últimos meses. Han tenido tanto éxito que se convirtieron en uno de los regalos estrella de la pasada Navidad en Estados Unidos, donde se colocaron entre los 10 productos más comprados, según el ranking de Amazon.

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Tamaño y peso: 25.7 x 28 x 65.5 cm y 10 Kg de peso.

Destacamos: duración de batería de 120 minutos, tiempo de carga 2-3 horas y velocidad máxima de 10 Kg/h. 

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Pero su andadura en el mercado mundial no ha sido un camino de rosas, con la prohibición de su uso en las calles de Reino Unido, Australia o Nueva York y los múltiples reportes de accidentes (incendios, explosiones de la batería…) derivados del empleo de componentes de baja calidad. Son precisamente los riesgos para la seguridad los que han provocado que el instituto británico Chartered Trading Standards, dedicado a la revisión de los estándares de calidad y seguridad de los productos que entran en el país anglosajón, avisara de que el 88% de los hoverboards importados de países ajenos a la Unión Europea presentaban problemas en este aspecto.

Por eso, algunas firmas han creado sus modelos teniendo en cuenta, en primer lugar, esta preocupación. Es el caso de Nilox, una marca conocida por sus cámaras de acción, que da sus primeros pasos en este mercado con el modelo DOC. De él destacan la calidad de los componentes que se han utilizado para su diseño y el control de todo el proceso de fabricación. Gracias a ello, cumple con los requisitos de Conformidad Europea (CE) que garantizan un uso seguro.

El peso del cuerpo

Todos los hoverboard funcionan de forma similar: se componen de dos plataformas unidas en las que se sitúan cada uno de los pies y de dos ruedas de entre 6 y 10 pulgadas de tamaño. Son parecidos a los segway (aunque sin manillar) y, como estos, recurren al balanceo del cuerpo para avanzar en una dirección determinada. Para ello, se basan en el concepto de equilibro dinámico: un sistema interno de sensores y giroscopios determinan la variación del centro de gravedad, moviendo las ruedas para mantener la posición de equilibrio. De esta manera, al inclinarse hacia delante, el desplazamiento se realiza en esa dirección, y lo mismo hacia atrás o los lados. 

Nilox DOC, además, incorpora un sistema de estabilización inercial que ayuda a mantener la posición vertical y que detiene el aparato automáticamente si detecta una inclinación excesiva o que uno de los pies no está encima de la plataforma. También cuenta con cuatro sensores que hacen que el dispositivo se balancee automáticamente. Pero no hay que engañarse: aunque a simple vista parece sencillo y estas tecnologías ayudan a mantener el equilibrio, para utilizarlo es necesario leer el manual de usuario (totalmente traducido al español, en este caso) y, sobre todo, practicar. De lo contrario, el riesgo de caídas es alto.

Un par de luces LED situadas en la parte central del DOC ofrecen indicativos útiles durante su uso. La primera de ellas se refiere al estado de las plataformas y se enciende en color verde si se ha apoyado un pie y el sistema de balanceo funciona correctamente, mientras que se ilumina en rojo si las condiciones no son las adecuadas (por ejemplo, si está muy inclinado). La luz de la batería, por otro lado, informa de su nivel de carga. En concreto, garantiza una autonomía de hasta dos horas o una distancia de entre 15 y 20 kilómetros, según el peso de la persona que lo esté utilizando, del terreno, las condiciones meteorológicas… Luego, se recarga conectándolo a la corriente eléctrica.

Según la marca, se necesitan menos de dos horas para manejarlo con soltura, aunque en la práctica ese tiempo se puede reducir. Lo esencial es aprender a subir y bajar del monopatín y resistir el impulso natural de equilibrarse, ya que el dispositivo lo hace por el usuario. Basta con mantenerse recto, con la mirada al frente, no mover las caderas y evitar los movimientos bruscos. Poco a poco es posible ir aumentando la velocidad hasta llegar al límite de los 10 Km/h, el máximo que admite este modelo: es lo suficientemente rápido como para necesitar algo de experiencia para no perder el control.

También es necesario tener en cuenta otros consejos para reducir los accidentes: llevar siempre calzado adecuado y protecciones, no inclinarse demasiado hacia adelante o hacia atrás, no utilizarlo en cuestas y, sobre todo, bajar con el aparato completamente parado y hacia atrás. Tampoco conviene enfrentarse a aceras altas o escalones, ya que el riesgo de perder el control en estos supuestos es muy grande.

¿Dónde usarlo?

Tener un hoverboard es completamente legal en España. Aunque no se nombran directamente en el Reglamento General de Circulación, se equiparan a los segway y, por lo tanto, a los peatones. Tal y como establece el Artículo 121 en su cuarto apartado, "los que utilicen monopatines, patines o aparatos similares no podrán circular por la calzada, salvo que se trate de zonas, vías o partes de estas que les estén especialmente destinadas, y solo podrán circular a paso de persona por las aceras o por las calles residenciales debidamente señalizadas con la señal regulada en el artículo 159, sin que en ningún caso se permita que sean arrastrados por otros vehículos". Los Ayuntamientos también tienen algo que decir al respecto, ya que la movilidad es competencia de los municipios. Por el momento, las ordenanzas municipales solo establecen algunas normas de convivencia con los peatones.

Circular entre personas y con los obstáculos propios de la calle no resulta muy cómodo, por lo que lo ideal es reservar su uso a pistas deportivas o zonas acotadas, donde es realmente divertido. De hecho, el propio fabricante restringe su uso en el propio manual de instrucciones del dispositivo: "El uso previsto del DOC es de mera diversión personal y no se admite ningún otro uso". Para transportarlo viene con una funda, pero, como pesa 10 kilogramos, es recomendable cargar con él únicamente en pequeñas distancias.